Para encontrar los orígenes del trotskismo en el Estado Español, hay que remontarse al movimiento de la Oposición de Izquierda surgido contra la estalinización de los Partidos Comunistas. Andreu Nin, quien había sido secretario general de la CNT, y que entonces residía en la URSS trabajando para la Internacional Sindical Roja, se unió a la Oposición en 1926. Por ello sería detenido y posteriormente expulsado del país.
En 1930 en Lieja (Bélgica), García Lavid (bajo el pseudónimo de “Henri Lacroix”) organiza a los primeros oposicionistas españoles, celebrándose el Iº Congreso de la Oposición Comunista de España (OCE), como sección de la Oposición de Izquierda Internacional construida por Trotsky. Esta fracción pretendía denunciar la represión estalinista, luchar contra la política del PCE y recuperar su política revolucionaria.
El 1º de mayo de 1931 editarían el primer número de su revista “Comunismo”. Otras publicaciones que sacarían serían “El Soviet”, “La Antorcha” o “Joven Espartaco”. En junio de 1931, se celebraría el IIº Congreso de la OCE, el primero celebrado en territorio español. En marzo de 1932 se celebró el IIIº Congreso, en el que se abandona el objetivo de regenerar el PCE, constituyéndose como partido independiente, la Izquierda Comunista de España (ICE). García Lavid, quien sería el primer secretario general de la ICE, fue ahorcado por la Brigada Líster del PCE durante la guerra civil. Otros pioneros fueron Juan Andrade, Fersen o Esteban Bilbao.
La ICE, que tuvo alrededor del millar de militantes, tendría presencia en Madrid, Castilla, Cataluña, Asturias, Galicia, Andalucía y Extremadura, participó de manera destacada en 1934 en las Alianzas Obreras y en la Revolución de Asturias.
A finales de ese año se dan importantes discusiones con Trotsky acerca de la posibilidad de entrar como fracción en las Juventudes Socialistas, que estaban en ese momento inmersas en un fuerte proceso de radicalización hacia posiciones revolucionarias. La ICE, de escaso tamaño, podría haber ganado a sectores importantes de esta organización para una política revolucionaria. Esta era la postura de Grandizo Munis.
Sin embargo, contra el consejo de Trotsky, se impone finalmente otra opción planteada: la fusión entre la ICE y el Bloque Obrero y Campesino (BOC), una escisión catalana del PCE. De esta fusión, respaldada por Andreu Nin, surge el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM).
El POUM, aunque proclamaba la necesidad de la revolución socialista y de un gobierno obrero, fue una organización centrista. En enero de 1936, aun criticándolo, firma el acuerdo para el Frente Popular (FP), que coaliga y subordina a la izquierda obrera con la burguesía “progresista”. Explican esto como una maniobra “electoral” para no quedar aislados frente a la simpatía que despertaba el FP.
El trotskismo en la Revolución Española
Tras el golpe militar y el comienzo de la Revolución, la militancia del POUM forma parte de la primera línea de la lucha. Sin embargo, el partido profundiza su compromiso con el Frente Popular, cuyo objetivo (más o menos velado) es frenar la Revolución y reconstruir las instituciones burguesas. Andreu Nin es nombrado Consejero de Justicia de la Generalitat, participando en la supresión y militarización de las milicias obreras.
En diciembre de este año, Grandizo Munis y otros trotskistas (en su mayoría extranjeros), que habían participado en los combates integrados en las milicias socialistas, constituyen la Sección Bolchevique-Leninista de España (SBLE), que contaría con un núcleo en Barcelona y tres en los frentes. Intentan integrarse en el POUM, pero son rechazados. Editarían el periódico “La Voz Leninista” y panfletos orientados a la base del POUM y la CNT defendiendo un frente obrero revolucionario.
En mayo de 1937, el gobierno del FP intenta arrebatar el control de la Telefónica a la CNT. Inmediatamente, Barcelona se llena de barricadas y la clase trabajadora vuelve a dominar la ciudad. A pesar de que las bases del POUM y de la CNT se enfrentan y resisten al gobierno del FP, sus direcciones llaman a desmontar las barricadas y a volver a confiar en el FP. La SBLE combate en las barricadas llamando, junto a “Los Amigos de Durruti”, a mantener la lucha. Pero la desorientación se impone y poco a poco se vuelve a la calma.
Aprovechando esta desmovilización, los estalinistas del gobierno del FP desatan una fuerte represión sobre el POUM con la absurda acusación de “fascista”. Sus dirigentes son detenidos y juzgados, Andreu Nin es torturado y asesinado por los servicios secretos soviéticos, muchos militantes son reprimidos y lo que queda del partido desaparecerá lentamente bajo la dictadura franquista. Los militantes de la SBLE serían también asesinados o detenidos. Grandizo Munis puede huir de la cárcel días antes de su caída en manos franquistas, y se refugia en Francia. Con el fin de la guerra civil, llegaría a su fin también la primera etapa del trotskismo en el Estado Español.