Estos años han dejado muy claro a todo el mundo que no hay ninguna posibilidad de que el pueblo de Cataluña ejerza su derecho a decidir si no es rompiendo con el régimen monárquico español. Del mismo modo, al calor de la crisis, amplios sectores populares han visto la ruptura independentista como la puerta para conseguir sus anhelos de cambio social. Estas elecciones tienen un marcado carácter plebiscitario y se celebran en medio de una batalla decisiva donde la clase trabajadora y las clases populares nos jugamos mucho.Por Felipe AlegríaLas amenazas del Estado no son ninguna broma
Sobre la situación planean graves amenazas del Estado. No son ninguna broma. Todos los regímenes españoles que se han sucedido han tenido un marcado carácter reaccionario y anticatalán. Y como bien dice Nuria Campanera: «El actual régimen monárquico es heredero del franquismo y ha hecho de la negación del derecho a la autodeterminación y de la unidad forzada del Estado uno de sus puntos capitales. No cederán sin una enorme resistencia» (Nuria es militante de Corrent Roig y candidata de la CUP-Crida Constituent)
Rajoy ha dicho solemnemente que «no habrá independencia de Cataluña» y que «el Estado está absolutamente preparado para hacer cumplir la ley cuando alguien la viole”. Si antes recortaron el Estatuto y prohibieron el 9N, ahora están dispuestos, cuando lo consideren necesario, a intervenir las instituciones catalanas, sea a través de la ley de Defensa Nacional, del artículo 155 de la Constitución o de alguno de sus estados de emergencia.
Pero a pesar de esto, «Juntos por el Sí» (JPS), la candidatura de Mas y Junqueras, actúa como si las amenazas no existieran y propagan la falsa esperanza de que unos buenos resultados electorales harán que la Unión Europea «obligue el estado español a sentar y dialogar«, como dice Jordi Sánchez, presidente de la ANC. Haciendo trampas, pasan por alto que la UE y sus gobiernos, empezando por el de Merkel, no son en absoluto neutrales sino que han tomado claramente partido a favor del Estado español.
Mas y Junqueras preparan un escenario como el de la estafa de Tsipras en Grecia
Mas y Junqueras nos quieren hacer creer que se pueden hacer tortillas sin romper huevos. Renuncian por adelantado a enfrentarse con el Estado, a romper con él. El pasado día 4, JPS presentó su hoja de ruta y dejó muy claro que si ganan las elecciones no harán ninguna declaración unilateral de independencia (DUI) sino «una propuesta de apertura de negociaciones con el Estado español«. Por supuesto, «Cataluña continuaría formando parte del ordenamiento jurídico español»…»para evitar impugnaciones» (!!) La hipotética proclamación de independencia quedaría también condicionada a que «se hayan cumplido los acuerdos con el estado español».
Como advierte Nuria Campanera: «no harán nada que incomode a la Merkel y a Bruselas y tienen pánico a una ruptura ‘traumática’ con el Estado que dé el protagonismo al pueblo y cuestione el sistema». No quieren cambios en las leyes fundamentales que rigen la vida económica y social. Si Rajoy interviniera la Generalitat y pusiera a los Mossos d’Esquadra bajo las órdenes de un general de la Guardia Civil protestarían pero lo aceptarían resignados. Ellos no van a ir más allá de argucias legales, quejas verbales y alguna demostración de masas controlada. Tienen mucho más miedo al pueblo movilizado que a Rajoy y a Merkel. Están pidiendo el voto por la independencia del mismo modo que Tsipras pedía el voto No en el referéndum griego… para después firmar el Sí.
¿Cambiar la dependencia de Madrid por la de Berlín y Bruselas?
En realidad, el proyecto de independencia de JPS es, en sustancia, sustituir la dependencia del odiado centralismo español por la dependencia de Berlín y Bruselas, justo cuando la UE ha mostrado en Grecia de forma descarnada su verdadera cara: humillando al país, sometiéndolo al expolio, reduciéndolo a un estatuto de colonia y condenando la gran mayoría del pueblo griego a la pobreza y a la miseria.
Alemania y la UE sólo admiten estados vasallos. Por eso, el proyecto de Estado catalán dentro de la UE de JPS significa excluir medidas tan elementales como echar atrás la reforma laboral o la de las pensiones y cuestiona la posibilidad de mejoras sociales de verdad, por mucha propaganda que haga Romeva [ex europarlamentario de ICV y cabeza de lista de JPS] de una difusa «lista de medidas desde el ámbito social«.
¿“Cataluña Sí que es Pot”, al servicio de quién?
Cataluña Sí que es Pot (CSQEP, formada por Podemos e ICV-EUiA) dice que se tiene que optar entre Mas y ellos, que serían los representantes de la lucha contra la austeridad. Pero su retórica anti-austeridad ha quedado desacreditada cuando sus dirigentes más destacados han cerrado filas con Tsipras frente al pueblo griego que, contra todas las presiones imaginables, votó No al Memorándum que Tsipras después firmó y ahora aplica. CSQEP, al igual que Tsipras (y que Mas y Junqueras) pone por delante de todo la permanencia en la UE y el euro. Y esto implica que, más allá de la propaganda, nunca podrán aplicar ningún programa de cambio digno de tal nombre. Les pasa lo que a Romeva con su “plan social”.
Pero la relevancia de “Cataluña Sí que es Pot” viene dada, sobre todo, porque aparece como la candidatura de izquierdas contra la independencia, aunque para ser precisos habría que decir contra el ejercicio efectivo del derecho a la autodeterminación. No pueden decir, como dicen, que están por un “proceso constituyente propio, no subordinado”, cuando el máximo dirigente de Podemos lo niega, diciendo que todo depende de un futurible proceso constituyente estatal que depende, a su vez, de mayorías imposibles en las Cortes. O cuando, en vez de hacer frente a las amenazas de Rajoy, se reivindica de la Constitución contra una hipotética declaración unilateral de independencia.
Es por eso que, a pesar de la buena voluntad de un sector d activistas, esta candidatura cumple un papel objetivo de complemento de izquierda de los partidos de la derecha españolista.
Votar CUP-Crida Constituent
Nosotros, que somos miembros de una organización obrera y de ámbito estatal, llamamos a votar CUP-CC porque es, entre todas las candidaturas presentes, el único voto consecuente de izquierdas. Es, como dice Nuria Campanera, la única candidatura comprometida con la ruptura con el Estado español y con la troika. La que defiende: una declaración unilateral de independencia (DUI); un proceso constituyente unilateral y popular que fije las bases de la República catalana; y un plan de choque que enfrente de verdad el empobrecimiento generalizado, revierta los recortes laborales y sociales y las privatizaciones y garantice que no se pagará ni un euro de la deuda mientras no estén resueltas las necesidades sociales básicas. Es también la única candidatura que denuncia las amenazas del Estado y se pronuncia por organizar la resistencia a la embestida.
El ejercicio del derecho a la autodeterminación implica la ruptura con el Estado y sólo así, luchando por una República catalana independiente, es como mejor podemos defender una unión libre de repúblicas, comprometida en la lucha común por una Europa de los trabajadores y de los pueblos. Y cómo dice Nuria Campanera: «quién divide a la clase trabajadora es el nacionalismo opresor, españolista, y es luchando plegados contra él que podremos forjar la unidad.»