La campaña de propaganda de la UE, sus gobiernos y todos los grandes medios de comunicación europeos es sencillamente brutal. Quien defienda al pueblo palestino y no apoye incondicionalmente la masacre genocida de Israel es criminalizado, tachado de cómplice de terroristas y antisemita.

Por: LIT – Europa

Tras la bandera del “derecho a la defensa” hay un plan de limpieza étnica

Toda esta campaña quiere ocultar que no estamos ante ningún legítimo “derecho a la defensa” de Israel. No hay guerra entre dos ejércitos, sino un genocidio. Los palestinos no tienen aviones, ni tanques, ni artillería, ni marina de guerra. Tras la falsa bandera del “derecho a la defensa” hay en marcha un plan para destruir Gaza, exterminar a sectores enteros de su población y expulsar al resto al desierto del Sinaí, en Egipto.

El bombardeo del hospital Al Ahly con 500 muertos es la muestra viva de la política sionista de exterminio. La escandalosa imputación de la responsabilidad a la guerrilla de la Yihad Islámica es una ignominia. No por casualidad Biden, que da por buena la versión israelí, se niega a una investigación internacional.

El Estado de Israel, con el apoyo de EEUU y los gobiernos europeos, está llevando a cabo un plan de limpieza étnica. Asistimos a la aplicación descarnada de la segunda Nakba [catástrofe][1], que no se limita a Gaza, sino que abarca también a Jerusalén oriental y Cisjordania, donde bandas de colonos armados, protegidos y apoyados por el ejército israelí, se apropian de tierras palestinas y aterrorizan y masacran a la población local, buscando su expulsión a Jordania.

Desde el año 2000 hasta este 7 de octubre, día de la incursión de Hamás, 2.287 palestinos fueron asesinados en Cisjordania. A partir del 7 de octubre y hasta el día 23, más de 5.000 personas han muerto en la Franja de Gaza, de las que más de 2.000 eran menores de edad. Entretanto, Israel concentra tropas en la frontera de Gaza y mantiene los bombardeos a los barrios, mientras prepara una invasión terrestre. Hasta ahora, más de un tercio de los edificios de Gaza han sido demolidos por las bombas.

Los métodos empleados por Israel contra los palestinos de Gaza pueden compararse con los que usaron los nazis para aplastar el levantamiento del Gueto de Varsovia en 1943. Del mismo modo, la actuación de los colonos en Cisjordania puede equipararse a los pogromos antisemitas contra los judíos. Como hicieron los nazis con los judíos, el Estado de Israel no ha vacilado en negar la humanidad a los palestinos y los ha reducido, en palabras del ministro de Defensa Yoav Gallant, a la condición de “animales”.

La UE y los gobiernos europeos son pozos negros de hipocresía

La UE y los gobiernos europeos se llenan la boca hablando de condenas contra el “terrorismo” de Hamás, cuyo mayor crimen ha sido dejar en ridículo al sexto ejército del mundo. Han iluminado con la bandera sionista la sede de la Comisión Europea, la torre Eiffel y la Puerta de Brandemburgo. Han perseguido manifestaciones en defensa de los palestinos y contra los crímenes de guerra israelís en Francia, Alemania y Gran Bretaña, con la excusa de que son “susceptibles de generar alteraciones del orden público”. En Francia y Alemania han amenazado con ilegalizar a las organizaciones propalestinas y Macron aprovecha la ocasión para militarizar el país. Pese a ello, no han podido evitar grandes movilizaciones de miles en las calles europeas.

Los jefes de gobierno europeos han acudido, solícitos a abrazar a Netanhayu y prestarle su apoyo incondicional. El alemán Scholz fue el primer jefe de gobierno en visitarlo y declarar que “la seguridad de Israel es una cuestión de Estado” para Alemania y que solo Israel debe decidir hasta cuándo durará la operación genocida contra Gaza.

También han estado la italiana Meloni, Macron o el británico Rishi Sunak… La presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, y la del Parlamento europeo, Metsola, fueron raudas a prestar su apoyo incondicional a Netanyahu. Von der Leyen ni siquiera mencionó las palabras rituales sobre el “respeto al derecho humanitario”. Mientras tanto, su Comisario de Vecindad, Várhelyi, declaraba que la Comisión suspendía unilateralmente toda la ayuda humanitaria a los palestinos.

