¡NO FUE ABUSO, FUE VIOLACIÓN!
Desde estas líneas, queremos mostrar todo nuestro rechazo, repudio e indignación ante la noticia conocida en las últimas horas de que dos policías locales de Estepona, se librarán de la cárcel a cambio de recibir un curso de educación sexual, después de violar a una joven de 18 años en 2018.
La causa: haber sido condenados a dos años por abuso y no por agresión sexual, no tener antecedentes penales y el hecho de que sus familias tengan en este caso la solvencia económica suficiente para pagar una indemnización a la víctima con la que disuadirle de no recurrir este vil fallo judicial.
Según un medio de comunicación, la víctima «ha aceptado el acuerdo, porque no quería revivir aquella pesadilla de la noche del 9 de junio de 2018». Quienes como servidores de lo público, se supone que deberían ser un ejemplo y garantizar nuestra seguridad, se aprovechan de su cargo y la autoridad que éste les confiere, para lanzarse como alimañas y provocar la indefensión de sus víctimas.
De nuevo asistimos a la insultante LENTITUD con la que trabaja la Justicia. Tres años en que la víctima de 18 años, ha sufrido estrés postraumático y, según la sentencia, necesitó tratamiento farmacológico y psicoterapéutico.
Más allá de que la Ley del «Solo SÍ es SÍ» no esté aún en vigor, se ha probado que la mujer fue obligada por dos hombres armados a consumir cocaína y que sufrió penetración por ambos agentes.
¿No hay violencia ni intimidación en esto? ¡Que empiecen por aplicar el curso de «educación sexual y en valores de igualdad, a quienes han dictado esta sentencia infame! ¡Con ella demuestran un total desprecio e insensibilidad para con la víctima de estos depredadores sexuales!
En vez de aplicar una sentencia ejemplificante y disuasoria, el sistema judicial nos vuelve a lanzar un mensaje claro; especialmente a quienes se atreven a denunciar. La Ley además de machista no es igual para todos. Ser un «agente del orden y la seguridad» te garantiza de entrada, mayor impunidad. Este no es por desgracia, como sabemos, el único caso de agentes de la Ley, implicados en delitos de agresión sexual. Mientras varios estudios alertan de un «preocupante» incremento de las violaciones en grupo en los últimos años, sentencias vergonzosas como esta, son un insulto a todas las mujeres, por parte del poder judicial.
Seguimos exigiendo una ley del Solo Sí es Sí, dotada económicamente y más recursos para la prevención y atención rápida y eficaz a las víctimas de violencia sexual y de género. Pero se hace necesario volver a denunciar, que cambiar la Ley o dar formación a los distintos operadores en violencia machista para que adquieran «perspectiva de género», es y será totalmente insuficiente sin depurar este sistema judicial machista y corrupto, que es quien aplica e interpreta las Leyes.
Para atajar la violencia machista, incluyendo las agresiones sexuales que no paran de crecer y acabar con este tipo de sentencias de raíz, es preciso construir una salida obrera y democrática que permita romper con este régimen monárquico heredero del franquismo, que ampara y da cobijo a corruptos, violadores y maltratadores. Abrir un proceso constituyente en el que las mujeres, especialmente las trabajadoras y todos los sectores oprimides, podamos poner sobre la mesa nuestras demandas y reivindicaciones.