LAS PRIMERAS MEDIDAS DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO: La defensa del Estado obrero y la construcción del socialismo
Introducción
El nuevo gobierno constituido tras la toma del poder, tuvo que dar solución a lo que eran las principales preocupaciones de las masas obreras y los campesinos y que se resumían en la consigna de “Paz, Pan y Tierra”. Unas reivindicaciones que el gobierno provisional burgués no fue capaz de conceder por la época en que esta revolución se dio, donde la burguesía rusa por el papel que jugaba ya en el orden imperialista no era una clase revolucionaria, sino al contrario. Los soviets y el gobierno bolchevique tuvieron que poner en marcha no sólo medidas de transición al socialismo, sino también medidas democráticas elementales. Además de las demandas contenidas en la consigna anterior, tuvieron que enfrentar otras como era la cuestión de las nacionalidades o sobre la situación de la mujer.
Hubo tres grandes decretos que fueron votados por el II Congreso Panruso de los soviets, al día siguiente de la revolución.
Decreto de la paz
El gobierno provisional no cumplió con su promesa de sacar a Rusia de la guerra, por su ligazón con la burguesía imperialista, por la que estaban comprometidos a respetar los tratados internacionales con los aliados que los dejaban atados de pies y manos (como pasa hoy día con los países miembros de la UE). Rusia se encontraba en una dependencia casi colonial respecto al imperialismo extranjero, principalmente del francés. La guerra aumentó esta dependencia. Tuvo que pedir prestados, durante las hostilidades, 7000 millones y medio de rublos oro y como consecuencia de ello, se encontraba en una situación económica desesperada
El decreto decía así: “El gobierno de obreros y de campesinos surgido de la revolución de 24-25 de octubre, apoyándose en los Soviets…, invita a todas las naciones beligerantes y a sus respectivos gobiernos a abrir sin tardanza negociaciones para una paz justa y democrática…” El decreto establece como tal “una paz inmediata sin anexiones” (es decir, sin conquistas de territorios extranjeros, sin uniones obligadas de nacionalidades extranjeras) y sin contribuciones de guerra”. “El Gobierno declara que no considera de ninguna manera estas condiciones de paz como un ultimátum. Consiente en examinar todas las demás condiciones que pudieran serle propuestas, limitándose a insistir en que sean discutidas lo antes posible y en que se negocie con la más absoluta claridad”. El decreto proclamaba “la abolición de la diplomacia secreta y la anulación “inmediata e incondicional” de los tratados secretos”. Se invitaba a todos los países beligerantes a realizar en el acto un armisticio de tres meses por lo menos. El documento terminaba con un llamamiento “a los obreros de Francia, Inglaterra y Alemania a consagrarse a la causa de la paz y de la emancipación de los trabajadores”.
Los socialistas revolucionarios de izda dijeron que votarían a favor del decreto pero que no estaban de acuerdo con su redacción por ser demasiado “moderado”. Lenin replica que el pueblo ruso quiere la paz y que el pueblo alemán tiene que ver que están dispuestos a discutir todos los ofrecimientos de paz y que hacer un decreto ultimatista frente a la burguesía en ese momento sería un error. Finalmente, el decreto se vota por unanimidad.
Pronto se vería que las potencias imperialistas hicieron oídos sordos a este llamamiento y Alemania siguió avanzando AVASALLADORAMENTE sobre Rusia, lo que obligó al gobierno soviético a intentar negociar. Tras lograr un armisticio, empezaron las negociaciones de paz en Brest Litovsk, en las que había distintas posiciones dentro del Partido bolchevique y que concluyeron el 3 de marzo de 1918. No podemos entrar a explicar cuáles eran las distintas posiciones, pero hay que decir que, aunque la paz que se firmó fue definida por el propio Lenin como una Paz vergonzosa e infame por las condiciones draconianas que le fueron impuestas a Rusia, él fue el principal defensor de haberla firmado mucho antes de lo que finalmente se hizo. No sólo porque era de las principales promesas de la revolución que había que cumplir, sino porque no tenían condiciones de llevar a cabo una “guerra revolucionaria” como predicaban algunos y pensaba que la Revolución necesitaba un período de paz para consolidarse y crear sus propias fuerzas armadas. La realidad demostró que era la política correcta para ganar tiempo en la defensa de la joven república soviética. Más tarde, la revolución alemana derribó su monarquía y con ello todos sus acuerdos. Bielorrusia y Ucrania se integraron como repúblicas independientes a la Unión Soviética y muchos de los territorios fueron recuperados
Decreto de la tierra
Para redactar este texto Lenin se inspiró en el mismo programa agrario del partido socialista-revolucionario. Los socialistas revolucionarios estaban de acuerdo en que la tierra era para quien la trabajaba. Pero en la práctica condenaban la expropiación de esta por parte del campesinado a los grandes terratenientes. Los campesinos que se tomaban al pie de la letra el programa socialrevolucionario y que inclusive dejaban de pagar los impuestos a dichos terratenientes, al principio eran minoría porque aún confiaban en la actuación de sus dirigentes en el gobierno provisional. Pero esta confianza se fue perdiendo a medida que veían que veían que este iba dando largas a sus aspiraciones.