El comportamiento de Von der Leyen fue tan escandaloso que diferentes gobiernos europeos, presididos por el comisario Borrell, la criticaron por no hacer ni una sola referencia al “respeto del derecho humanitario”. Con esta “crítica” querían resguardarse ante sus opiniones públicas, a la vez que expresaban su temor a la extensión del conflicto a la región. De la misma manera, se opusieron a que la Comisión suspendiera la ayuda humanitaria (que, en cualquier caso, Israel no deja entrar).

Pero la apelación al “respeto del derecho humanitario” no es más que una formalidad vacía, pues todos ellos saben perfectamente que Israel no lo ha respetado antes, no lo respeta ahora y no lo va a respetar mañana. Por el contrario, bajo el rótulo del “derecho de Israel a defenderse”, están apoyando abiertamente un genocidio sin que salga de su boca una sola denuncia contra las masacres israelís; sin exigir al Tribunal Penal Internacional el procesamiento de sus responsables; sin tomar ninguna medida de castigo contra ellos; manteniendo las relaciones diplomáticas y comerciales plenas o continuando el suministro armas a Israel. La UE y los gobiernos exigen la liberación de los rehenes en manos de las milicias palestinas, pero no dicen una sola palabra de los 6000 presos palestinos en las cárceles israelís, más de 1000 de ellos en detención administrativa.

Todos los gobiernos de la UE, desde los que aparecen más descaradamente al lado de Netanyahu hasta los que quieren aparecer más “equidistantes” como el español, comparten esta misma política.

La “soberanía europea” no es más que sometimiento a EEUU

En sus cumbres, hablan de “soberanía europea” para después subordinarse totalmente a EEUU, cuyo apoyo a Israel, en palabras de Biden, es “sólido como una roca e inquebrantable”. Si la visita de Biden a Israel mostró unos EEUU decadentes, la política de la UE muestra su sumisión y deja en evidencia su creciente irrelevancia en el mundo. Muchas de las armas de Biden para armar Israel y bombardear Gaza, salen de la base italiana de Sigonella, en Sicilia

EEUU no sólo ha concedido este año 4.400 millones de dólares en ayuda militar a Israel, sino que ahora se disponen a entregarle 14.000 millones de dólares más. Están entregando con urgencia armas avanzadas que Israel utiliza para la masacre de Gaza, mientras se niega a facilitarlas a Ucrania para defenderse de la agresión rusa. Han enviado dos portaviones a la zona, con sus respectivos grupos de combate y han puesto en estado de alerta a 2.000 soldados para intervenir en la zona si fuera necesario. Su embajadora en la ONU ha declarado que no es el momento de preocuparse de los “daños colaterales”, aunque esto signifique demoler la ciudad de Gaza. EEUU ha vetado una propuesta de alto el fuego humanitario en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Las únicas voces discordantes asociadas a gobiernos europeos han sido las de algunas ministras de Podemos-Sumar del Ejecutivo de Pedro Sánchez, en particular la de Derechos Sociales, Ione Belarra y la de Igualdad, Irene Montero, que han exigido el cese de los ataques sobre la población de Gaza, han tachado de genocidio planificado la respuesta israelí y han sugerido –por supuesto infructuosamente- que el gobierno en funciones de Sánchez, del que forman parte, suspenda relaciones diplomáticas con Israel, aplique sanciones económicas y lleve a Netanyahu a la Corte Penal Internacional. Pero más allá de sus palabras, que se separan de la unanimidad criminal de la UE y sus gobiernos, su posición es hipócrita por cuanto saben que si Pedro Sánchez finalmente consigue formar gobierno (con ellas dentro) su política hacia Israel seguirá estando, como hasta ahora, perfectamente alineada con la UE y EEUU.

La “solución de los dos Estados”

Hay un aspecto en el que tanto Sánchez como Podemos-Sumar coinciden y que ha sido mencionado por el propio comisario europeo Borrell: la reivindicación de los dos Estados como “la única solución viable para alcanzar una situación de paz y estabilidad en la región”. Borrell ha dicho también que el interlocutor palestino de la UE es Mahmud Abas, el presidente de la ANP (Autoridad Nacional Palestina). Sumar-Podemos, en sus negociaciones con el PSOE para formar gobierno, piden a Sánchez que el próximo gobierno reconozca unilateralmente Palestina, porque si espera que lo haga la UE, no lo hará nunca.

