Entrevistamos a Stefenos, del OKDE griego. Esta entrevista forma parte de una serie de reportajes que nuestro corresponsal está realizando durante dos semanas desde Grecia. Puedes leer el resto pinchando aquí.
- ¿Cómo caracterizáis al gobierno de Syriza?
Syriza creció del 3% de votos al 37% y a formar gobierno. Ese cambio es producto del ciclo de movilizaciones que se viven en Grecia, especialmente entre el 2010 y el 2012. Syriza no jugó un rol directivo en ellas, incluso estuvo ausente o directamente trató de minarlas. Pero la gente decidió votarlos contra los partidos que apoyaban el memorándum. Syriza no es como la antigua socialdemocracia. Tiene una base social muy débil, no controla los sindicatos. Incluso por esto puede dar giros tan fuertes en su política sin demasiada sujeción.
Aunque su programa decía que su objetivo estratégico es el socialismo, siempre fue reformista. Contra el memorándum planteaba un plan de colaboración de clases, creyendo que es posible cubrir las necesidades de los trabajadores a la vez que se cumple con la burguesía griega y europea. El nuevo gobierno se planteaba como de “salvación nacional”: todas las clases contra el memorándum, porque hasta los patrones estarían perjudicados. La idea era subir el salario mínimo para estimular el consumo, y salir así de la crisis y reactivar el crecimiento. Todo esto dentro de la UE, claro está. Y sin movilización obrera o popular.
La falencia de este plan lleva a concesiones rápidamente. Ya el 20 de febrero se paga escrupulosamente la deuda y se declara que no se tomará ninguna decisión unilateral. La firma de acuerdo no es sino una consecuencia de esto.
- ¿Qué política ha ido desarrollando la OKDE ante el nuevo gobierno?
Primero intentamos explicar y explicar los límites del plan de Tsipras para advertir del peligro que venía. Intentamos organizar a los trabajadores y a los pobres en los puestos de trabajo y en los barrios, también a los estudiantes en los institutos y la universidad. Esto intentamos llevarlo a la práctica con asambleas en los barrios obreros, en los sindicatos o en las asociaciones estudiantiles.
Nuestras propuestas políticas son cancelar la deuda, salir de la UE y el €, nacionalizar la banca y las empresas estratégicas bajo control obrero. Y para esto queremos un gobierno de trabajadores, que se base en la movilización y en la autoorganización de nuestra clase.
- ¿Y ahora?
El “no” ganó por el voto de la juventud, de los trabajadores y los pobres. Para votar que no superaron numerosas presiones: los medios de comunicación, el cierre de los bancos y hasta el llamado a votar sí de los sindicatos. Fue un “no” enraizado en las luchas. Los resultados son una muestra de la radicalización de los trabajadores y es una bofetada a la UE. Las encuestan dicen ahora que un 30% de los griegos es favorable a abandonar la UE. Que Tsipras no respetara el “no” no cambia eso. La gente se está moviendo hacia la izquierda y el tercer memorándum hará daño a la gente, pero también a Syriza. La ilusión en ellos se irá cada vez más con la aplicación del memorándum. Nuestra tarea es organizar a la gente del “no” en comités con el programa que dije antes. Intentamos organizar las luchas, lidiar con la crisis humanitaria en marcha, que va creciendo.
La solución no es una segunda Syriza alrededor de Lafazanis. La Plataforma de Izquierda de Syriza tiene mucha responsabilidad en lo que ha pasado, no prepararon a nadie por lo que venía y tienen mucho acuerdo con Tsipras. Su visión es una Grecia capitalista que se desarrolle autónomamente, sin luchas, sin control obrero, sin ninguna medida socialista o anticapitalista.
Por cierto, si Syriza que es eurocomunista y se declara estratégicamente socialista, imagina lo que hará Podemos. Un partido que no ve la profundidad de la crisis capitalista, que no ve que la UE y el € sólo viven gracias a la aplicación de los memorándums se pondrá de rodillas incluso antes que Syriza.
- ¿Qué coordinación internacionalista debemos tener entre nuestros pueblos?
Estamos muy felices por la movilización que ha habido en toda Europa en solidaridad con Grecia. Pero nos falta una internacional obrera. La base para esto es la problemática común que tenemos, la situación tiene una dimensión claramente europea. Imagina lo que podríamos hacer si hubiera partidos revolucionarios unidos en toda Europa. Haríamos una gran presión, movilizaciones… sería una buena visión de una posible Europa unida y socialista. La bancarrota de Syriza esperemos que nos permita fortalecer opciones revolucionarias en los distintos países para luchar contra el monstruo que es la UE y las instituciones europeas.
No hay atajos a través de “unir a la izquierda” o a través de “partidos anticapitalistas amplios”. El trabajo necesario y duro pasa por la organización obrera en lo concreto.
- ¿La gente reaccionará al nuevo memorándum?
Con seguridad lo hará. La ilusión electoral se va yendo. La juventud, los parados, antes o después explotarán, no se van a morir de hambre callados. Syriza no va a poder evitar esto. La pregunta es si las luchas del futuro llegarán hasta donde se necesita, hasta la autoorganización de los trabajadores para tomar en nuestras manos el futuro. Hasta la huelga ilimitada, hasta enfrentar el estado policial sin el cual no se podrá aplicar el memorándum.
- ¿Hay posibilidades de que un partido revolucionario crezca en Grecia?
El auge de Syriza bloqueó la posibilidad de que un partido así emergiera. Con Syriza ahora del otro lado de la barricada, las posibilidades son importantes. Pero hay grandes peligros a la vez. Los revolucionarios necesitamos anclarnos profundamente a la clase trabajadora y organizarla. Quien lo consiga tendrá base para construir un gran partido revolucionario.