Recién se cumple un año de la nueva ofensiva genocida sionista contra el pueblo palestino. Hay que señalar de manera muy positiva la respuesta organizada que se está dando a nivel internacional contra este genocidio. En el Estado español han sido meses de manifestaciones, concentraciones, acampadas y actos solidarios convocados y desarrollados por todos/as los/las que nos hemos negado de manera rotunda a normalizar el genocidio.

Por Corriente Roja

El pasado día 27 de septiembre, la Jornada estatal de lucha convocada por diferentes organizaciones sindicales y, en el caso de CGT y Solidaridad Obrera (SO), de Huelga General, suponía un intento de dar un salto importante en esta lucha contra el genocidio, de apoyo a la resistencia palestina y denuncia y exigencia al gobierno de que rompa todas las relaciones militares, comerciales y diplomáticas con el Estado sionista.

Corriente Roja, desde el primer momento le dimos mucho valor a esta convocatoria, entendida como una Jornada estatal de lucha, fundamentalmente por dos razones. La primera, porque en sus exigencias confrontaba directamente con la complicidad del gobierno PSOE-Sumar con Israel y la segunda razón porque la convocatoria permitía poner en el centro el llamamiento a la clase obrera y tomar conciencia de que esto no es una guerra, es un genocidio. Que el Estado español forma parte del apoyo al genocidio y que la tarea central es poner en los países de Europa y EEUU a nuestros propios gobiernos contra la pared. Porque la clase obrera es la única que puede desafiar a los gobiernos diciéndoles ¡O paran el genocidio o paramos el país!

Esa era y es la batalla que tiene que dar la clase obrera y por eso la apuesta por una gran Jornada de lucha y movilización, y no por una Huelga General que, con todo el respeto, era imposible de acometer con éxito. Porque para que una Huelga General merezca de tal nombre y sea una verdadera herramienta de poder de nuestra clase tiene que ser organizada desde abajo y se tiene que construir democráticamente, implicando al conjunto de la clase trabajadora y debatiéndola en todos los centros de trabajo, de estudio y barrios. Por eso desde Corriente Roja apostamos por apoyar la decisión del Sindicato de Comisiones de Base (Co.Bas) de apelar a su afiliación y delegados/as a organizar y preparar en las empresas una Jornada de lucha.

Y es en este sentido que el pasado 27-S se demostró que se daban todas las condiciones para apostar por esa Jornada de lucha. Las diferentes concentraciones que a lo largo del día se fueron sucediendo en distintas empresas, centros de estudio, hospitales, barrios obreros, etc. aun siendo simbólicas fueron muy importantes para ese llamamiento a la clase obrera a entrar en acción y prepararon las grandes manifestaciones de la tarde en todo el Estado.

En Madrid

Las asambleas de delegados/as y activistas, las charlas en los barrios y organizadas en común con Asociaciones de Vecinos/as como la de San Pascual, las mociones en los Comités de Empresa que las delegadas/os del sindicato Co.Bas (Madrid) presentaron en numerosas empresas llamando a realizar de forma unitaria esta jornada de apoyo a Palestina, fueron preparando el terreno para el 27S. 

Concentraciones como las de los/as trabajadores/as de Amazon-San Fernando de Henares, de Airbus- Getafe, las concentraciones en la calle a la hora del bocadillo con banderas palestinas en empresas del sector de la Intervención Social en Madrid, como CEAR o Grupo 5, de los jardineros de San José el Ejidillo, de las trabajadoras/es de la Sanidad como las de los Hospitales de Alcorcón y el 12 de Octubre, del pasacampus de estudiantes profesoras/es y trabajadoras de la limpieza de la Universidad Complutense de Madrid, de delegados/as de numerosos sectores que a las 13,00 horas de ese día se concentraron ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, fueron alguno de los numerosos ejemplos de esta Jornada que sirvieron de preparación para las manifestaciones masivas de la tarde.    

En Catalunya

La militancia de Corrent Roig en Catalunya se sumó a la Jornada de lucha del 27-S en solidaridad con el pueblo palestino en diversos pueblos y ciudades.