Lo cierto es que ahora mismo hay varios Estados de la UE que ya reconocen el “Estado” palestino. Es el caso de República Checa, Chipre, Bulgaria, Suecia o Hungría. ¿Piensa Sumar-Podemos que añadir a esta fútil lista el nombre del Estado español va a cambiar en algo las cosas?

Es común entre la izquierda europea la defensa de los dos Estados como “solución” al conflicto. También la propugnan China y Rusia, así como los regímenes árabes reaccionarios. Pero esta opción nunca ha sido solución de nada y ahora mucho menos. La “solución” de los dos Estados presupone legalizar la ocupación colonial israelí, renunciar al retorno de los 5,9 millones de refugiados y refugiadas palestinas y aceptar la formación de un seudoestado sin siquiera continuidad territorial y sin las competencias básicas que definen a un Estado, que quedarían en manos del Estado de Israel.

Pero, además, esta “solución”, después de 75 años de colonización, de la ocupación de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este a partir de 1967 y de la política, cada vez más frenética de asentamientos ilegales en tierras palestinas, se ha convertido en una broma macabra y una quimera imposible. Israel controla actualmente el 60% de Cisjordania mediante un sistema de Apartheid, ha instalado 279 colonias ilegales y ha instaurado una política de terror en combinación con los colonos. Uno de los ministros israelís responsables de la administración de Cisjordania, Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional es un sujeto que fue procesado como terrorista por los propios tribunales israelíes y que ha declarado públicamente que “hay que matar a todos los árabes”.

Por otra parte, la ANP, dirigida por Mahmud Abbas, es una estructura corrupta, reducida a una parte de Cisjordania, cuya misión fundamental es hacer de policía interna al servicio del ocupante israelí. La ANP es odiada por la calle palestina y especialmente por la juventud. Por esta razón, no realiza elecciones presidenciales desde 2005 y al parlamento palestino desde 2006, en las que venció Hamás. ¿Es esta ANP siniestra lo que se quiere reconocer como “Estado” palestino?

La solución al problema palestino no viene de los “dos Estados”. La solución es la que defiende la calle palestina y los judíos antisionistas: el establecimiento de una Palestina laica, democrática y no racista en todo el territorio histórico de Palestina (“desde el río hasta el mar”. Una Palestina sin muros, sin puestos de control, sin asentamientos armados y adonde puedan retornar los millones de refugiados palestinos de las familias que fueron expulsadas de sus hogares en 1948 y después. Una Palestina donde convivir libremente árabes y judíos dispuestos a vivir en paz e igualdad. Solo la derrota del Estado sionista, el desmantelamiento de este Estado racista y opresor puede abrir camino a la solución.

¿Por qué la UE y los gobiernos europeos apoyan a Israel?

Muchos europeos se preguntan cuál es la razón por la que los gobiernos europeos apoyan los planes genocidas y de limpieza étnica de Israel. El judío antisionista francés Pierre Stambul, portavoz de UJFP (unión de Judíos Franceses por la Paz) respondía con precisión a esta pregunta en una entrevista concedida el pasado 14 de octubre:

“Algunos piensan que este alineamiento viene de un sentimiento de culpabilidad en relación con los judíos. Es falso. Si es incontestable que Europa es culpable de siglos de antijudaísmo cristiano y antisemitismo racial que han llevado al genocidio nazi, esto no tiene nada que ver con el apoyo a Israel. De otro lado, la ideología de los dirigentes israelís actuales es más próxima de los que han realizado el genocidio[2] que de los que lo han sufrido (entre ellos mi propia familia). No, Occidente sostiene a Israel porque es su Estado. Es un ejemplo de reconquista colonial, es un pedazo de Occidente instalado en el Próximo Oriente. Se ha convertido en un laboratorio de tecnologías de punta de vigilancia y reclusión de poblaciones consideradas peligrosas. Es el lugar donde los ejércitos y las policías del mundo entero vienen a ‘formarse’. Israel es indispensable para dominar y someter la región”. Es, en síntesis, un enclave militar de EEUU y Occidente en Oriente Medio.Por eso la UE y los gobiernos europeos, siguiendo a EEUU, llaman a cerrar filas con Israel en defensa de los “valores compartidos”, “la civilización, la democracia y el mundo libre”.