Con este decreto se expropió a los terratenientes dueños de las tierras de dominio, pero no quedó abolida la propiedad privada del suelo.Los bienes de los terratenientes, los dominios de los monasterios, de las iglesias, etc., con todo su inventario, pasan a los Soviets campesinos. Los tribunales revolucionarios castigarían todo atentado contra estos bienes, que son en adelante bienes de la nación (este artículo está encaminado a evitar la destrucción del utillaje, de los edificios, etc., por los propietarios desposeídos).
Se reprochó a Lenin que pusiera en práctica el programa agrario de los socialistas revolucionarios y no el bolchevique que preveía la nacionalización del suelo. Lenin respondió diciendo que el nuevo gobierno democrático, no podía ignorar lo que era la voluntad de las masas populares. Lo esencial en estos momentos para ganar a los campesinos a la causa de la revolución socialista era que los campesinos tuviesen la seguridad de que ya no habría en los campos grandes terratenientes y permitirles que pudiesen organizar los campos por sí mismos. El decreto sobre las tierras fue votado por unanimidad de todos los delegados que se hallaban presentes, habiendo solamente un voto en contra y ocho abstenciones
Decreto de formación del nuevo gobierno
En la misma sesión quedó constituido el primer gobierno de los Soviets, no sin debates muy vivos. Este gobierno quedaría bajo la autoridad del congreso panruso de los soviets y de su comité ejecutivo. En esta misma sesión, el congreso designó también un nuevo Comité Ejecutivo Panruso de los Soviets con mayoría bolchevique, socialistas revolucionarios de izquierda socialdemócratas internacionalistas y otros grupos. El primer Consejo de Comisarios del Pueblo, titulado así a propuesta de Trotski, para no tener que seguir empleando el desacreditado nombre de ministros, quedó formado únicamente por bolcheviques; presidencia, N. Lenin; interior, A. 1. Rikov; agricultura, V. P Miliutin; trabajo,A. G. Chliapnikov; guerra y marina, un comité de tres: V. A. Antonov-Ovseenko, N. V.Krilenko, F. M. Dibenko; comercio e industria, N. V. Noguin; instrucción pública, A. V.Lunacharski; finanzas, I. I. Stepanov-Skvortsov; asuntos extranjeros, L. D. Trotski; justicia, G. I. Oppokov (Lomov); abastecimientos, I. A. Teodorovich; correos y telégrafos, N. B.Glebov-Avilov; nacionalidades, I. V. Djugashvili (Stalin).
