En la actualidad, a nivel internacional se están negociando los nuevos tratados que determinaran como se organizará el sistema mundial de Estados a nivel económico y social en el futuro. Junto al CETA (Tratado UE-Canadá), el de mayor calado sería el TTIP, que a grandes rasgos se trata de la homologación en términos de las peores condiciones laborales, comerciales y mercantiles que los y las trabajadoras ya estamos enfrentando en la UE y los EEUU. Significaría grandes desregulaciones en el mercado laboral, en la formulación de las patentes, en la producción agrícola y alimentaria y la introducción de tribunales mercantiles ISDS (que permite a las multinacionales denunciar a los Estados cuando sus regulaciones les perjudican), entre otras. Además del CETA y el TTIP, tenemos el TISA (Trade In Services Agreement), que vendría a profundizar en la privatización de los servicios públicos.
Por Adri L., de Madrid
CETA: La puerta de atrás del TTIP
Recientemente las negociaciones de los tratados entre la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá han cobrado de nuevo aliento al desbloquearse en Bélgica, con acuerdo de los dirigentes Valones, que antes se oponían, la firma del CETA entre la Unión Europea y Canadá. Este tratado se puede entender como la puerta de atrás del TTIP, ya que EEUU, México y Canadá se encuentran unidos por el tratado NAFTA. En el Estado Español, el CETA ya nos viene impuesto por el gobierno en funciones del PP desde el pasado viernes 14 de Octubre.
El CETA es un nuevo intento para imponernos a los tribunales empresariales ISDS ahora ICS con elección por parte de los estados de los miembros, lo que no descarta la ligazón de estos candidatos con las empresas. Con este tratado, 46.000 filiales norteamericanas en Canadá podrían poner en jaque a los Estados de la UE y la propia UE (1). Podremos ver frenadas normativas ecológicas y laborales, así como se podrán blindar sectores que perjudiquen a los intereses empresariales. Además, se podrá ver perjudicada la introducción de criterios sociales y la producción local, así como se dará el favorecimiento a la privatización y la mercantilización de los servicios públicos. Con todo, el CETA plantea un nivel mucho menor en la homogenización de normas en comparación con el TTIP.
TTIP: Un NAFTA con esteroides
En cuanto al TTIP mucho ha resonado el planteamiento de que este tratado es un NAFTA dopado de esteroides. En este sentido para que nos hagamos una idea de la magnitud que podría llegar a tener la firma del TTIP, lo comparemos con las repercusiones del NAFTA. Con el NAFTA, la extrema pobreza en México aumentó del 16% al 28% en los primeros 5 años y hoy en día alcanza el 52% (2). Además, 5 millones de campesinos tuvieron que abandonar sus tierras.
Aumentó la represión en nombre de la lucha contra el narcotráfico, se produjeron acuerdos militares y se generó una desregulación en materia de seguridad y protección ciudadana que ha causado estragos en la situación del país. Finalmente, la emigración de la población campesina a Estados Unidos se ha convertido en un fenómeno masivo, todo esto nos hace augurar las graves repercusiones que podría conllevar la firma del TTIP.
Ni siquiera los datos que hablan de los supuestos beneficios del TTIP (4) se aguantan en el papel, los datos que hablan del aumento de 545 euros en la renta per cápita no se sostienen ante el cruce con los más optimistas indicadores de incremento del PIB (3). Según Jeromin Capaldo, utilizando el Global Policy Model de las Naciones Unidas, el conjunto de la Unión Europea se enfrentaría a la posible pérdida de 600.000 puestos de trabajo, un 2,1 por ciento de descenso de las importaciones netas y descensos en los salarios de 5.500 euros en Francia y 3.400 en Alemania.
TTIP: En parada Técnica
Para finalizar es importante que entendamos cual es el mecanismo de ratificación que llevaría este tratado que no necesariamente será por referéndums ni por aprobación por parte de la población de toda Europa. Sería suficiente con el 55% del apoyo en el Consejo Europeo, el 65% del apoyo de la población de la UE y en el Europarlamento se necesitará una mayoría simple votándose por partes y no de manera conjunta con lo que los eurodiputados no se posicionaran sobre el total del acuerdo y podríamos enfrentar un panorama de aplicación parcial del tratado.
En otras ocasiones ya hemos visto como las instituciones europeas burlan repetidas veces cualquier oposición convirtiendo la Constitución Europea en el Tratado de Lisboa o renegociando los términos con unos u otros dirigentes. Sin mencionar que no sabemos el nivel de secretismo que conlleva este pacto.
En fin, no podemos dar ni mucho menos el camino del TTIP por cerrado en el actual momento. Nos enfrentamos a una parada técnica para ver como ajustan mejor el proceso y con quien se negocia ante las elecciones presidenciales de Estados Unidos, por más críticas que hagan presidentes como Hollande al TTIP, estos dejan vía libre a su negociación en la Comisión Europea.
Por todo ello, la única solución que nos queda es la lucha en las calles, porque no nos pueden engañar: el libre mercado no es internacionalismo, a lo que llaman apertura no es más que el sometimiento cada vez mayor de nuestras vidas a los intereses de los capitalistas. Y sí, necesitamos unidad, la de los trabajadores y el pueblo para enfrentar estos ataques y para crear un Europa Socialista de los trabajadores y los pueblos.
(1) Guía rápida para entender el acuerdo de libre comercio con Canadá (CETA)
(2) Las consecuencias negativas de los anteriores tratados de libre comercio, Vincenç Navarro.
(3) Para Entender el TTIP Carlos Taibo.
(4) Más información en el Artículo TTIP: La nueva ofensiva del capital: http://www.corrienteroja.net/el-ttip-la-nueva-ofensiva-del-capital/