Puigdemont y Junqueras no tienen derecho a traicionar la soberanía popularEl mandato del 1 y del 3 de Octubre exige proclamar ya la República catalana y tomar medidas de urgencia a favor del pueblo trabajador
- Este 10 de octubre el Govern de la Generalitat ha traicionado la voluntad popular expresada en el referéndum del 1 de octubre y en la huelga general del día 3. En lugar de honrar el mandato popular, Puigdemont y Junqueras se han sometido al mandato de los representantes de la Europa del capital (la UE), los bancos y las patronales, esa ínfima minoría enemiga de los derechos de los pueblos y de la clase trabajadora.
- La «suspensión» de la República catalana a los 8 segundos de declararla, avergüenza a un pueblo que se ha ganado el respeto y la admiración del mundo por su coraje y determinación. La firma a última hora de una declaración de independencia, sin ningún valor jurídico y con un contenido propio de la derecha convergente, sólo sirve para endulzar la traición cometida. No podemos compartir que la firmaran lxs diputadxs de la CUP.
- Si fue posible ganar el referéndum el 1-O se debió a la movilización masiva y la autoorganización popular. El Govern, en realidad, no aspiraba a ir más allá de una protesta. Por eso disolvió la Sindicatura Electoral y por eso la ANC llamó a hacer colas silenciosas en los colegios electorales dejando que la policía retiraba las urnas. Pero el pueblo no siguió estas consignas y garantizó el referéndum mediante un auténtico levantamiento popular, enfrentando a cuerpo descubierto una salvaje represión. Dos días después, la huelga general paralizaba el país en una de las mayores movilizaciones de la historia de Cataluña.Pero el Govern, en lugar de respetar el mandato popular y proclamar la República al calor del referéndum y de la huelga general, dejó pasar una semana para que la movilización se enfriara, permitiendo el contraataque económico y político del españolismo reaccionario y acabando en la traición del 10 de octubre
- Para justificar su comportamiento, el Govern ha hablado de una supuesta «vía eslovena» y lo ha hecho mintiendo, porque Eslovenia, desde el mismo momento en que celebró y ganó su referéndum «ilegal» comenzó a actuar como estado soberano, tomando el control de las fronteras, las tropas, la policía, los impuestos y la justicia. El tratado de paz de Brioni, que «retardó» tres meses los efectos de la declaración formal de independencia, no fue sino una maniobra diplomática porque Eslovenia era ya un estado soberano a todos los efectos.
- Puigdemont-Junqueras han justificado la capitulación apelando a una mediación internacional inexistente y a un diálogo imposible con un régimen heredero del franquismo que no admite otra cosa que la rendición incondicional y que sólo busca la venganza y una humillación ejemplarizante.
- Seguir, a estas alturas, llamando a confiar en la UE, como hace el Govern de JxS es sencillamente un crimen. La UE y sus gobiernos han cerrado filas de forma rotunda con el rey y Rajoy contra el pueblo de Cataluña y no han dudado siquiera en justificar la represión salvaje del 1-O.Pero la UE no es «Europa» sino un engranaje antidemocrático de la oligarquía financiera contra los trabajadores y los pueblos de Europa. Es por eso que la UE no puede permitir que un pueblo imponga su voluntad democrática venciendo leyes injustas e ilegítimas. Tampoco puede dejar que el pago de la deuda española con los bancos europeos corra ningún riesgo. Y tampoco que otras minorías nacionales europeas se crezcan y reivindiquen con más fuerza sus derechos. Nuestros aliados son los trabajadores y los pueblos de Europa. La UE y sus gobiernos son los enemigos de la República catalana.
- Ahora mismo, Rajoy, de acuerdo con Sánchez y con el apoyo expreso de la UE, ha puesto en marcha la aplicación del artículo 155. Si el Govern no se humilla, el Estado suspenderá la autonomía, intervendrá a los Mossos y la Educación y no dudará en detener al Govern, comenzar a ilegalizar partidos, lanzar una razzia represiva contra los activistas y montar unas elecciones fraudulentas para hacerse con el Govern. Como señuelo para que el Govern se humille, ofrecen la zanahoria de la negociación de una supuesta «reforma constitucional» de aquí a seis meses en la que, como han declarado PP y PSOE, «en ningún caso se negocia la unidad de España».Pero si el Govern se humilla, la perspectiva no es mucho mejor, porque este régimen heredero del franquismo está igualmente determinado a «restablecer la normalidad constitucional», aniquilar la resistencia y dar un escarmiento ejemplar.