Mas tarde, los SRS de izda también entraron en el gobierno y ocuparon cargos también en el Ejército y hasta en la policía política: la Cheka, aunque rompieron con él después de la paz de Brest Litovsk con la que no estaban de acuerdo. Pero esta ruptura no se limitó a tener simples diferencias políticas, sino que pasaron a atentar directamente contra el gobierno soviético.Primero contra el embajador alemán, y luego contra dirigentes bolcheviques. Lo hicieron de forma fallida contra Trotsky y contra Lenin, que resultó gravemente herido por un disparo de bala y cuyas secuelas influyeron en su muerte prematura en 1924
El decreto sobre las nacionalidades
El nuevo gobierno obrero y campesino tenía que acabar con esa “cárcel de pueblos” que era el imperio zarista, liberando a las nacionalidades sometidas por la gran Rusia que imponía el ruso como único idioma oficial, su religión (griega ortodoxa) como la religión del Estado, aunque los rusos eran minoría en el conjunto de pueblos que componían el vasto territorio del antiguo imperio zarista
Como dice Trostky en Historia de la revolución rusa, “el gran número de naciones lesionadas en sus derechos y la gravedad de su situación jurídica daban una fuerza explosiva enorme al problema nacional en la Rusia zarista(..). (..) Para las naciones oprimidas de Rusia, derribar a la monarquía significaba realizar una revolución nacional”. Pero el gobierno provisional había ido dando largas a sus pretensiones. En septiembre el gobierno público por fin un acta que reconocía las nacionalidades de Rusia dentro de los marcos que fijase la Asamblea constituyente, pero dice Trostky, no ofrecía ninguna garantía para el futuro, era contradictoria en sí misma, extremadamente imprecisa en todo y no inspiraba confianza a nadie
También habla Trotsky que el propio partido bolchevique, hasta la llegada de Lenin tenía una posición muy embrollada y vacilante sobre este tema. Pero Lenin sí era consciente de la importancia del problema nacional
El 2 de noviembre de 1917, el Gobierno de los Soviets promulgó “la declaración de los derechos de los pueblos de Rusia”, que se puede resumir en tres puntos: 1. Igualdad y soberanía de los pueblos; 2. Derecho de los pueblos a disponer de sus propios destinos, hasta el punto de poder separarse para formar estados independientes; 3. Abolición de todos los privilegios nacionales y religiosos; libre desarrollo de todas las minorías nacionales o etnográficas.
Pasada la guerra, el 30 de diciembre de 1922 se constituiría la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en base a los principios de asociación voluntaria de las naciones e igualdad de derechos, formada por las Repúblicas socialistas Soviéticas de Rusia, la de Transcaucasia, la de Ucrania y la de Bielorrusia. Finlandia, Polonia, Estonia, Lituania y Letonia, quedaron como países independientes
Medidas para la liberación de la mujer
Las mujeres trabajadoras, como sector más oprimido y explotado del proletariado, fueron una parte muy activa e imprescindible de la RR desde el principio. No es por casualidad que la Revolución de Febrero estallase por la movilización espontánea de las obreras textiles de Petrogrado.
Para entender el enorme avance que supuso la revolución rusa para la mujer soviética en todos los terrenos, es necesario saber primero cuál era su situación. La mujer proletaria se veía obligada trabajar en los talleres y fábricas 12 y 13 horas diarias en durísimas e insoportables condiciones, cobrando la mitad o dos terceras partes menos que sus compañeros masculinos, igual que en el resto de Europa. Al no existir derechos laborales ante la maternidad, a veces daban a luz en el mismo taller con lo que más de una tercera parte de los hijos de familias obreras morían antes de llegar a tener un año. A la edad de 30-40 años, la mujer obrera era ya una inválida. En cuanto a la campesina, que eran la inmensa mayoría, eran poco menos que esclavas de su marido, al que, según la doctrina bizantina, debían obediencia absoluta. En las zonas musulmanas, La tradición otorgaba a los maridos el derecho a matar a sus mujeres. El 88% de las mujeres rusas eran analfabetas.
Participación política
Las mujeres no sólo conquistaron el derecho al voto sino a ser elegidas. Se tuvo que hacer uso de nuevos métodos para acompañar a las obreras y campesinas en el proceso de ser parte de la organización soviética: asambleas de delegadas obreras elegidas en los comités de fábrica, conferencias de obreras sin partido. Se hizo un esfuerzo enorme para que las mujeres entraran al P bolchevique, para que tomaran cargos en los soviets, en los comités de fábrica, posteriormente en las granjas colectivizadas. Se creó el Zhenotdel o Departamento de la Mujer, (que fue abolido por el estalinismo en 1930) para promover debates, actividades y medidas a favor de los intereses de las mujeres.
Participación en la producción social
Los bolcheviques no sólo establecieron la jornada de ocho horas enseguida de llegar al poder, sino que prohibieron el trabajo nocturno y en las minas para las mujeres y adolescentes. Enseguida aprobaron subsidios y licencias de maternidad remuneradas de ocho semanas antes y después del parto, para la mujer trabajadora. En septiembre de 1918, un texto reglamentó la igualdad salarial entre hombres y mujeres. El Código de Tierras aprobado en 1922, otorgaba por primera vez en la historia a las mujeres campesinas, la igualdad en el acceso a la tierra, el derecho a irse de la familia si querían y a la participar en las decisiones comunales, aunque esto era difícil de implementar en la práctica por el atraso cultural que existía.
