Comenzamos un nuevo año con la continuidad en las políticas de recortes, represión y precariedad con las que terminamos el 2017.
Desde el gobierno hablan de “recuperación económica” y la oposición parlamentaria y la burocracia sindical critican, no sin razón, que esa “recuperación” no llega a los de abajo. El problema es que la recuperación económica de unos, los capitalistas de siempre, se fundamenta en el empobrecimiento de la inmensa mayoría, como siempre. No existe “recuperación para todos” mientras se siga pagando la deuda de los banqueros, haciendo de la sanidad y la educación un negocio, perseverando en reformas y firmando acuerdos del salario mínimo interprofesional que dan vergüenza.
EL ATRACO A LOS SALARIOS
Los salarios subieron en los últimos diez años un 5%, casi tres veces menos que la inflación. Según el INE, la renta media en todo el estado español es de 24.080 euros al año. Pero reconocen que entre ese dato y la realidad media un abismo. En primer lugar, por la enorme desigualdad de un territorio a otro. Por ejemplo, Madrid lidera con 32.815 euros frente a Extremadura con 16.558 euros. Y según el propio INE, la renta media disponible en un hogar es de 14.527 euros, una cifra muy distante de la “renta media”.
El otro aspecto del atraco a los salarios son las modalidades de contratación que se generalizaron: la temporalidad y los contratos a tiempo parcial. De hecho, apenas el 3,4% de los contratos firmados este año pasado son indefinidos y a jornada completa.
Uno de cada tres contratos que se firmaron fue a tiempo parcial, lo que supone una caída drástica de los ingresos económicos. De ahí que el 20% de los trabajadores/as en activo ingresen como media entre 600 y 800 euros al mes.
Las pensiones, que representan el sustento de 9,5 millones de pensionistas y del que viven más del 34% de los hogares, reciben un nuevo varapalo con una “subida” del 0,25% frente a una inflación interanual del 2%. Se siguen empobreciendo las pensiones y los jubilados que se retiraron a partir del 2017 perderán, cuando menos, el 30% de su poder adquisitivo a lo largo del periodo que dure la prestación.
Parte esencial de la pérdida de poder adquisitivo de los salarios son la subidas y tarifazos (luz, gas, combustible, agua, alquileres…) con los que comienza el año. El recibo del gas se incrementa un 6,2% de media.
El precio de la luz concluyó el 2017 con un aumento del 10% respecto al año anterior y a eso se suma una nueva subida del 2,5%.
Uno de los resultados es el crecimiento de la llamada pobreza energética, un drama que afecta a cerca de 5 millones de personas en todo el estado y al que se asocian alrededor de 7.000 muertes al año.
Súmese a esto la telefonía, el agua, los alquileres, los peajes… y la previsible subida de los carburantes.
SIGUEN LOS RECORTES
El gasto público baja de nuevo y se sitúa ya 5 puntos por debajo de la media europea. El gasto del conjunto de las Administraciones Públicas es 7,7 puntos menos que en el 2012.
En plena “recuperación económica” el Gobierno reduce, por tercer año consecutivo, la proporción de Producto Interior Bruto (PIB) que destina a Sanidad, Educación y Protección Social.
Por ejemplo, en educación se producirá una caída efectiva de 567 millones y, entre otros efectos, los colegios e institutos de la red pública tienen menos profesores/as que cuando Rajoy llegó al Gobierno en el 2011. Hoy hay cerca de 2.700 docentes menos que hace 6 años, mientras hay más de 111.000 alumnos/as que en el 2011.
En la sanidad pública, los recortes se reflejan, entre otros, en la reducción de camas hospitalarias disponibles. Las listas de espera, han aumentado un 36% y en septiembre del 2017 más de 600.000 pacientes esperaban por una cirugía no urgente. Los tiempos de espera también se han incrementado: en las intervenciones de traumatología el tiempo de espera está en 111 días.
Pero ese panorama contrasta con el continuo crecimiento de las empresas sanitarias privadas, 16.040 más que hace tres años.
POBREZA Y DESAHUCIOS
La “recuperación económica” profundiza la desigualdad social y, como atestiguan los datos, hace aumentar la pobreza que se sitúa ya en el 28% de la población (12,9 millones). De parte de ese empobrecimiento dan cuenta los 45.495 desahucios forzados en los tres primeros trimestres del 2017, una media de 166 desahucios diarios.
LAS HORAS DE HUELGA AUMENTARON UN 189%
En los once primeros meses del 2017 se computaron oficialmente 703 huelgas, con 7.963.763 trabajadores en plantilla, 1.922.466 participantes directos y 23.391.016 horas de trabajo perdidas.
El número de trabajadores en huelga aumentó un 140% y el de horas perdidas por huelgas un 188,88% más que en 2016.
El trimestre que más huelgas registró fue el tercero. Destaca Octubre con más de 9,6 millones de horas de trabajo perdidas, el 41% del total de los once meses. En ese dato influye decisivamente la huelga general de Cataluña el 3 de Octubre.
Si bien las estadísticas deben tomarse en forma relativa, el hecho incuestionable es el aumento de las luchas obreras, vinculadas en su mayoría a la lucha por los convenios, aunque como demuestra el dato de Cataluña también por demandas democráticas.
Hoy ese crecimiento de la conflictividad laboral lo testifican luchas como Titanlux, Avanza, Infoca, 112, Alestis (LTK), Integral Canaria, Irubus (Alsa), Alstom, Intress….
UN VERDADERO PLAN DE RECUPERACIÓN ECONÓMICA
Un verdadero plan de “recuperación” económica para los trabajadores/as y el pueblo, exige de inicio medias básicas impostergables:
1º.- Aumento general de salarios, comenzando por un SMI de 1.000 euros.
2º.- En defensa de un sistema público de pensiones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Fuera el tope del 0,25%, ninguna pensión por debajo de los 1.000 euros.
3º.- Abajo la propuesta de Presupuestos Generales, ni un recorte más, por una educación y sanidad 100% pública y de calidad.
4º.- Por el empleo estable y salarios dignos, derogación de las reformas laborales
5º.- Ni un desahucio más. Expropiación de las casas en manos de los bancos y conformación de un Parque público de viviendas de alquiler social.
6º.- Congelación inmediata de las tarifas de agua, luz y gas, nacionalización de las industrias energéticas claves.
7º.- Congelación de precios de los productos básicos.
8º.- Ni un solo desempleado/a sin prestación.
9º.- No al pago de la deuda de los banqueros y especuladores.