Un amplio sector de la izquierda, la «vieja» y la «nueva», se ha adherido a este mantra: «no demos munición al enemigo», porque está fuerte y tiene la «hoja de ruta» de acabar con todos los gobiernos “progresistas” de los últimos 20 años, entre ellos el de Nicaragua de Ortega y Murillo.
¿Qué significa eso de no «dar munición al enemigo»?. ¿Aceptar todos esos regímenes, aceptar sus políticas, despreciar la actividad de los trabajadores / as, de la juventud de esos países, a los que se les considera simple peones de las conspiraciones imperialistas?
Esta lógica conduce a claudicar, hagan lo que hagan, ante esos gobiernos. El nicaragüense entregó los derechos de las mujeres como el aborto en el altar de la Iglesia amiga de Ortega / Murillo; los derechos sobre las tierras de los campesinos, expropiados en el altar del capital chino. Los derechos sociales de la población trabajadora, con la modificación de la Seguridad Social que supuso la rebaja de las pensiones, y detonante de las actuales movilizaciones.
Conduce a claudicar ante un régimen que entrega al país al FMI y el BM. En el 2007, el presidente Daniel Ortega, reconoció que su Gobierno logró una hazaña «en tiempo récord», un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, “para combatir la pobreza”. Pero como es público y notorio, el FMI no hace regalos.
Porqué ahora el imperialismo se mueve
El imperialismo yanki y europeo estuvieron contentos con Ortega y su gobierno mientras la crisis no les ponía contra las cuerdas. Pero la crisis detonada en el 2007 es de la que no dejan títere con cabeza, y en ese interregno de retroceso económico se han ido afianzando otras potencias económicas, como China, que entran en la competencia.
Una aclaración para despistados, para Lenin el “Imperialismo” no es el “Imperio de una nación” (los EE UU) como pretenden los castro chavistas; sino que el imperialismo es el capitalismo en su fase actual de desarrollo. Por eso la crisis ha exacerbado todas las contradicciones inter capitalistas, en su frenética lucha por la acumulación de capital y una salida de las crisis que les sea favorable.
El imperialismo yanki no tiene nada contra Ortega, salvo que ha abierto las puertas de Nicaragua al capital chino y en concreto a la construcción de un canal alternativo al de Panamá. Miles de km2 han sido expropiados a los campesinos para que una compañía china pueda construir ese canal; pero el imperialismo yanqui no tiene “amigos”, tiene “súbditos”; y si un súbdito cambia de “amo”, reacciona virulentamente.
Dar munición o prepararnos para el futuro
Garcia Linera, que no es trotskista, sino vice de Bolivia, dijo hace un año, “En política (…) las acciones del adversario no son las únicas que explican los resultados finales (…) sino que son nuestras propias acciones o inacciones, (…) las que convierten las agresivas acciones del adversario en condición eficiente, produciendo un tipo de resultado favorable a unos y contrario a otros.”
Que no intente el castro chavismo buscar razones de la derrota de estos gobiernos en la conspiración, ocultando miserablemente como «sus acciones y omisiones» fueron las que “dieron munición al enemigo”, enfrentándolos a sus pueblos en lucha.
Las movilizaciones en Nicaragua se convirtieron en un referente para toda la región centroamericana, animándolas; los que defienden el mantra de “no dar munición”, aislan al pueblo nicaragüense de sus camaradas de Honduras, Costa Rica, Guatemala… , en lucha contra sus gobiernos; como ya hicieran con el pueblo sirio o libio y la revolución árabe, anatemizados como “proimperialistas”.
Centroamerica es, desde siempre, una región donde la lucha de clases supera rápidamente las fronteras. La tarea que se impone es romper con los mantras reaccionarios del neo estalinismo castro chavista que impiden la lucha independiente de la clase trabajadora y los pueblos contra sus gobiernos, se califiquen como se califiquen, y por la Segunda Independencia, el socialismo, en Centroamerica.