El trabajo doméstico y la cuestión de la familia
En 1918 se aprobó un Código de familia nuevo que fue el más avanzado de todos los tiempos y que instituyó el matrimonio civil, simplificó al máximo el divorcio y después se reconocieron las uniones de hecho. Este código de familia se esforzó por otorgar iguales derechos a los menores nacidos dentro o fuera del matrimonio. En concreto el acceso a las pensiones alimenticias en caso de separación o divorcio de los padres, algo que dicho sea de paso dio muchos quebraderos de cabeza al nuevo gobierno soviético. También se despenalizó la homosexualidad que pasó a ser un asunto privado. Se aprobó el aborto libre y gratuito en los hospitales del Estado en 1920. La prostitución, que en la Rusia zarista estaba generalizada y había sido regulada, se consideraba la expresión más extrema de la explotación y degradación de las mujeres. Pero no se criminalizó a quienes la ejercían, sino que se tomaron medidas para resolver las causas que obligaban a las mujeres a prostituirse. Se les atendía de forma gratuita en los hospitales y se intentó mejorar su nivel cultural y sus posibilidades de empleo.
Había una discusión muy rica y viva en el partido bolchevique y en la propia sociedad y muchas opiniones en los primeros años de la Revolución Rusa, sobre cómo sería la familia bajo el socialismo. La visión bolchevique sobre la familia se basaba en la unión libre, en la emancipación de las mujeres por el trabajo asalariado, en la socialización del trabajo doméstico y en la crianza colectiva de las niñas y niños bajo responsabilidad del Estado, porque entendían que sin acabar con la esclavitud doméstica de la mujer, no se podría hablar de socialismo. Un sector en el que podemos identificar a Kollontai, era más optimista y estaba convencido que las relaciones familiares se debilitarían muy rápido bajo el peso de las medidas socialistas. Pero tanto Lenin como Trotsky, siguiendo a Marx y Engels, tenían una concepción más materialista sobre la familia y sabían que no podía ser “abolida por ley” ni podía desaparecer sin más, sino que tenía que ser sustituida por otra cosa. Desde el primer año y a pesar de la situación económica que se vivía, el gobierno se esforzó en crear guarderías, lavanderías y restaurantes públicos y otros establecimientos, para liberar a la mujer de la carga de las tareas domésticas.
Había un problema enorme que persistió hasta el estalinismo con los llamados “besprizorniky” (que W.Goldman describe en su libro)- los niños sin hogar que existían ya en el zarismo , que vagaban por la calle y se contaban por decenas de miles, bien por haber quedado huérfanos o porque su madre sola no podía hacerse cargo de ellos. El gobierno soviético hizo un esfuerzo enorme por alimentar, dar cobijo y educar a estos niños que además eran delincuentes en potencia, pero los recursos que tenían para solucionar este problema eran insuficientes.
En resumen, el gobierno de los soviets de los primeros años de la RR no sólo eliminó cualquier medida legal o ley discriminatoria contra las mujeres, sino que se puso a la tarea de acabar con las BASES MATERIALES de la opresión. Esto es muy importante comprenderlo porque hoy día también vemos que en el capitalismo, la igualdad formal o ante la ley no significa igualdad en la vida real.
A pesar de las dificultades, podemos afirmar sin dudarlo que ningún país capitalista del mundo, ni siquiera los más avanzados, dio a la mujer lo que la RR en sus primeros años. Y el avance en la liberación de la mujer estuvo indisolublemente ligado desde el minuto uno al avance de la propia revolución. Cuando la revolución avanzaba, la situación de la mujer lo hacía con ella y cuando la revolución retrocedió, la situación de la mujer también lo hizo.
La situación social y económica al interior del país, contexto en el que se aprobaron los decretos.
