La probable derrota de Renzi en Italia y las elecciones del año que viene en Francia, Alemania y Holanda, junto a la elección de Trump en EEUU, están profundizando la inestabilidad política europea y acentúan los riesgos de recaída en recesión. La reaparición de las «primas de riesgo» de la deuda pública pone en evidencia la gran fragilidad de la periferia europea, aplastada por enormes deudas, como es el caso del Estado español.
Declaración de Corriente Roja
Un gobierno débil con unas líneas rojas impuestas por la UE
Nos encontramos ante el gobierno más débil desde la Transición, un gobierno con muy escaso margen de maniobra. Por eso, Rajoy ha señalado que cualquier negociación tiene como barreras infranqueables las imposiciones de la UE, la reforma laboral y la «unidad de España».
El límite de su «generosidad» ha sido la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 52,4€, después de ocho años de mantenerlo de hecho congelado. Ahora lo han dejado en 707,6€, una cantidad que no solo está muy lejos de un ingreso decente para vivir, sino que aparece, además, como fruto de un «apaño» con el PSOE, el cual, a cambio de esta «concesión», ha aprobado los límites de déficit de Rajoy (impuestos por la UE), base de los próximos presupuestos antisociales
El gobierno Rajoy, consciente de su debilidad (manifestada en la retirada de las reválidas de la LOMCE o en votaciones como la de SMI), ha cambiado el lenguaje y el estilo. Ha declarado que no tocará el IRPF y el IVA, sino los llamados impuestos especiales, tabaco y alcohol, y plantea seguir con los recortes pero «sin ruido».
Sin embargo, donde todos los cálculos políticos saltan por los aires es ante el problema de las pensiones, con un supuesto «déficit» anual de 18.000 millones de euros (1,7 % del PIB, equivalente a las dos pagas extras de los pensionistas). En 2017 quedará vacía la «hucha» de las pensiones, dando paso a un ataque de enorme envergadura, contra los actuales pensionistas y los futuros. Hay que tener en cuenta, además, que las pensiones son la principal base de sustento de muchísimas familias trabajadoras. En los próximos meses la lucha por las pensiones está llamada a ocupar un lugar central.
Síntomas de reanimamiento de la lucha social
Las recientes movilizaciones contra la reforma educativa, aunque hayan sido convocadas de manera burocrática, reflejan un gran potencial de lucha entre los sectores más jóvenes. Este potencial se ha expresado también en las manifestaciones contra la violencia de género del 25N y constituye un síntoma de que estamos delante de un reanimamiento de las luchas sociales.
Es el caso de algunas huelgas sectoriales importantes como la de los trabajadores y trabajadoras de los “call centers”, uno de los sectores laborales más precarizados. Aunque las convocatorias tampoco se han hecho observando los criterios de la democracia obrera, con asambleas y consultas en los centros de trabajo, han tenido un seguimiento “histórico” en muchas de las empresas del sector.
Reaparece el «diálogo social»
Con este panorama, ante su debilidad, los ataques que prepara y el temor al descontento social, el gobierno, junto a la patronal, ha vuelto a sacar a la palestra el «diálogo social». Rajoy necesita pactar con los demás partidos, especialmente con el PSOE, y con la burocracia sindical de CCOO y UGT, las reformas exigidas por la UE para este próximo periodo.
Tras la derrota de la reválidas de la LOMCE, Rajoy habla de negociar un «pacto educativo» en los próximos seis meses. Ya han comenzado también las reuniones del Pacto de Toledo con el objetivo de pactar la nueva andanada contra las pensiones. Y el gobierno, junto a los dirigentes sindicales y la patronal, ya ha puesto en marcha las diferentes mesas del «diálogo social».
Unidad para luchar, no para una nueva edición del «pacto social»
En el marco de este «diálogo social», la burocracia sindical de CCOO-UGT, con el apoyo del PSOE y el de Unidos Podemos, ha convocado una manifestación central en Madrid el 18D con el objetivo explícito de «engrasar la voluntad negociadora del gobierno».
Pero una negociación en el marco de los límites infranqueables fijados por Rajoy no puede dar lugar a ningún fruto positivo y de ella solo puede salir una nueva versión de los viejos pactos firmados por la burocracia sindical contra los derechos de los trabajadores, incluida la reforma de las pensiones.
Por eso, no podemos dar apoyo a la manifestación convocada por CCOO y UGT el 18D: una maniobra preventiva para canalizar la indignación social hacia la vía muerta de los acuerdos con el gobierno. Se trata, por el contrario, de aprovechar la debilidad del gobierno Rajoy para construir la más amplia unidad para luchar, para derrotar los planes del gobierno y al gobierno mismo. Por eso damos todo nuestro apoyo a la manifestación y acciones del 3D convocades por las Marchas por la Dignidad.
3D: todas a la manifestación de la Marcha por la Dignidad. Por Pan, Trabajo y Techo
El 3D es una jornada de enfrentamiento al Gobierno, sus planes y sus medidas represivas, de exigencia de libertad de Alfon, Bódalo y todos los presos por luchar, de unicicación de los diferentes sectores en lucha. Es una jornada para unir fuerzas y exigir la derogación de las reformas laborales, salarios dignos, la reversión de los recortes, la suspensión del pago de la deuda pública, cero desahucios y derechos a las refugiadas; para defender la ruptura con la UE y el euro.
Es también el momento de defender las Marchas por la Dignidad y su programa, ante el ataque que están sufriendo por parte de aquellos que quieren cargarse este organismo de unitario que no controlan y que podría convertirse eni referente de la movilización contra el Gobierno.