En Sabadell, Terrassa, la Universitat Autònoma de Barcelona, Sant Andreu de la Barca y los barrios barceloninos de Montbau y Porta realizamos varias encarteladas y talleres de pancartas como parte de la preparación de la Jornada estatal de lucha. Asimismo, como parte imprescindible de nuestra campaña, hemos repartido panfletos en varias fábricas del Vallés Occidental en las que, posteriormente, se han organizado asambleas para decidir cómo sumarse a la jornada del 27-S.

Codo con codo con la comunidad palestina de Catalunya hemos iniciado una campaña por los comercios de Sabadell para mostrar públicamente el rechazo al genocidio contra el pueblo palestino y hemos facilitado materiales para que se puedan vender y, así, enviar los beneficios al campo de refugiados de Jenin.

El mismo día 27, una delegación de Sabadell, acompañada de compañeras de la PAHC y otras activistas se sumaron a la manifestación de Barcelona. Corrent Roig fuimos parte del bloque de Co.Bas, que se manifestó con una pancarta que rezaba “La clase obrera con Palestina. ¡Ruptura con Israel ya!”. La manifestación comenzó en Jardinets de Gràcia y estuvimos incansablemente agitando consignas en catalán, castellano, inglés y árabe denunciando la complicidad del gobierno español con el Estado sionista, exigiendo la ruptura de relaciones y la solidaridad internacional.

En Galiza

Como era previsible, la movilización del 27S fue más una Jornada estatal de lucha que una Huelga General. Hubo acciones en 10 localidades, desde A Coruña hasta Ribadeo, pasando por Vigo, Santiago, Pontevedra, Ourense, Vilalba, Ferrol y Monforte de Lemos.

A primera hora de la mañana en A Coruña algunos trenes no salieron (principalmente los de hora punta, a las 8 de la mañana) con un comunicado de Renfe a las personas usuarias, explicando que las tripulaciones se habían sumado a la huelga por Palestina.

A las puertas del astillero militar Navantia Ferrol la plantilla se concentró convocada por el comité de empresa, que había emitido un comunicado conjunto de CGT, CCOO, UGT y CIG. Asimismo, hubo huelguistas en bibliotecas de Santiago, afiliados a la CIG que rompieron la disciplina de su sindicato, y en la administración de Pontevedra.

Para valorar la Jornada de lucha hay que tener en cuenta que no solo se hizo contra la posición de CCOO y UGT, que es la del gobierno; sino de la misma CIG y el BNG que estaban en contra. Y, aun así, salieron importantes manifestaciones en todas las ciudades excepto Lugo, y tuvo dos puntos importantes, la concentración de Navantia y los paros en Renfe.

Los y las militantes de Corrente Vermella nos concentramos en el trabajo con la plataforma BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) y en la Acampada de la Universidad de A Coruña, además de participar en las movilizaciones.

Lo que hace Israel sería imposible sin la complicidad de los gobiernos de EEUU y Europa

La propaganda del «gobierno progresista» ha hecho pasar por solidaridad con Palestina una política que en rigor es de complicidad directa con los genocidas. Como hemos explicado estos días en las charlas y asambleas esa afirmación no es un exabrupto, se trata de hechos objetivos, de datos y no de relatos.

¿Cómo es posible que un «país» con escasos 6 millones de habitantes, como Israel, sostenga semejante nivel de beligerancia militar, un genocidio televisado y ahora una nueva invasión de Líbano? ¿Cómo sustentar tan descomunal gasto militar? Una de las claves es sin duda la de ser un enclave militar cuya población sionista está permanentemente en armas. Otra de las claves es el apoyo económico y militar de su principal valedor hoy los EEUU, gobierne quien gobierne. Pero aún y con todo eso resultaría difícil sino imposible sostener tan descomunal potencial militar. Y ahí vienen las otras claves de las que menos hablan los amigos confesos e inconfesos del sionismo.

Israel es la mayor productora de armas del mundo, per cápita. Y en términos absolutos se sitúa en el décimo lugar de los mayores exportadores de grandes armas. En Israel operan 600 compañías de armas que dan empleo directo a más de 45.000 personas. En rigor apenas son 4 o 5 las grandes compañías. Lo esencial es que Israel exporta el 70% de su producción de armamentos, compárese con EEUU que exporta el 24% o con Rusia que alcanza el 55%.

