Home Estatal No hay razones para el ERE Indra, las razones son políticas

No hay razones para el ERE Indra, las razones son políticas

NO HAY CAUSAS PARA EL ERE, LAS RAZONES SON POLÍTICAS EL PUESTO DE TRABAJO NO SE VENDE EL PUESTO DE TRABAJO SE DEFIENDE

 

No, porque el ERE de Indra es garantizar los beneficios de una multinacional del IBEX 35 a costa de los trabajadores y del erario público. El ERE no responde a más criterio que preservar los beneficios de los grandes accionistas. Los que estuvieron obteniendo ganancias millonarias en los pasados años, sin que se acordaran de los trabajadores de la empresa, los que apelaron al erario público vía SEPI, para garantizar su inversiones y la expansión de la empresa, ahora que los beneficios cayeron nos pasan la facturas a los trabajadores y a las arcas públicas. No, porque sí hay dinero para rescatar bancos pero no para rescatar trabajadores. La dirección de Indra con el apoyo del Gobierno actúa con el cinismo con el que vienen actuando todas las multinacionales. Cuando han venido obteniendo beneficios desde 1996 y obtuvieron 113 millones de beneficios en el año 2013, ni se acordaron de nosotros, por el contrario siguieron endeudando a la empresa en nombre de la “expansión”. Peor aún, el principal accionista de Indra es el propio Estado a través del SEPI y el Estado y el Gobierno no tuvieron reparo alguno en utilizar a Indra para ser parte del rescate de Bankia gastando 337 millones de euros y aumentando así la deuda. Indra participó en el mayor rescate a una entidad bancaria en la que se robó y cuyos directivos están hoy procesados.

 

 

Ahora la factura, una vez más, se nos pasa a los trabajadores. No, porque el ERE es mandar al paro a 1850 familias en un país con cinco millones de parados. Echar cuentas para ver “cuánto me toca”, es la peor y la más insolidaria cuenta que se puede hacer. Porque en un país con cerca de 5 millones de parados, el futuro si te quedas en la calle no es otro que el desempleo permanente, la emigración si eres joven, o que te recontraten por un salario miserable y sin derechos. Es además un acto insolidario porque cada puesto de trabajo que se pierde es una puerta que se cierra para millones de parados. No tenemos derecho a dejar trabajos con salarios de miseria a los más jóvenes y en los que resulta imposible hacer planes de futuro. No, porque quieren cambiar empleo estable con derechos por empleo más precario y salarios más bajos Esta gente quiere becarios y no trabajadores profesionales con salarios dignos y derechos. Las grandes empresas han venido haciendo esto en los últimos años.

 

Basta ver Telefónica, con miles de despidos vía EREs, para luego recurrir a subcontratados o falsos autónomos con salarios miserables. Hace unos días, mientras se anunciaba el ERE, aparecía en un programa de RTVE, “Aquí hay trabajo”, el anuncio de que Indra estaba buscando “contratar a 100 informáticos sin experiencia laboral”. Esa es la esencia del ERE, sustituir empleo fijo por becarios y trabajadores precarios. No hay causas para el ERE, las razones son políticas Tanto en la Memoria de la empresa como en la documentación aportada por la dirección de Indra a la Mesa de negociación se puede leer el siguiente párrafo: “Solo en 2015 se ha previsto un incremento, mínimo e insuficiente si tenemos en cuenta además que se trata de un año electoral por partida triple, que además va ofreciendo un panorama político escorado hacia ideologías de la izquierdas, que defienden un recorte en grandes infraestructuras para incrementar el gasto social.

