La semana pasada vivimos una de las peores catástrofes en el mediterráneo al hundir un barco de pesca cerca de la costa italiana causando alrededor de 700 víctimas que intentaban cruzar para llegar a Europa. Unos días más tarde hubo otro accidente con alrededor de 300. Fue el peor y más mortal accidente en el Mediterráneo.
Hasta la fecha, en 2015, más de 35.000 solicitantes de asilo e inmigrantes han buscado refugio en Europa atravesando el mar, y más de 1600 han perdido su vida en sus intentos de cruzar el mar.
En todo el 2014, unas 290.000 emigrantes cruzaron el Mediterráneo, de los cuales unos 3.500 murieron en el intento.
La tragedia expone la difícil situación de los inmigrantes que tratan de escapar de las difíciles condiciones de los países de África y el Medio Oriente en busca de una vida mejor en Europa y en algunos casos simplemente buscan vivir escapándose de las dictaduras y las guerras.
Países de oriente próximo y de África, explotados y saqueados por el imperialismo durante décadas, otros luchando contra sus dictaduras títeres del imperialismo. Sin derecho a refugio en los países vecinos ní posibilidad de acceso a los países europeos.
Representantes de la Unión Europea, a su vez, responden a esta verdadera crisis humanitaria cada vez elevando el control de sus fronteras y aumentando sus instrumentos de represión de la inmigración. En el 2007 se duplicó el presupuesto de la agencia Frontex de 42 a 84 millones. Entre 2011 y 2012, la Frontex, ese Ejército europeo que vigila las verjas de Schengen, desplegó la Operación Hermes: fragatas de guerra, helicópteros y todo tipo de radares. De igual modo, “prestaron” dos barcos a la guardia costera tunecina para que se haga cargo del asunto. . El presidente del gobierno español Mariano Rajoy, por ejemplo, dió un discurso indignado por la tragedia, pero unos días antes había opuesto a incluir en la misión de la UE para los inmigrantes tenga también un carácter de búsqueda y salvamento. «Frontex es una agencia cuya misión es proteger las fronteras y no convertirse en una agencia de búsqueda y rescate,» dijo en marzo su ministro de Interiores, Fernández Díaz.
Países de la UE se lavan las manos y tratar a los refugiados como un problema militar y de seguridad, como si no tuvieran nada que ver con la pobreza de los países de África y el Medio Oriente. La realidad, sin embargo, es otra. Imperialismo europeo es responsable de la escasez que afecta a la región. Libia, por ejemplo, se convirtió, bajo la dictadura de Gadafi, el paraíso de los grandes contratistas y multinacional petrolera, convirtiéndola en una semicolonia de las potencias europeas, principalmente de Italia.
La población de estos países sufren por partida triple: la explotación del imperialismo europeo en sus países, la muerte al tratar de inmigrar, y el racismo, la xenofobia y la sobreexplotación cuando logran llegar a Europa.
La única forma de avanzar hacia una solución para este drama social es denunciar y enfrentar tanto las políticas imperialistas de nuestros propios gobiernos, como las medidas encaminadas a la Europa fortaleza, al estilo de las políticas fronterizas impulsadas en nuestro país tanto por el PP como por el PSOE. Al mismo tiempo hay que seguir luchando contra la xenófoba Ley de Extranjería y a favor de la igualdad de derechos sociales y laborales para los trabajadores inmigrantes. Al fin y al cabo, ya sea nativa o extranjera, somos la misma clase obrera.