Los gobiernos europeos tienen, además, la desvergüenza de mostrarnos a Israel como la “única democracia en Oriente Medio”, otra mentira abyecta. Israel es un Estado racista colonial desde su nacimiento. De entrada, es un Estado donde la población árabe que vive en territorio israelí sólo tiene la ciudadanía, pero se le niega la nacionalidad. Son ciudadanos de segunda, legalmente discriminados y privados de derechos básicos como el de poseer la tierra que les fue expropiada. En cuanto a los territorios ocupados, la población palestina vive sometida a un brutal régimen de apartheid, denunciado por numerosos organismos internacionales como Amnistía Internacional, Human Right Watch o la ONG israelí B’Tselem.

¿Qué tiene que ver antisionismo con antisemitismo?

Dicen los gobiernos que oponerse al genocidio y defender a la población palestina es antisemitismo. Pero nos ocultan que la principal base de apoyo internacional del sionismo son los cristianos evangélicos norteamericanos de extrema derecha, una de las bases principales de Trump, que son abiertamente antisemitas. En cambio, muchos judíos, cada vez más, en todo el mundo y en especial en EEUU alzan su voz contra la limpieza étnica israelí. La asociación Jewish Voices for Peace (JVP)tiene 440.000 miembros y simpatizantes. Se han movilizado masivamente contra la masacre sionista en múltiples ciudades norteamericanas, protestando en el interior del mismo Capitolio.

Este es un fragmento del comunicado que JVP emitió el pasado 7 de octubre: “El gobierno israelí puede haber acabado de declarar la guerra, pero su guerra contra los palestinos comenzó hace más de 75 años. El apartheid y la ocupación israelíes –y la complicidad de Estados Unidos en esa opresión– son la fuente de toda esta violencia. La realidad es montada según cuando usted ponga en marcha el reloj (…) Durante 16 años, el gobierno israelí sofocó a los palestinos en Gaza bajo un draconiano bloqueo militar aéreo, marítimo y terrestre, encarcelando y matando de hambre a dos millones de personas y negándoles atención médica. El gobierno israelí masacra rutinariamente a palestinos en Gaza; los niños de diez años que viven en Gaza están ya traumatizados por siete grandes campañas de bombardeos en sus cortas vidas”.

Si hoy hay una fuente de antisemitismo en el mundo no es otra que la campaña infame para identificar el Estado genocida de Israel con el pueblo judío. Pierre Stambul decía en la entrevista arriba mencionada: “el sionismo es un crimen contra los palestinos. Para los judíos, es un insulto a su memoria, a su historia, a sus identidades”.

¡Levantamiento inmediato del asedio de Gaza! ¡No a la masacre, la ocupación y el apartheid!

¡Ruptura inmediata de relaciones diplomáticas con Israel! ¡Cierre de sus embajadas y consulados!

¡Fin de toda colaboración académica, cultural y científica con Israel!

¡Boicot al envío de armas!

¡Fin de toda colaboración económica! ¡Apoyo a la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS)!

¡Apoyo incondicional a la resistencia palestina! ¡Llamamos a redoblar las movilizaciones e instamos a todas las organizaciones políticas, sindicales y estudiantiles de clase, a apoyarlas!

Al igual que defendemos al pueblo ucraniano en la lucha por recuperar su territorio frente a la agresión de Putin, apoyemos la lucha legítima del pueblo palestino por su tierra. ¡Por una Palestina única, laica, democrática y no racista, del río al mar!

Notas:

[1] El Estado de Israel nació en 1948 con la Nakba [catástrofe], mediante métodos terroristas, aplicando una limpieza étnica que expulsó a 800.000 palestinos de sus tierras y los convirtió en refugiados. Israel nació como un Estado racista y colonial. Ahora, tras 75 años de opresión, ocupación y sufrimientos indecibles, como el pueblo palestino no se rinde, Israel quiere culminar la tarea iniciada en 1948.

[2] El sionismo en verdad no se enfrentó al nazismo sino que lo utilizó para forzar la ida de judíos a Palestina. Hay episodios macabros ocultos a la opinión pública como el memorándum de apoyo que la Federación Sionista de Alemania envió al partido nazi el 21 de junio de 1933 o, ese mismo año, el rechazo de la Organización Sionista Mundial, por 240 votos contra 43, de una resolución que llamaba a luchar contra el nazismo (ver Ralph Schoenman, “La historia oculta del sionismo”) Nota nuestra

Este artículo fue publicado originalmente en www.litci.org el 25 de octubre de 2023.

Imagen: Pancartas vistas en la manifestación del 21 de octubre en Barcelona, Catalunya, en solidaridad con el pueblo palestino. Por: Corresponsal