La huelga general contra el 3+2 ha sido un éxito en Madrid, con prácticamente todas las aulas vacías y el seguimiento del 85% de los 147.000 trabajadores de las universidades públicas del Estado. Esta victoria es fruto del acuerdo sobre la necesidad de convocar de forma conjunta a trabajadores y estudiantes a la huelga como un paso necesario para echar atrás el 3+2.
Durante el mes de marzo ha habido debates, clases en la calle, pasaclases para informar de la huelga, quedadas para pintar pancartas e incluso, en la facultad de Filosofía y Letras de la UAM, se hizo un censo vinculante donde más de 800 estudiantes votaron el apoyo a la huelga. El 24M culminó en una movilización de varios miles en Madrid donde profesores y estudiantes nos unimos contra el decreto y por la dimisión del ministro.
Sin embargo, la existencia de cuatro convocatorias a diferentes horas o lugares para la misma manifestación pone en evidencia la fragmentación que existe en el movimiento estudiantil. Aún siendo parte de aquellos que critican al Sindicato de Estudiantes y a CCOO, creemos en la necesidad de la unidad de todos aquellos que se van a ver afectados por este decreto, empezando por aquellos con los que compartimos aulas, los profesores.
Las bases del movimiento estudiantil quieren luchar y se demostró en la jornada del 24, no sólo con la presencia espontánea de muchísimos estudiantes en la manifestación sino por la determinación de una de las columnas, con unos 400 estudiantes, que estuvimos hasta el final exigiendo la dimisión de Wert y llamando a la continuidad en la lucha contra el 3+2. Además se consiguió que los rectores de la Autónoma de Madrid y la Complutense, presionados por movimiento por la pública, declararan que mientras ellos estuviesen en el rectorado no permitirían la aplicación del 3+2.
No podemos dejar que, a causa de su sectarismo, las direcciones del movimiento estudiantil conduzcan una lucha como ésta, con un objetivo tan claro, a la derrota. Nos oponemos a que se decreten las huelgas y llamamos a que seamos el conjunto de estudiantes quienes las construyamos y convoquemos con censos vinculantes, votaciones por clase y asambleas. En definitiva, que seamos el conjunto de la comunidad educativa, desde la base, quienes decidamos qué hacer para vencer los recortes en nuestra educación y cómo construir el movimiento que derogará el decreto.
Además, es necesario que la lucha sea unificada a nivel estatal para que seamos una multitud los que nos opongamos al 3+2 en las calles y que además sea junto a los trabajadores de la universidad para que, al compás de la defensa de los puestos de trabajo, el Personal Administrativo cierre las puertas las aulas, para que los profesores no den clase y los estudiantes seamos los primeros en defender el derecho a la educación pública y gratuita, desde la guardería hasta la universidad.
Hoy nos toca redoblar la lucha contra el 3+2 y contra este Gobierno que a cada decreto, recorte o reforma encuentra el mayor rechazo social. Hay que unificar la respuesta a nivel estatal y esto requiere que preparemos unos encuentros estudiantiles amplios y representativos para seguir reforzando y organizando la lucha contra el decreto, contra Wert y contra el Gobierno. Por último, tenemos que divulgar el posicionamiento de los rectorados de la UAM y la UCM para que el resto del movimiento estudiantil haga suya esta conquista, presionando así al resto de rectorados hasta que el decreto sea negado por toda universidad.