La tasa de personas en riesgo de pobreza o exclusión social sigue avanzando y ya representa el 29,2% de la población (era del 26% en 2010), según los datos de Instituto Nacional de Estadística.Página Roja 35
Los niveles de miseria expresan el avance de la barbarie en un país que, según los distintos gobiernos, participa en la Champions League del “mundo desarrollado”. Según el último informe de Unicef, la población infantil en riesgo de pobreza se sitúa en 36,3% (datos del 2013). Cerca de 2,5 millones de niños ya viven por debajo del umbral de la pobreza.
Hay que garantizar por Decreto Ley el derecho de todas las personas con menos recursos a la comida, la energía y el agua, ya que se tratan de derechos universales.
Luchamos por un plan de emergencia social que garantice que ninguna familia se quede sin alimento, vivienda, educación y sanidad. Los recortes aplicados en los últimos años han afectado drásticamente la sanidad y la educación públicas. La sanidad pública española ha perdido casi 10.000 millones de euros durante la crisis. Hay cerca de 5.000 trabajadores y 6.000 camas menos a disposición de la población.
El establecimiento de un Salario Mínimo Interprofesional y pensiones mínimas a nivel europeo es una de las medidas más urgentes actualmente.
Ningún euro más para los banqueros. Estos parásitos son el origen de la pobreza de la mayoría de la población trabajadora. Los gobiernos del PSOE y del PP les regalaran más de 43 mil millones de euros. Las familias más ricas como los Ortega y los Botín no paran de acumular beneficios extraordinarios. Para los bancos y las grandes empresas no hay crisis, están todos muy contentos y por eso les da igual si el gobierno habla de recuperación o de crisis.
Los ingresos de los hogares españoles han experimentado desde mediados de 2014 hasta mediados del presente año una caída media del 15,7%.
Defendemos la derogación del art. 135 de la Constitución que da prioridad total al pago de la deuda con los banqueros y especuladores. La salida es decretar la inmediata moratoria, mientras se pone en marcha una auditoría.
Por último se debe realizar una reforma fiscal para que paguen impuestos los que ahora no lo hacen: los ricos, los especuladores y la Iglesia.