- El PSOE-PSC es colaborador necesario y cómplice principal de Rajoy en su guerra contra el pueblo de Cataluña. Junto al PP, se ha mostrado como uno de los pilares básicos del régimen. Cuando el Rey ha llamado a cerrar filas, Sánchez se ha cuadrado y se han acabado las florituras. Su apoyo a la represión, al artículo 155 y la participación del PSOE-PSC en la manifestación del 8 de octubre, mano a mano con el PP, Ciudadanos y la ultraderecha nazi, es la demostración gráfica de su completa descomposición política y moral.
- También hay que decir que, más allá de las protestas parlamentarias contra la represión, Podemos y los Comunes de Ada Colau están jugando un papel nefasto, en un intento desesperado por reconducir el movimiento a los carriles del régimen en nombre de un «referéndum pactado» que saben imposible.Han deslegitimado el referéndum alegando que, como no estaba pactado, no tenía «garantías» y «no estaba reconocido por la UE». Después, se han negado a reconocer los resultados. Ada Colau resultaba patética haciéndose eco de «las principales fuerzas sindicales[léase burocracia de CCOO-UGT], el mundo empresarial y diferentes entidades de la sociedad civil», para implorar a Puigdemont que no proclamara la República catalana, apelando a un “diálogo” para el que sabía que no hay interlocutor.
- El 19 de octubre vence el plazo dado por Rajoy para desplegar el artículo 155. Pero pase lo que pase, el movimiento no ha sido derrotado. A pesar de la traición del Govern, el movimiento popular del 1 y el 3 de octubre mantiene sus fuerzas. Ahora se trata de recuperar la iniciativa y reactivar la movilización popular masiva para hacer frente a la ofensiva represiva del Estado y para hacer respetar el mandato del 1 de octubre. No está dicha la última palabra. No podemos perder la fe en la victoria.
Pero para ello no podemos otorgar ninguna confianza a un Govern que ha violado el mandato del día 1-O y siente pánico a la movilización popular. No dudaremos ni un segundo en defender al president y a los miembros del Govern de la represión vengativa de los herederos del franquismo, pero no deben recibir ningún apoyo político. Con ellos al frente, vamos abocados a la derrota. La República catalana será obra de la lucha independiente de los trabajadores y el pueblo, será su República o no será.
- Ahora, venga lo que venga del régimen heredero del franquismo, hay que organizar y coordinar la resistencia desde los CDR, el sindicalismo alternativo y los diferentes movimientos de base, impulsar la autoorganización y la autodefensa popular de manera independiente del Govern y sus correas de transmisión (ANC). Hay que preparar juntos la respuesta, incluyendo la huelga general.Hay que exigir y obligar al Govern y al Parlament que acaten el mandato popular y proclamen ya la República catalana. Y que pongan de inmediato a los Mossos d’Esquadra al servicio de la defensa de ésta.
- No se puede separar la lucha por la proclamación inmediata de la República de la lucha por las reivindicaciones sociales más urgentes: la derogación inmediata de las reformas laborales, unas pensiones dignas garantizadas por los presupuestos, un salario mínimo de 1000€, la reversión de los recortes, la prohibición de los desahucios o la derogación del 3+2 y la LOMCE, entre otras medidas. Esta es también la mejor garantía para conseguir la solidaridad activa de lxs trabajadorxs del resto del estado y de Europa que necesitamos para ganar.Hoy el mayor desafío es ganar a la mayoría de la clase trabajadora a la tarea de construir y proclamar la República catalana como instrumento para lograr el pan, el trabajo, el techo, la igualdad y la soberanía. Solo una República así sabrá dar respuesta cabal a los bancos y empresas que trasladan sus sedes fuera de Cataluña.
La lucha sigue, la victoria es posible.