El gobierno soviético aprobó más decretos, pero para entender el contexto en que se aprobaron y el alcance real que tuvieron las medidas, es importante entender cuál era la situación económica, social y política al interior del país. Esta situación estaba provocada por la propia revolución que es un momento que siempre pone patas arriba las relaciones sociales, pero además por la situación de caos que vivía el país como consecuencia de haber estado participando en la guerra imperialista y a esto habrá que sumarle más adelante los estragos de la propia guerra civil que aceleraron digamos, la desintegración económica, social y financiera a partir de 1918 y que obligaron a poner en marcha las medidas del llamado “comunismo de guerra”
Por dar algunos datos,entre 1918 y 1919 un millón y medio de personas murió como consecuencia del tifus. A finales del 20, las enfermedades, el hambre y las bajas temperaturas mataron a siete millones y medio de rusos, cuando la guerra ya se había cobrado cuatro millones. Al llegar 1921 Moscú había perdido la mitad de su población, Petrogrado las dos terceras partes.
El año 1918 fue el primer año del bloqueo. A las consecuencias de la completa interrupción de intercambios entre Rusia y el resto del mundo había que agregar que con la paz de Brest Litvosk, Rusia perdió un tercio de la población, 50% de la industria, 90% de la producción de combustibles, 55% del trigo y la mayor parte de los cereales. Además, los blancos tenían en su poder el 60 % de la red de ferrocarriles. La destrucción de los transportes era terrible.
La defensa del Estado obrero
El gobierno soviético tuvo que enfrentar elintento de derribarlo por parte de mencheviques, socialistas revolucionarios y anarquistas. Una gran parte de los intelectuales veían la revolución como un golpe de mano llevado a cabo por un puñado de doctrinarios fanáticos que arrastraban a las plebes incultas. Tanto ellos, como la burguesía de los otros países, la burguesía rusa o los altos mandos del ejército zarista, todos ellos sin excepción, creían imposible que un gobierno del proletariado se sostuviese más allá de unos pocos días o como mucho de unos meses. Pero no se quedaron con las manos quietas. Los gobiernos imperialistas pronto reaccionaron y se conjuraron para detener el peligro bolchevique. El más grande de todos, era que el entusiasmo de la joven república obrera pudiese “infectar” a la clase obrera de sus propios países. Mientras en diferentes partes del país comenzaron a reunirse fuerzas militares hostiles a la revolución, los gobiernos imperialistas entran a su vez en acción, dando lugar a una guerra civil que se prolongó por tres años
El nuevo gobierno tuvo que luchar contra los ejércitos de los países imperialistas. Trotsky, como comisario de guerra, organizó el Ejército Rojo que se creó el 23 de febrero de 1918, llamadooriginalmente ejército rojo obrero y campesino. En la guerra civil, hombres y mujeres fueron sometidos a instrucción militar y los desertores eran castigados ejemplarmente. Una medida que fue decisiva para ganar la guerra, fue incorporar al nuevo ejército, a oficiales militares especialistas del antiguo ejército zarista a propuesta de Trotsky, cuyas familias eran tomadas como rehenes si traicionaban y que eran vigilados por comisarios políticos. Esos comisarios políticos salieron fundamentalmente de la clase obrera industrial y los cuadros bolcheviques, muchos de los cuales perdieron su vida en esa guerra. Y, por otro lado, en el interior del país se vieron obligados a aplicar de forma creciente, la coerción, la represión, la violencia y hasta el terror. La Checa, se creó con la misión de exterminar a los agentes de la contrarrevolución en el interior del país.
No es objeto de este artículo explicar lo que significó el Terror Rojo. Solo decir que para Lenin era tan clara la necesidad de este último que ni siquiera teorizó sobre él. Como dice Victor Sergue: “Lenin había preconizado, desde los primeros días del gobierno revolucionario, las medidas de rigor y había combatido las ilusiones pacifistas, las debilidades inadmisibles de los que le rodeaban”. Trotsky sí lo hizo. En un libro escrito en 1920, llamado “Terrorismo y Comunismo” en el que respondía a otro de Kautsky (al que Lenin llamaba el renegado), que llevaba el mismo título.
Son muchos los que ahora como entonces, siguen criticando al partido bolchevique por las medidas dictatoriales o de restricción de la libertad y la democracia que tuvo que llevar a cabo y por haber utilizado el terror rojo, no sólo contra la burguesía, sino también contra otras organizaciones de izquierda que se opusieron al gobierno soviético.
