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Tras un verano trágico en violencia machista, ¡vamos a por un otoño de lucha!

Trece son las mujeres muertas a manos de sus parejas este verano. El peor julio de los últimos 17 años, con más feminicidios y agresiones sexuales.

De las 40 mujeres asesinadas en lo que va de 2019, solo 8 habían denunciado y la mitad tenía medidas de protección vigentes que no sirvieron de nada.

Este año se han registrado 42 agresiones sexuales múltiples. Y sea que cada vez hay más «manadas» o que son más visibles como resultado de una mayor concienciación social y de que los medios de comunicación hayan puesto su foco en ellas, lo que  está claro es que son parte de la cultura de la violación de una sociedad estructuralmente machista. Mientras, sigue sin existir una verdadera educación afectivo-sexual reglada en la escuela pública y hay un consumo de la pornografía, a edades cada vez más tempranas que termina «sustituyendo» peligrosamente a aquella.

Una pornografía (la que mayoritariamente se produce), cada vez más violenta, en el marco de una cosificación y mercantilización del cuerpo de las mujeres y su sexualidad, que se ha convertido en un  negocio millonario

Un 51,9% de las mujeres asesinadas en nuestro país entre 2003 y 2017, lo fueron por sus parejas o exparejas, por lo que como dice la propia ONU: en todo el mundo, «el hogar sigue siendo el lugar más peligroso para las mujeres». En Europa, diez países  no tienen datos mínimamente fiables de violencia machista y cinco (Irlanda, Bulgaria, Polonia, Grecia y Bélgica) carecen de  recuento en cualquiera de sus magnitudes (familiar, sexual, doméstica o de género). En el Estado español, aunque las cifras oficiales no reflejan ni de lejos toda la violencia machista, los datos son alarmantes.

 

De nuevo: «Mucho ruido y pocas nueces»

Mientras miles gritamos a voces y exigimos recursos y medidas eficaces para la prevención y atención, desde las instituciones se sigue revictimizando a las mujeres o peor aún: negando, minimizando o banalizando, la lacra de la violencia machista. Un ejemplo es el discurso de la derecha que quiere maquillarla como violencia doméstica, pese a que son cosas bien distintas. O la vergonzosa campaña contra la violencia de género que ha llevado a cabo este verano el gobierno andaluz.

El gobierno del PSOE en funciones, habla de la «urgencia» de poner en marcha el Pacto de Estado contra la violencia machista, que no va a acabar con esta violencia, porque esta  hunde sus raíces en causas materiales más profundas. Como ejemplo, un informe sobre «Acoso sexual y mujeres migradas», destaca que los principales factores que multiplican el riesgo de que las domésticas sufran en su mayoría acoso laboral sexual, es la alta precariedad laboral del colectivo  y una situación legal irregular promovida por la racista Ley de Extranjería.

La «agenda feminista» del «Programa progresista» presentado por el PSOE, más allá de los 40 miserables millones a los Ayuntamientos para atender a las mujeres que sufren esta lacra, es un compendio de inconcreciones que solo habla de «impulsar», «promover» o «fomentar» determinadas medidas, algunas ya contenidas en  planes y  programas que hasta ahora son papel mojado porque no se cumplen.

Se habla de reformar el Código Penal para que «Solo Sí sea Sí». Pero nada de depurar el sistema judicial machista, responsable de aplicar esas leyes ni de implantar una educación sexual y en valores de igualdad en la escuela pública como asignatura curricular, ya que esto supone enfrentar a la iglesia, lo que no están dispuestos a hacer.

Las 370 propuestas que recoge ese programa para intentar  una  improbable investidura, que distintos colectivos sociales ya han rechazado por dejar fuera muchas de sus demandas, dejan claro que el PSOE no tiene NINGUNA  intención de derogar las reformas laborales del 2010 y 2012, responsables de nuestra mayor tasa de desempleo, precariedad o directamente pobreza, ni de garantizar unas pensiones dignas para todas.

 

¡Combatir el machismo de forma permanente y unir a la clase, en la lucha por el socialismo!

En repudio a los feminicidios, la cara más visible y dramática de la violencia machista, varias organizaciones feministas llaman a movilizarse por la  «emergencia feminista» el próximo 20 de Septiembre. Una convocatoria que consistirá en  manifestaciones nocturnas y que ya ha recibido apoyos locales de algunas  organizaciones sindicales y políticas e incluso de algunos Ayuntamientos.

Desde Corriente Roja pensamos que las más de 1.000 mujeres asesinadas desde 2003, son motivos más que suficientes para salir a la calle. Pero las trabajadoras tenemos que tener muy claro a la hora de movilizarnos, cuales son nuestros verdaderos enemigos. No es un imaginario «sistema patriarcal» como dice el manifiesto que lanza la convocatoria, sino un sistema capitalista cuyo machismo es estructural y que utiliza la sobreexplotación, la opresión y la desigualdad de las mujeres, para sobreexplotarlas y hacer negocio con ello, aumentando sus beneficios y consiguiendo de paso dividirnos  y debilitarnos como clase trabajadora para mejor imponer sus planes.

No hay salida para las mujeres y resto de sectores oprimidos, dentro de esta sociedad capitalista que ya mostró toda su podredumbre y está llevando a la humanidad a la barbarie. Aunque podamos lograr algunas conquistas, SIEMPRE estarán amenazadas por los intereses de la burguesía. Por eso tenemos que luchar por nuestras reivindicaciones inmediatas sin olvidar que nuestro objetivo último es levantar y construir el socialismo para crear las condiciones estructurales que pongan fin al machismo. Para luchar por esto llamamos a las trabajadoras a construir con nosotras y nosotros una organización revolucionaria como es Corriente Roja.

Pero la lucha contra las opresiones es una tarea permanente. Aunque sabemos que el machismo no podrá ser erradicado hasta acabar con el propio capitalismo, necesitamos luchar cada día contra la opresión que padecemos, con el fin de lograr una vida digna. Por eso es necesaria la unidad de acción con todas aquellas organizaciones dispuestas a dar la pelea por los derechos de las mujeres.

 

¡No hay tiempo que perder!: construir  una fuerza independiente en las calles, «gobierne quien gobierne»

Este otoño se avecina caliente y no sólo por el calentamiento global. Ya hay varias convocatorias previstas, además de la del 20-N, (27-S, Contra el cambio climático, 16-O, Por unas pensiones dignas o 26-O, En defensa de lo público). Porque gobierne quien gobierne los derechos se defienden y juventud, pensionistas, mujeres y el conjunto de la clase trabajadora, al revés que sus señorías en el Parlamento, no tenemos tiempo que perder. Los datos económicos indican que no vamos hacia ninguna recuperación económica sino que caminamos hacia una  recesión, cuyo ajuste harán recaer en los de siempre.

Es imprescindible unificar dentro de un plan común todas esas luchas y  que las trabajadoras nos organicemos para que nuestras reivindicaciones estén también presentes en todas ellas, además de para dar un combate diario al machismo y su violencia, dentro de las organizaciones de  clase. Hay que construir  una fuerza independiente, obrera y democrática frente a la derecha franquista, al régimen,  la patronal y al gobierno que salga. Una fuerza que imponga en las calles el aumento del gasto social necesario para asegurar nuestro derecho a la vida y a una vida libre de violencias machistas de cualquier tipo.

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