Tal y como lo plantearon PSOE y PP, las Elecciones del 28M se convirtieron en la primera vuelta de las Elecciones Generales. El desenlace ya es conocido y la convocatoria para el 23J la demostración más elocuente del enorme varapalo sufrido por el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez.
La batalla de Madrid tenía un carácter especial por ser el punto más alto hoy de la polarización social de todo el Estado español y plataforma de lanzamiento de la aspirante a la Trump castiza. El PP arrasó sin duda en las Municipales, recuperándose del descalabro del 2019 y alcanzando una mayoría absoluta a costa de la defunción política de sus socios de gobierno en estos años, Ciudadanos.
La corte de Ayuso la mejor parada en el Madrid de la desigualdad social
Ayuso se sumó al triunfo del PP con su mayoría absoluta. Quienes vienen explicando el “fenómeno Ayuso” por la “estupidez de la gente” y jaleando la caricatura que de ella se hace deberían mejor preguntarse por las razones materiales, sociales y políticas que explican el apoyo que tiene esta personaje.
No se puede entender la enésima victoria del PP y la figura de Ayuso sin explicar que al Madrid del aparato militar, policial, político y administrativo con la consiguiente e ingente corte de quienes medran en torno a tan gigantesco aparato, se le ha ido añadiendo el desmantelamiento de la industria y convertido la capital del reino en el paraíso de las terrazas, los bares, el turismo ilimitado, los horarios comerciales sin límite, el edén de los especuladores de la vivienda, el vivir de las rentas…, mientras en el otro lado del panorama social va campando a sus anchas la desigualdad, la pobreza, las carencias de vivienda, de trabajo estable, de salud…
Ayuso hizo pie en ese Madrid que vive la mejor parte de esta feria y encuentra en ella quien le garantiza la seguridad jurídica y social para seguir haciendo negocios sin límites y poder especular con todo, la vivienda, la salud, la educación… El otro Madrid, el de los trabajadores/as, el de las barriadas y pueblos obreros, el que salió a las calles a defender masivamente la Sanidad Pública sigue desamparado, sin un referente que agrupe y defienda a la clase obrera, a la juventud, a la gente más necesitada. Fue en los barrios y pueblos obreros donde más se manifestó la abstención, el voto en blanco o nulo. Entre el 2021 y el pasado 28M se apearon de las urnas más de 350.000 votantes, sumándose a ese largo listado de millón y medio en la Comunidad.
La Ley dio a Ayuso lo que no le dio el respaldo popular
Ayuso presume de haber obtenido mayoría absoluta pasando de puntillas sobre el hecho irrefutable de que en medio de su “estrellato” perdió más de 33.000 votos en estos dos años, pese a la defunción de Ciudadanos y a que Vox perdió más de 85.000 votos en las Autonómicas madrileñas. Así pues, y más allá de su permanente arrogancia, la Ley electoral le dio Ayuso lo que no le dio el respaldo popular. Habrá que recordar a Ayuso que ella es la presidenta de la patronal, los especuladores y su “mayoría” representa, a lo sumo, al 32% de l@s “madrileñ@s”.
Hay que añadir aquí que los méritos de Ayuso son muchos menos que los deméritos del Gobierno más progresista de la Historia. No se vive, no se come, no se paga el alquiler o la letra del piso, con salarios de miseria, porque los salarios reales vienen cayendo desde el 2008 y la cacareada Reforma Laboral, con la proliferación de contratos a tiempo parcial y fijos discontinuos, merma los ingresos salariales ya de por sí más que mermados por la inflación, mientras el margen empresarial sigue subiendo (58% entre el 2021 y el 2022). Al final, lo que se genera son más pobres con empleo y esa es la realidad que no cambia prometiendo pisos a tutiplén o con discursos que venden humo allanando el terreno para Ayuso y el PP. Ese es el lamentable “mérito” del que se vanagloria el Gobierno PSOE-UP.
Nuestro voto crítico a Mónica García
Como señalamos en la propaganda de Corriente Roja para el 28M: “En estas elecciones a la CAM estamos en la misma trinchera de los que desde las movilizaciones han demostrado que quieren echar a Ayuso. Por ese motivo, y sin depositar ningún tipo de confianza política en su proyecto, llamamos al voto crítico a Mónica García, quien es la principal figura de oposición a Ayuso en la Asamblea de Madrid, además de médica y activista en defensa de la Sanidad Pública y, a diferencia de las otras formaciones mayoritarias en la llamada.
izquierda, no forma parte del Gobierno del atraco a los salarios con su Reforma Laboral, de las promesas incumplidas, y que ha mantenido leyes, como la 15/97 que son la base de toda la privatización sanitaria.”
