La crisis del coronavirus ha contagiado hasta la fecha a más de 8,4 millones de personas en el mundo y se ha llevado por delante la vida de 454.000 personas, más de 28.300 en el Estado español. Datos oficiales estremecedores pese a la evidencia de que están muy por debajo de los datos reales.
Los gobiernos dijeron que esto “es una guerra” pero ni siquiera a los/as soldados de primera línea, el personal sanitario, le garantizaron las armas más básicas para combatir: los EPIS y las UCIs. Se han provocado muchos contagios y se han perdido muchas vidas por la falta de personal y de medios. Y si el drama no ha sido mayor aún es por el tesón y la voluntad de todo el personal sanitario (médicos/as, enfermeras/os, limpiadoras, celadoras/es…)
Quienes como los trabajadores/as de la sanidad, las organizaciones sindicales, sociales o políticas que hemos venido denunciando en estos años las políticas privatizadoras, denunciando los recortes en sanidad y que la sanidad no es un negocio, es un derecho, tenemos la obligación y el derecho de señalar con el dedo a los culpables de que la pandemia ha causado más estragos de los que podría haber hecho con una sanidad pública al servicio de la sociedad y no de los especuladores. Los gobiernos del PP y del PSOE que se turnaron en estos años, como Junts pel Sí o PNV en Cataluña y País Vasco, son responsables de las políticas de privatizaciones y recortes… que matan.
En todas las CCAA se lleva produciendo desde hace años una tendencia a disminuir las plantillas, cierres de centros, plantas y quirófanos, y recortes en atención primaria. No en vano, con los votos de PSOE, PP, PNV, CiU y CC se aprobó la Ley 15/97 de “Nuevas Formas de Gestión en la Sanidad” que abría el camino legal para transformar el sector público sanitario en un mercado para las constructoras y tras ellas los fondos buitres.
Hay quien rechaza la “politización” de la pandemia porque el virus no entiende de clases sociales ni de partidos, pero si el virus no entiende de “lucha de clases” ¡los que gobiernan sí! Por eso, aquí y en el mundo los muertos los pone la clase obrera, los barrios más pobres y los sectores más vulnerables como las personas mayores.
LA PANDEMIA NO HA TERMINADO…
Las cifras a nivel mundial muestran que la pandemia está lejos de haber acabado y los rebrotes están al orden del día. Pero el gobierno PSOE-UP y todos los gobiernos autonómicos, al dictado de la gran patronal, están tomando decisiones a la carrera para que prevalezcan sus intereses económicos por encima de la vida de las personas. Los que hablan del “interés general” son los mismos que desmantelaron las industrias y generaron una economía de dependencia, en especial el turismo, y ahora en medio de tanta palabrería y promesas incumplidas no tienen más propuestas que optar entre morir de enfermedad o de hambre.
NI LOS RECORTES TAMPOCO
Se sumaron a los aplausos de la población a sus sanitarios y prometieron hasta 50.000 nuevos contratados, pero los refuerzos llegaban con cuenta gotas o no llegaban y aprobaban protocolos para que a los mayores de las residencias no se les ingresara en los hospitales. El resultado se pagó en contagios y muertes. Pero: ¿hemos aprendido?, ¿en la “nueva normalidad” todo esto se va a acabar y ninguna pandemia nos pillará sin defensas sanitarias? Los Centros de Salud siguen funcionando a medias y algunos cerrados; los refuerzos prometidos no llegan o lo hacen en cantidades irrisorias; falta personal en un tema clave como la atención primaria; el Hospital Niño Jesús está siendo privatizado; privatizan la única limpieza pública que quedaba la del Hospital Gregorio Marañón; los/as MIR anuncian huelga el 13 de julio por la precariedad de condiciones laborales y salarios que tienen, los trabajadores/as de los Centros de Salud salen a la calle cada lunes pidiendo refuerzos ya, material de protección, contratos y salarios dignos.
En la “nueva normalidad”, como en la vieja, las promesas se desvanecen y la salud se sigue rigiendo por las leyes capitalistas del mercado: la sanidad es un negocio y no un derecho inalienable y universal, donde nos va la vida en ello. Por eso unos juran por Hipócrates y otros prometen como hipócritas.
¡ AYUSO DIMISIÓN!