 

Supone incertidumbre a corto/medio plazo” Es decir la razón última del ERE es una decisión política, es un ERE ante la “incertidumbre” por la posible conformación de un Gobierno “escorado a ideologías de izquierdas”. Este párrafo retrata de cuerpo entero la razón política del ERE. La empresa ha resuelto actuar como si fuera la dirección de un Partido político que hace sus planes en función de un presumible resultado electoral. No hay pues causas, ni económicas, ni organizativas, ni de producción para la presentación de un ERE. Hay razones políticas y nada más. Eso es un escándalo laboral y antidemocrático. El “pragmatismo” es la ruina para los que se van y para los que se quedan La empresa anunció a toda la plantilla que presentaría un ERE sin dar inicialmente ni un solo dato de causas ni especificar el número de afectados. Ponía así en marcha el mecanismo típico de los EREs, sembrar el miedo y dividir a la plantilla alentando la falsa ilusión de “a mí no me tocará”.

 

Su propuesta sigue estando en la misma línea de división de la plantilla y de que por miedo cunda el razonamiento “pragmático”: “mejor 900 que no 1850”, “si me dan más no está mal”, etc. Hay que recordar que la firma de un ERE implica aceptar las causas del mismo. Si eso se produjera no solo se perderían los puestos de trabajo, sino que los compañeros que queden en Indra se quedarían literalmente vendidos, porque con el ERE firmado la empresa puede presentar nuevas rebajas salariales, nuevos despidos, nuevas modificaciones sustanciales de trabajo, etc. sin necesidad de justificar causas porque esas ya le fueron reconocidas en la firma del ERE. Mantenerse firmes en el NO El comunicado de la Mesa negociadora, señala por unanimidad el rechazo de todos los sindicatos al ERE, en nombre de que no existen causas para el mismo. Eso es un gran paso para lograr la unidad de toda la plantilla en el rechazo al ERE y ahora toca mantenerse firmes en esa decisión.

Ni un paso atrás. Llamamos a toda la plantilla a secundar los paros convocados por la Mesa unitaria.

 

Hacerse el Don Tancredo no sirve para nada

 

Cuentan que a finales del siglo XIX un torero natural de Valencia, de poca fortuna y de nombre Tancredo López, desesperado por ganar dinero, inventó una nueva suerte taurina. Se trataba de esperar al toro a la salida de chiqueros, quedándose completamente quieto en lo alto de un pedestal en medio del coso. Esperaba así que el animal creyera que se trataba de una estatua y no le embistiera. La suerte de Don Tancredo acabó siendo prohibida a mediados del siglo XX, no sin que antes los morlacos hubieran enviado al otro barrio a un montón de osados que creyeron ver en el quedarse quieto la “hábil» manera de eludir el peligro y ganarse la vida. Hoy, cuando el toro del ERE embiste como los miuras, hay quien en su desesperación, cree que lo mejor es hacerse el Don Tancredo. Es cierto que no faltan asesores que les aconsejan que lo mejor es poner en práctica semejante «habilidad» para buscarse la vida, eludir los peligros y esperar que el chaparrón amaine.

 

El problema es que estos morlacos, con divisa azul de Indra, no fueron criados para morir salvajemente en una plaza, sino para llevarse por delante todo lo que pillen. La sumisión, el agachar la cabeza, el mirar para otro lado, el esperar un milagro de no se sabe dónde o la salvación de no se sabe quién, ni garantiza el trabajo, ni da casa, educación o salud. Cuando suena el clarín de un ERE, quien más quieto/a se quede es quien más garantizado tiene que el bicho se lo/a lleve por delante y al trabajo, la casa y los derechos que dejó atrás tendrá que añadir la dignidad perdida. Luchar, salir a la calle, manifestarte junto con tus compañeros/as, hacer huelga, ¿garantiza el trabajo? Nadie lo puede asegurar. Pero lo que sí es seguro es que ese es el único camino por el que podemos conseguirlo.

 

En la historia de la humanidad nada, absolutamente nada, nos vino regalado a los trabajadores/as. Sólo la lucha tenaz nos permitió ganar cada uno de estos derechos. Así pues, lo mejor es que nadie se haga el Don Tancredo

Salir de la versión móvil