La candidatura encabezada por Mónica García fue la única que subió de votos además de diputados/as, recogiendo buena parte del voto de quienes llenamos las calles de Madrid defendiendo la Sanidad pública contra Ayuso y mostrando lo que como figura representaba que era mucho más que Más Madrid como demostró el estrepitoso varapalo a esta formación en las Municipales de Madrid con 190.785 votos menos que en 2019.
Pero cómo señalamos en la declaración citada, nuestro acuerdo con Mónica García empezaba y terminaba en el voto del 28 de mayo. Porque “Derrotar electoralmente a Ayuso y echarla del gobierno de Madrid es condición necesaria, pero no suficiente, para acabar con su proyecto político y lograr las medidas que necesitamos y han sido un clamor en la calle”.
Y ahora ¿otra vez la “gran propuesta” es la unidad de la izquierda?
La debacle del Gobierno PSOE-UP no ha tenido el mismo precio para sus socios. La corte de partidos que ha sido sostén del gobierno del PSOE, salvo Bildu, ha pagado un precio altísimo por su servilismo. Y quien más ha sido Podemos, que en ocho años ha pasado de “asaltar los cielos” –del Parlamento- a estar en puerta de la extinción. Fuera de la Asamblea de Madrid, como IU y con el triste y anunciado bagaje de ser los salvadores del bipartidismo PSOE-PP, que aún con impurezas volvió por sus viejos fueros. Con la misma moneda que pagó a los demás, Yolanda Díaz, el PCE, IU y los partidos de su entorno pagan hoy a Podemos.
Y cuál es la conclusión, ¡más de lo mismo! La “salvación” es la “unidad de la izquierda”, el retorno del “gobierno de progreso”. Han tenido cuatro años de gobierno de “unidad de la izquierda” y los resultados están a la vista. Pasaron con gobiernos similares por Cataluña, Andalucía, ayuntamientos como el de Madrid con Carmena…, sembrando ilusiones y cosechando decepciones.
Ahora la “esperanza” es Sumar… ¡para que gobierne el PSOE! Otra vez ser los escuderos de un gobierno patronal, ser la izquierda del régimen monárquico sostenido por el pacto de alternancia entre progresistas y conservadores.
El espectáculo de la negociación de SUMAR es bien elocuente, no gira en torno a ningún programa de emergencia social para los trabajadores/as y el pueblo, no tiene su centro en la vivienda, el trabajo estable y con salarios dignos, la Educación y la Sanidad 100% Públicas sin un euro para la privada, el Parque público de alquiler social para acabar con el negocio y la especulación inmobiliaria; la derogación de la Ley de extranjería, de la Ley Mordaza, el derecho de autodeterminación de los pueblos, el referéndum sobre Monarquía o República… Todo eso son temas eclipsados en una negociación donde lo que se cuece es el reparto de los cargos.
Y el colmo de todo esto es que cuando les recuerdas a los del gobierno progresista las promesas incumplidas y sus políticas, no tienen más argumento que el recurrente: ¿y qué queréis, que venga la derecha? Si les señalas que la Ley de vivienda es el enésimo fiasco te dicen “pues imagínate cuando esté el PP”. Resulta que los progresistas no escatiman en argumentos conservadores. Son pregoneros del miedo y la resignación.
De qué se extrañan que crezca la abstención, el voto nulo o blanco, de la desafección de millones de trabajadores/as, de gente joven, de las barriadas y pueblos obreros, a quienes la vida les enseñó que predicar no es dar trigo, que bastante tienen con sobrevivir y que, como canta el poeta catalán, saben que pasada la fiesta del 28M o el 23J, con la resaca electoral a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas.
La vida sigue, la lucha sigue
En las pasadas Elecciones del 28M Corriente Roja presentamos candidaturas propias donde nos fue posible y optamos por el voto crítico en casos como las Autonómicas de Madrid o el nulo en otras localidades ante las Municipales. Ni somos abstencionistas, ni hemos hecho del voto un principio. Para nosotros/as el principio es la defensa de un programa y no apoyar a partidos o gobiernos burgueses, sean progresistas o conservadores. Ahora el adelanto electoral para el 23J añade a la antidemocrática Ley electoral el imperativo insorteable de los plazos.
Seguimos apostando por la lucha como único camino para un cambio social, organizándola desde los barrios y pueblos obreros, desde los sindicatos combativos como co.bas. Gobierne quien gobierne será esa movilización la única garantía verdadera de cambios, en los salarios, la Sanidad Pública, en la Educación, en la Vivienda, en los derechos democráticos… y en todas las políticas y la vida social de los trabajadores/as y el pueblo. Por una salida revolucionaria, obrera y socialista a este sistema capitalista y a este régimen monárquico, organízate con Corriente Roja.