FUERA MANOS PRIVADAS DE LAS RESIDENCIAS
Por su gestión de las Residencias que se convirtieron en una trampa para los más de 8.100 mayores que han perdido la vida en las Residencias de Madrid. Porque les dejaron morir. Por ser la más clara representante del Partido de las Privatizaciones. Porque cada vez que abre la boca “sube el pan”. Hay que echar a Ayuso y su gobierno.
Para impedir que este drama y asesinato se reproduzca ante cualquier rebrote de la pandemia; por la dignidad de las personas mayores que no merecen ser tratados como trastos viejos. Por el personal de las residencias que se han desvivido sin medios y a costa de su salud y el riesgo de su vida. Porque no aceptamos este sistema capitalista que hace de todo una mercancía, un negocio para el interés de unos pocos.
Tenemos que exigir del gobierno PSOE-UP, que todas las Residencias de Mayores pasen a ser públicas y de gestión pública, dotadas de personal y medios.
La sanidad, como la vivienda, se ha convertido en el objetivo preferente de constructoras, multinacionales y los llamados Fondos Buitres. El 65% de los hospitales de todo el país son privados o concertados y el 40% de ellos financiados con dinero público. Ni en plena pandemia han dejado de hacer caja. La privada le piden al Estado que cubra el 75% de su facturación por la crisis del COVID-19, cuando las privadas sólo han asumido el 19% de los pacientes atendidos en la crisis y apenas el 10% de los ingresados en UCI. Como las grandes patronales, las que niegan “la intervención del Estado” han corrido en busca de éste para que les financien los ERTEs para 28.000 trabajadores/as.
Sabemos que el PP es el abanderado de las privatizaciones y el desmontaje de la sanidad pública, fueron los alumnos aventajados de Thatcher y Reagan, y hoy junto a VOX tienen en Trump o Bolsonaro a sus referentes. Pero el país modelo del capitalismo mundial, los EEUU, la gente pobre, la comunidad negra y latina mueren por la falta de atención sanitaria. Ya van más de 2,2 millones de contagiados/as y 120.000 personas fallecidas.
Ese es el modelo del PP y VOX: quien no tenga dinero que se muera.
Pero el actual gobierno PSOE-UP no ha hecho valer una política diametralmente opuesta a la derecha ni siquiera cuando en virtud del Estado de Alarma tenía la centralización de las competencias sanitarias.
La lucha contra la pandemia y sus rebrotes nos obliga a exigir de este gobierno:
Ni un euro público para la privada.
Recuperación de todos los hospitales y servicios privatizados. Derogación de la 15/97.
Contratación de personal, estable y con salarios dignos.
Potenciar la atención primaria con refuerzos de personal y más medios.
Equipamiento de protección (de calidad y suficiente) para todo el personal sanitario.
Garantía de test masivos a la población (aunque no sean futbolistas).
Garantías económicas y sociales para un verdadero confinamiento si hay rebrotes.
¡Regularización ya! para que ningún trabajador/a inmigrante quede fuera del derecho a una Sanidad Pública y Universal, por su vida y por la de todos/as.
Reducción del Presupuesto de Defensa y de la Casa Real para aumentar el de la sanidad pública
No al pago de la deuda que contrajeron banqueros y especuladores.
Unir para luchar y ganar
La manifestación del 20J convocada por CAS; las concentraciones los lunes ante los Centros de Salud a iniciativa de Sanitarios Necesarios y la actual falta de convocatorias de la Marea Blanca, están mostrando un escenario de división que no ayuda a masificar la movilización en apoyo a las justas reivindicaciones del personal sanitario, ni en defensa de la Sanidad Pública. Sin duda que la principal responsabilidad de esta división recae en quienes alientan la desmovilización a instancias de los partidos del Gobierno de coalición y los dirigentes de CCOO y UGT.
Pero tampoco contribuyen quienes en nombre de “no politizar” olvidan que son decisiones de los gobiernos y sus partidos los que nos han traído hasta esta lamentable situación.
La voluntad de los vecinos/as en los barrios es manifiesta en defensa de la sanidad pública y de sus sanitarios. Para esa lucha no sobra nadie, ni sindicatos, ni AAVV, ni colectivos sociales, ni partidos políticos dispuestos a apoyar las reivindicaciones de los trabajadores/as y la sanidad pública, gobierne, quien gobierne.