En vísperas del 18 de julio, y en plena exaltación fascista por la intención de exhumar los restos de Franco en el Valle de los Caídos, podemos decir que Franco “es un zombi”. Aunque Franco murió en 1975, los franquistas siguen campando a sus anchas, haciendo apología del terror y del odio. Mientras twitteros y raperos son encarcelados por denunciar los atropellos cometidos al pueblo trabajador y denunciar las cloacas del Estado.
No solo encontramos vestigios del franquismo en las tertulias radiofónicas con total impunidad. Si paseamos por ciudades como Barcelona, veremos muchas placas del Ministerio de la Vivienda (VPO) en muchos edificios. Por toda España sigue habiendo nomenclatura dedicadas al dictador y sus generales. En los últimos días también hemos vivido un revuelo causado por la lucha de asociaciones de la Memoria Histórica para la retirada de los restos de Queipo del Llano en la basílica de la Macarena.
Por el “otro bando”, todavía hay cientos, sino miles, de fosas comunes por desenterrar. Nuestros muertos siguen en cunetas mientras fascistas están enterrados con los mayores honores. Mientras en Alemania está estrictamente prohibida cualquier exaltación fascista, estando los restos de Hitler en paradero desconocido y su lugar de muerte convertido en un anónimo aparcamiento, aquí seguimos teniendo al dictador en un gigantesco mausoleo.
Hay quienes argumentan que tener estos nombres en calles, plazas o placas es por historia y no por vanagloriar a criminales fascistas. La historia del Estado Español sigue bañada de sangre, sin memoria, sin justicia y sin reparación.
No exigimos su retirada por nostalgia, es que lo que ocurrió en este país tiene aún una vigencia directa en la realidad y no se ha hecho justicia. Aquellos que lucharon por la libertad siguen en cunetas. No son las ‘’batallitas del abuelo’’. Aquí hubo una dictadura de 40 años que muchos siguen conmemorando y nunca hubo ruptura con ella, más bien un intento de lavado de cara: el TOP (Tribunal de Orden Público) pasó a ser la Audiencia Nacional, se mantuvo la bandera sólo quitando el águila, los criminales de la dictadura franquista ocupan cargos de relevancia en cuerpos de seguridad e instituciones públicas… Como bien sabemos, no se cortó de raíz con el fascismo como se hizo en Italia: Franco murió en su cama y con un funeral digno de faraones.
Así las cosas, como vivimos en el país en el que vivimos, a estos energúmenos que están ocupando el Valle de los Caídos para evitar la exhumación del dictador seguramente no les pasará nada y gozarán de total impunidad, campando a sus anchas por redes sociales y difundiendo ideas fascistas, xenófobas, ultracatólicas, machistas, homófobas… Sin embargo ahí tenemos a Alfon, Molero, los presos catalanes, junto a otrxs presxs políticxs, detenidxs por luchar contra un sistema que nos condena a la más absoluta miseria y precariedad. O gente que es detenida por hacer chistes sobre Carrero Blanco, o multada por llevar camisetas de ACAB, o sin ir más lejos, por ocupar, pero no para evitar la exhumación de un sanguinario dictador, sino por el derecho a la vivienda digna.
No podemos dejar de mencionar el papel deleznable de los gobiernos, destacadamente el PP, otorgando subvenciones a la Fundación Francisco Franco mientras se vanagloria de dejar sin efecto la Memoria Histórica. Aunque conociendo los orígenes de este partido tampoco sorprende. Eso por no hablar de las miserables declaraciones de muchas de sus figuras públicas, burlándose de aquellos que siguen en cunetas y no dando ni un duro a asociaciones memorialistas.
Al hilo de esta publicación, Pedro Sánchez asegura que la exhumación de Franco será en ‘’breve’’. Nosotros, como antifascistas que nos declaramos, queremos hechos, no palabras.
- Hay que acabar con todos los lugares de exaltación fascista.
- Ni siquiera se cumple con la ley de memoria histórica.
- España es el segundo país con más desaparecidos por detrás de Camboya: se estima que aún quedan unas 140.000 personas por encontrar dentro de las fronteras del Estado Español. Cantidad de gente que sigue enterrada ahí en cualquier sitio.
- Más allá de lo simbólico hay que castigar a los culpables (por ejemplo Billy el Niño) y que devuelvan lo robado (por ejemplo, la fortuna y propiedades de la familia de Franco, incluido el ducado).
- O demoler el Valle de los Caídos o dejar que la naturaleza lo absorba, prohibir actos de exaltación fascista y máxima dureza con aquellos que celebran la represión fascista. Respeto total y absoluto a las víctimas de la dictadura franquista.
- ¡Memoria, justicia y reparación!
Adjunto este texto visto en Facebook que me parece interesante:
‘’No desalojarán El Valle de los Caídos. La policía no irá a pegarles con porras y escudos.
Nadie les sacará un ojo de un balazo ni saltarán sobre ellos con botas de punta de hierro.
Tampoco les acusarán de delitos de odio, ni se inventarán que son violentos y les demandarán por terrorismo.
Nadie pedirá 30 años de condena.
No bloquearán las cuentas de sus asociaciones y seguirán sin plantearse ilegalizarlas o dejar de financiarlas.
No meterán en la cárcel a quienes hayan organizado o retuiteado esta convocatoria.
Nadie les demandará por atentar contra la Constitución.
No serán juzgados por apología del terrorismo.
Nadie dirá que han cometido Rebelión o Sedición, que es un acto “tumultuoso”.
El Rey no saldrá por la tele ha decir que España sabrá defenderse del fascismo “con toda la fuerza necesaria”.
No habrán órdenes de búsqueda y captura (ni mucho menos euro-órdenes, porque nadie les perseguirá ni dentro ni fuera del territorio nacional)
Los políticos no dirán que esta gente es partidaria del Apartheid, que dividen a la sociedad y están provocando un conflicto civil.
La policía no cantará “a por ellos” en los autocares, de camino al lugar, con ganas de darles una buena lección.
Porque, aunque sean fascistas, son españoles que se sienten españoles.