En el fondo todos ellos, son continuistas de las posiciones reformistas de Kautsky que Trotsky y Lenin combatieron, además de las ideas anarquistas y que hoy continúan repitiendo: ¡Mantienen que es posible arrebatarles el poder a las clases poseedoras… sin tomar el poder! ¡Que es posible mantenerlo en manos de la clase trabajadora una vez tomado, sin violencia revolucionaria y sin un Estado obrero que imponga la dictadura del proletariado, que es la dictadura de la mayoría, sobre una minoría privilegiada!
El régimen soviético no era una democracia burguesa, sino una democracia obrera. Esto significa que, en los soviets, solo tenían derecho al voto los trabajadores de ambos sexos, los campesinos y los soldados, pero no las personas que explotasen el trabajo ajeno, las que viviesen de rentas que no procedan de su propio trabajo ni los comerciantes, sacerdotes, frailes, expolicías, miembros de la antigua casa real, ni los locos, condenados o privados de sus derechos civiles
Hoy como entonces, se empeñan además en ver las medidas tomadas por los bolcheviques como “precursoras” del estalinismo. Para ello olvidan- deliberadamente o no-, que la situación de la Rusia asediada de 1918-1920, de la que Lenin dijo era “una isla rodeada de piratas imperialistas en medio de un mar embravecido”, no tenía NADA que ver con la de la URSS de Stalin. No comprenden o no quieren hacerlo, lo que Trotsky llamó la “dialéctica del proceso revolucionario”.
Pero para los bolcheviques rusos, el Terror Rojo y el Ejército Rojo eran igualmente necesarios, en la tarea de detener la contrarrevolución y mantener el poder en manos del proletariado, única clase capaz de construir el orden socialista. En la Revolución Rusa como en tantas otras revoluciones, no cabía término medio: O se estaba del lado del pueblo en su lucha por hacer avanzar la revolución o se estaba contra ella. Por eso muchos anarquistas y socialistas revolucionarios de izquierda acabaron colaborando o ingresando en las filas del Partido bolchevique y otros…. terminaron siendo parte de la contrarrevolución.
En el campo
La agricultura había sufrido a consecuencia de la guerra desde antes de la revolución. Por eso, aunque fueron expropiados cerca de 30000 terratenientes; los campesinos pobres no se hallaron en condiciones de continuar la explotación de las tierras, lo que fue otro motivo de que en los primeros años bajase la producción agrícola
Los campesinos acaudalados negaban el trigo a las ciudades porque con el dinero que le daban a cambio no había nada o muy pocas cosas qué comprar, debido al colapso de la producción industrial «ligera» (de bienes de consumo). Mucha gente huía de la ciudad al campo donde era más fácil si acaso procurarse algún alimento. Las mercancías entregadas a veces por el Estado a cambio del trigo, se concentraban en las manos de los campesinos ricos, los kulaks. Un decreto estableció que la permuta se realizaría por intermedio de las asociaciones de campesinos pobres, que se encargó de hacer requisas en los campos y supervisarían la recolección, distribución y envío a las ciudades del grano y otros productos agrícolas. Pero estas medidas no siempre funcionaban porque en primer lugar los campesinos pobres no siempre estaban dispuestos a colaborar con el gobierno y de hecho estos comités fueron abolidos en diciembre de 1918 y hasta 1919 no se empezaron a organizar las primeras explotaciones agrícolas soviéticas.
En verdad, el tema de las relaciones económicas entre la ciudad y el campo, fue el principal problema de la economía soviética, por mucho tiempo
El sabotaje de los funcionarios
Desde los primeros días, el gobierno soviético debió enfrentar el sabotaje en los edificios administrativos de la gran mayoría de los empleados públicos, funcionarios del anterior gobierno provisional. Por una parte, la huelga de todos los empleados -sin excepción-, de los médicos, maestros, ingenieros. Además de la huelga, con frecuencia se llevaban los expedientes o destrozaban el mobiliario antes de irse de los distintos ministerios etc. La huelga estaba dirigida por un “gobierno clandestino” con el apoyo de las grandes firmas industriales, comerciales y bancarias que continuaban pagando el sueldo a los funcionarios en huelga.