Entre 2018 y 2022 Israel ha multiplicado, «gobierno a gobierno», por 10 los acuerdos comerciales de armas y en el 2021 las ventas de armas fueron las más altas de su historia aumentando un 55% con respecto a los dos años anteriores. El marketing comercial de las armas israelíes no puede ser más siniestro, son los únicos fabricantes de armas del mundo que presumen de vender «armas probadas en combate». Palestina es el gran laboratorio de las armas sionistas.

Nada de esa descomunal industria sería posible si los gobiernos europeos y de EEUU no formaran parte del comercio de la producción israelí. Como dicen irónicamente los palestinos, Israel cambió la exportación de «naranjas por granadas«.      

Esa industria militar sionista incluye no solo que los estados como el español, les compren sus armas, sino que en sus territorios se fabriquen esas armas y en la contabilidad de importaciones y exportaciones no se registren en muchos casos a nombre de Israel.

El gobierno español mintió cuando afirmó que desde el 7 de octubre ya no había comercio de armas con Israel. «España ha adquirido armamento israelí por valor de más de 1.000 millones de euros desde que se inició el actual conflicto de Gaza el pasado 7 de octubre, según un informe del Centro Delàs de investigaciones para la paz.

Y sigue mintiendo cuando oculta la producción armamentista israelí en España. Los misiles Spike que fabrica la empresa Israelí Rafael lo hacen en colaboración con la Santa Bárbara Sistemas y General Dynamics, se fabrican en España mediante un contrato de transferencia de tecnología. La Empresa española Tecnobit es la responsable del suministro de esos misiles, entre otros clientes al ejército español.

Otras empresas españolas como Escribano, FMG, Expal, junto a Tecnobit conforman un consorcio de empresas liderado por Pac Tecnos, una empresa española, que en verdad es una filial de la mencionada Rafael. Otra de las grandes empresas israelíes como Elbit Systems mantiene la producción aquí de misiles lanzacohetes en colaboración con empresas como Expal y Escribano. Y así un intenso listado que incluye a Indra Sistemas, Airbus CASA como productores de armamento sionista en territorio español amén de recordar que parte del armamento, la protección y la munición del Ejército español, la Guardia Civil, Policía Nacional o Policías locales se nutren de esta industria del sionismo.  

Y entonces volvemos al principio, ¿es o no el Estado español, con el Gobierno PSOE-Sumar, parte fundamental para sostener militarmente a los genocidas? ¿Es o no complicidad con ellos la actitud de los dirigentes de CCOO y UGT?

La continuidad de esta lucha: seguir apelando a la clase obrera y poner al gobierno en el punto de mira de las exigencias

La lucha por Palestina, por Líbano hoy, exige dar un paso solidario cualitativo, que los gobiernos cómplices de los genocidas y la burocracia sindical que los aplaude, sean señalados y la lucha se vuelva contra ellos en su propio país. Ese es el enorme valor del 27S, haber señalado esa complicidad y poner en el centro de la lucha la exigencia de ruptura de relaciones comerciales, diplomáticas y militares con el estado de Israel, el haber empezado a llevar esta denuncia y esta exigencia a los centros de trabajo.

En estos meses un poderoso movimiento de masas en EEUU a favor de la causa Palestina empieza a convertirse en una pesadilla para los demócratas, a los que ha denunciado con contundencia como responsables del genocidio. Siete grandes sindicatos han exigido a Biden la completa ruptura de las relaciones con Israel. Ahora la barbarie sionista en el Líbano, puede incrementar aún más la indignación entre la clase trabajadora y la juventud y convertirse en un factor de movilización frente al grave riesgo de una guerra regional. Todo esto no es secundario y hace más necesario que nunca que la movilización de masas se unifique y se extienda. Y, como decimos, hacerlo implica necesariamente señalar en primer lugar a nuestros propios Gobiernos y a un sistema, que nos empuja cada vez más hacia la barbarie.

En esta tarea no sobra nadie y es por ello que hay que emplazar a todos los sindicatos, organizaciones políticas de izquierda, asociaciones de vecinos y otros movimientos sociales porque la lucha por la libertad de Palestina es la lucha de toda la clase trabajadora.