El número de infectados/as por la Covid19 asciende a más de 187.000 personas en Madrid convirtiendo a nuestra Comunidad en la más infectada de Europa. Ante esta catástrofe sanitaria en la que está inmersa la ciudad, a Ayuso no le pareció suficiente buscar un chivo expiatorio culpando a l@s inmigrantes y a “nuestro modo de vida” del crecimiento de la curva de estas últimas semanas, sino que, además, ayer anunció confinar las 37 zonas sanitarias más afectadas por el virus que casualmente se concentran en los barrios y pueblos obreros.
Desde Corriente Roja queremos mostrar nuestro más absoluto rechazo al confinamiento de clase anunciado ayer por la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Estas medidas racistas y clasistas son la clara demostración de que la presidenta tiene el agua “electoral” al cuello y busca señalarnos como l@s culpables de esta segunda oleada de Covid19, restringiendo la movilidad en nuestros barrios a golpe de multas de hasta 600.000 € y represión y, eso sí, permitiéndonos seguir yendo a trabajar al servicio de aumentar las ganancias de las grandes empresas de este país en un transporte público cada vez más asfixiante.
Que el mayor número de contagios se concentran en los barrios del Sur no es ninguna casualidad. Como denuncian las asociaciones vecinales o los colectivos juveniles del Sur-Este de Madrid, no se debe a nuestras costumbres o “modo de vida” sino a nuestras condiciones económicas, sociales y administrativas, a nuestra condición de clase.
Somos l@s trabajador@s esenciales, realizamos los trabajos presenciales por lo que no podemos teletrabajar en muchas ocasiones, porque nuestros centros de salud y educativos están bajo mínimos, porque estando en situación administrativa irregular, como es el caso de l@s trabajador@s inmigrantes, son privados de derechos laborales, sanitarios o habitacionales y porque la especulación en los precios de alquiler y el abuso de los requisitos exigidos nos impiden realizar aislamiento médico en buenas condiciones y a veces a ni siquiera tener derecho a una vivienda digna. En definitiva, porque si no tenemos los recursos y condiciones para prevenir no podemos proteger nuestras vidas.
Poner el foco sobre l@s trabajador@s, jóvenes e inmigrantes es una estrategia a coste 0 con beneficios políticos y económicos para el Gobierno de la Comunidad de Madrid: nos enfrenta a nuestr@s propi@s vecin@s en los barrios obreros del Sur y pretenden que mientras suframos este castigo nos olvidemos de pedirle las cuentas y la dimisión a la verdadera responsable de ésta crisis sanitaria.
Las cuentas de no haber medicalizado las residencias donde murieron uno de cada cinco de nuestros mayores, del negocio que hace con nuestro dinero público adjudicando el servicio de rastreadores a sus amigos de Indra y Telefónica, procesar PCR (con Ribera Salud y Unilabs por 7 millones de euros) y de haber dejado a los colegios e institutos ante un inicio de curso sin docentes suficientes, recursos e infraestructuras para garantizar ratios seguras en las aulas.
¡No a los confinamientos racistas y clasistas! ¡Ayuso dimisión!
Las cuentas de que el aumento de contagios y muertes por Covid19 responde a la situación de absoluto desmantelamiento, privatización, abandono y precariedad de la Sanidad Pública perpetrado por éste y los distintos gobiernos anteriores, tanto autonómicos como estatales.
Hoy, todavía no se han incorporado los más de 10.000 sanitarios a los que Ayuso se comprometió a contratar y ante la convocatoria de huelga indefinida de l@s trabajador@s de los centros de salud ahora promete invertir 80 millones de euros para reforzar la Atención Primaria durante tres años. Esta promesa sólo puede ser una broma de mal gusto.
Es menos de lo que Ayuso prometió en el acuerdo de investidura, cuando lo que necesitamos y exigimos para la primera línea de combate al virus es un plan de más de 1.000 millones que se tendrían que invertir ya, y no en 3 años, para contar con personal, tests, EPI’s y recursos médicos suficientes para frenar la curva que golpea sobre todo a nuestros barrios: a los de la clase trabajadora y la juventud.
Desde Corriente Roja creemos que ante una política de segregación que busca proteger a los barrios ricos mientras los barrios obreros seguimos pagando sus crisis con nuestras vidas, l@s trabajador@s, jóvenes e inmigrantes de los barrios del Sur necesitamos coordinarnos, organizarnos y luchar por:
¡Inyección de 1.000 millones en la Atención Primaria, ya!
¡Derogación de la ley 15/97 y expropiación de la sanidad privada!
¡Sanidad 100% pública, gratuita y universal!
¡No a los confinamientos racistas y clasistas! ¡Basta de represión!
¡Ni un desahucio más, prohibición inmediata de los despidos y regularización ya!
¡Ayuso dimisión!