El lock out patronal
También los patrones de las fábricas llevaban tiempo practicando el sabotaje o el lockout. Liquidaban sus empresas, ocultaban sus abastecimientos, robaban, vendían las herramientas, o desaparecían llevándose las sumas que habían hecho efectivas. La consecuencia de este sabotaje era la expropiación de las empresas por los obreros a título de represalia. Cuando el patrono suspendía el trabajo, volvían los obreros a poner en marcha ellos mismos el taller, por su cuenta. El decreto que establecía el control obrero de la producción en las fábricas de más de cinco trabajadores apareció el 14 de noviembre de 1917, Con este decreto, que pretendía era que los obreros y las obreras aprendiesen a llevar por sí mismos las fábricas. Con este decreto se legalizaba y se daba carta blanca a la injerencia de los obreros en la gestión de las empresas.
Pero pronto se vería que la planificación central de la economía que estaba en ruinas, era una necesidad de primer orden. Al cabo de casi ocho meses, el 28 de junio de 1918, aparecieron los grandes decretos de nacionalización y se fueron nacionalizando progresivamente todas las empresas mineras, metalúrgicas, textiles, electrotécnicas, madereras, tabaqueras, vidrieras, de cerámica, de curtidos, cemento, caucho, transpones, etc., cuyo capital fuese de 500000 rublos para arriba. El 5 de diciembre de 1918 fue creado el Consejo Superior de Economía Nacional, con objeto de coordinar la acción de todos los organismos locales o centrales encargados de la producción. El decreto sobre el monopolio del comercio, que también es importante señalarlo, no apareció hasta el 23 de abril de 1918.
En un primer momento el gobierno continúo con el régimen de racionamientos y de requisas que había cuando Rusia estaba en guerra, pero con un criterio de clase. Empezaron a requisar los víveres que tenían almacenados los comerciantes, las ropas de abrigo, el calzado y las ropas de cama de los ricos. El estado se esforzaba en llevar a cabo el reparto de víveres y de artículos de primera necesidad entre los trabajadores a precios ínfimos, pero llegó un momento en que casi existió una eliminación pura y simple del dinero. La depreciación del papel-moneda tuvo como consecuencia que el comercio se vio sustituido por el trueque, el intercambio de objetos. A partir del año 1919, el Estado se esforzó en garantizar la alimentación gratuita de los niños y en 1920 llegó a la gratuidad de muchos servicios públicos
La nacionalización de la banca
Lo primero que hay que señalar es que el gobierno soviético consumo su ruptura definitiva con los aliados, no sólo saliéndose del bloque aliado sino anulando las deudas exteriores de Rusia. Esta medida se hacía indispensable; La deuda del Estado, alcanzaba las dos terceras partes de la riqueza nacional.
El decreto que convirtió a la banca en monopolio del Estado apareció el 14 de diciembre de 1918. A partir de ese momento, todos los bancos particulares quedaban fusionados con el Banco del Estado.
La educación
Y, por último, pero no menos importante, hay que señalar que a pesar de las dificultades y de la inmensa miseria que se vivía, desde el primer año la instrucción pública recibió un impulso prodigioso. Antes de la Revolución, el 73% de la población era analfabeta. En 1926, sólo nueve años después, sólo lo era un 49% y en 1934 el analfabetismo bajó hasta el 10% principalmente personas mayores. La victoria contra el analfabetismo fue extraordinaria. Se crearon por todas partes escuelas para adultos. Se crea una red de instituciones educativas públicas y gratuitas desde los primeros años de vida hasta la Universidad. Pero además se llevó a cabo una auténtica revolución cultural con libertad total para el desarrollo de la creatividad en todas las artes y se hizo un esfuerzo enorme por acercar el arte al pueblo. Los teatros que estaban nacionalizados abrían todos los días y la gente acudía a sus representaciones o al ballet, cosas que antes estaban reservadas sólo para una élite social.
Resumen y Conclusiones
En resumen y para comprender el escenario que estamos describiendo, en los primeros días, semanas y años, el gobierno soviético que no tenía el control sobre el inmenso territorio del difunto imperio zarista ni todo el control sobre los soviets, tuvo que llevar a cabo dos tareas hasta cierto punto “dispares” entre sí.
La primera y principal tarea que tenía por delante el gobierno en los primeros años, fue la de defender por encima de todo la joven república soviética. Porque lo que estaba en juego era la supervivencia del Estado obrero y el mantener la conquista del poder por el proletariado.
Como ya hemos dicho, los gobiernos imperialistas no creían que los bolcheviques se mantuviesen en el poder más allá de unos días, semanas o meses, pero tampoco los bolcheviques creían posible o al menos veían muy difícil que la república soviética pudiese aguantar, en la situación de aislamiento y atraso económico y cultural en que se encontraba, si no estallaba la revolución en Europa. Es por esto que aún en medio de la guerra civil, se esforzaron al máximo por construir la III Internacional como palanca para la revolución mundial
Por otro lado, y junto con esto, tuvieron que poner en marcha el estado bajo nuevas reglas y construyendo un nuevo orden social. Es decir, lograr que los servicios funcionasen, que las fábricas siguiesen produciendo, que los alimentos llegasen a la ciudad, que los transporten funcionasen, pero todo sin el apoyo de los técnicos y especialistas necesarios, al menos al principio. Por eso Lenin, siempre exhortaba a la masa obrera y al campesinado pobre a tomar en sus manos la tarea de construir el estado soviético y hacerlo avanzar. En general, podemos decir que la política del partido y del poder durante este período consistió en despertar y estimular esta iniciativa que muchas veces demostraban las masas. Lenin decía que “la organización proletaria tenía que hacer prodigios”.
Y muchas de las medidas aprobadas en este tiempo, desde el Decreto sobre la paz que terminó en la firma de la paz de Brest Litovsk en la que se perdió mucho y dividió al partido, o el darle la tierra a los campesinos pobres- que no era el programa socialista- o legislar sobre la unión entre hombres y mujeres cuando en realidad los bolcheviques estaban por la abolición de la familia porque pensaban que era una institución opresiva para a las mujeres- Todas estas medidas repito, no eran oportunistas, sino que estaban llenas de lo que ellos llamaban “realismo revolucionario” .Eran medidas “transitorias” o para ganar tiempo. Se trataba de conquistar posiciones que posibilitasen luego ir más allá, cuando la situación fuese más favorable.
Los bolcheviques querían que la revolución fuese tomada y llevada a cabo por la clase obrera, el campesinado y las mujeres, pero no se hacían ilusiones. Tomaban a estos sectores sociales tal y como eran, con sus atrasos en la conciencia y sabían que sería necesario tiempo para que muchos y muchas se reeducasen en el nuevo régimen.
El gobierno obrero y campesino que surgió de la Revolución de Octubre con la clase trabajadora al frente, logró frenar la contrarrevolución que quería liquidarla. Tanto la que se daba dentro al interior del país, como la del propio imperialismo, interviniendo desde fuera. Y al mismo tiempo, fue capaz de poner en marcha el Estado socialista o al menos poner los cimientos para ese nuevo orden social que querían construir y que es el socialismo.
Responder a la pregunta de por qué una revolución que fue tan victoriosa se transformó en una deformación monstruosa de sí misma, no es objeto de este artículo. Pero en todo caso, hay una cosa clara: Lo que se vivió en los primeros días, meses y años en Rusia, después de octubre, quedará para siempre como prenda para la Historia. Pero no para recordarla con nostalgia ahora que se cumple su centenario, sino como un ejemplo extraordinario de la tarea que todavía tenemos por delante, que no es otra que la de luchar por un mundo nuevo, sin opresión ni explotación de ningún tipo.
La Revolución obrera y campesina de 1917 fue el inicio de un camino que la humanidad aún tiene por delante para recorrer. Y para ilustrar esta idea, nada mejor que las palabras de Lenin: “Hemos empezado nosotros. No importa donde, cuando ni qué trabajadores o en qué país sean los que finalicen este proceso. Lo verdaderamente importante es que se ha roto el hielo y se ha trazado la senda. El camino está libre…”
BIBLIOGRAFIA:
“Historia de la Revolución Rusa”. Leon Trotsky. Edit. Veintisiete letras.
“Mujer, Estado y Revolución”. Wendy Goldman. Edic. IPS
“La Revolución Rusa: De Lenin a Stalin. 1917-1929”. Edward H.Carr. Edit. Alianza
“El año I de la Revolución Rusa. Victor Serge. Edit. S.XXI
https://revistas.ucm.es/index.php/HICS/article/viewFile/HICS0202110109A/1