Todas hemos podido ver las dramáticas imágenes de la crisis humanitaria vivida en la isla de Lampedusa, donde sólo el 13 de septiembre desembarcaron 6.000 migrantes. Las declaraciones de Ursula Von der Layer no han aclarado qué nuevas medidas incluye su llamado «plan de 10 puntos para Lampedusa». Pero dejan claro, que seguirán la senda trazada por el vergonzoso Pacto sobre Migración y Asilo que están negociando e irán destinados a acelerar la aplicación del más vergonzoso aún memorándum, firmado por la UE y Túnez en julio.
Por: Felipe Alegría y Laura Requena
Gobierno Meloni: Una política racista y antiinmigración, que es continuidad de la de los anteriores gobiernos italianos.
A mediados de septiembre, llegaron a la isla de Lampedusa 10.000 migrantes en sólo tres días. Según datos del Ministerio del Interior italiano, hasta el 13 de septiembre habían desembarcado en el país más de 123.000 personas, casi el doble que las más de 65.500 durante el mismo periodo del 2022.
A esto hay que sumarle que en febrero tuvo lugar el naufragio de Cutro, en Calabria, que se cobró la vida de 91 personas y el 14 de junio morían ahogados 650 migrantes en las costas de Grecia, a la vista de sus guardacostas, responsables de la muerte de cientos de personas, violentamente “devueltas en caliente” a aguas turcas en medio del mar.
A pesar de declarar a mediados de abril el estado de emergencia durante seis meses, incluir una nueva tipología de delito contra los traficantes con una pena de hasta 30 años de cárcel, aprobar cuotas preferenciales de entrada para los países de origen colaboradores y forzar a los barcos de las ONGs a navegar durante días para desembarcar en puertos alejados, el gobierno Meloni se ve incapaz de detener la llegada de migrantes a sus costas. Es en este marco que se produjo la visita de Ursula Von der Layer a Italia para entrevistarse con la mandataria italiana, en la que se comprometió a ofrecer “ayuda inmediata a Italia.» Las 10 medidas anunciadas en Lampedusa el pasado 16 de septiembre, como muestra de apoyo a Meloni, son una reafirmación de las políticas de la UE, con algunas inquietantes novedades.
La política migratoria de la UE y sus gobiernos se resume en dos palabras: “dejarles morir”.
El nuevo pacto sobre migración y asilo se enmarca dentro de una de las seis grandes prioridades de acción de la Comisión Europea antes de las Elecciones Europeas de 2024. Aunque aún está pendiente de que el Parlamento Europeo apruebe la versión final, en junio los ministros de interior de los estados miembros de la UE, llegaron a un principio de preacuerdo vergonzoso del pacto, que trata a los migrantes como si fueran paquetes. En él se establece una reubicación de un mínimo de 30.000 migrantes cada año y un modelo de “solidaridad a la carta” por el que aquellos que no acepten dar asilo a la parte que les corresponda, deberán pagar una multa de 20.000 euros por cada traslado rechazado. Se trata de un “mecanismo de “solidaridad” voluntario que no funciona y que Alemania, por ejemplo, ha suspendido.
Con este principio de acuerdo la UE certificaba la continuidad de su mano dura con la migración. Como dice Human Rigths Watch (HRW), la política de la UE y sus gobiernos en estos años ha consistido en “dejarles morir». Se calcula que desde 2014 ha habido más de 20.000 muertes de migrantes en el Mediterráneo. Una cifra que, desde la Organización internacional para las migraciones, elevan hasta los 28.000. HRW denuncia cómo la UE ha apostado por recortar la búsqueda y el salvamento proactivos en el mar, criminalizar a las ONG de salvamento obstruyendo sus operaciones de búsqueda y rescate y perseguir a las organizaciones de apoyo. Y, como complemento crucial, buscar acuerdos para comprar a los gobiernos de los países de origen y de tránsito de migrantes para impedir por cualquier medio, su acceso a territorio de la UE.
Memorándum UE- Túnez: Ayuda financiera a cambio de contener al precio que sea, la llegada de inmigrantes a Europa.
Tras Libia, es ahora en Túnez, con las libertades democráticas en suspenso y una grave crisis económica y social, que ha empezado a dispararse el negocio del tráfico de migrantes. Es con este país que la UE y Meloni impulsaron un acuerdo europeo en julio, prometiendo millones de euros a cambio de que su gobierno “gestione los flujos migratorios”.
Un acuerdo migratorio aún pendiente de aprobación que Bruselas quiere convertir en modelo para otros países de origen y tránsito. Este pacto ha sido denunciado por organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional, por las frecuentes violaciones de los derechos humanos de los migrantes, por parte del presidente tunecino.
Recordemos que poco después de haber firmado dicho acuerdo migratorio con la UE, el gobierno de Túnez abandonaba a cientos de migrantes para que murieran en el desierto. 27 migrantes fueron hallados muertos en territorio libio, cerca de la frontera tunecina, días después de que el ministro del Interior, Kamel Fekih, admitiera que se estaba devolviendo a pequeños grupos de migrantes hacia la región desértica fronteriza entre Libia y Argelia. La situación se ha agravado tras la campaña xenófoba, acompañada de represión, lanzada hace escasos meses por el presidente tunecino Kais Saied, denunciando un supuesto “plan criminal para cambiar la composición demográfica del país”.
Dicho memorándum reproduce el modelo libio de externalización y militarización de las fronteras en África. Con él, la UE no sólo consigue financiar nuevos campos de concentración para confinar a los inmigrantes que pretenden llegar a la UE. También le sirve para intentar evitar una mayor inestabilidad política en Túnez, cuya economía se encuentra actualmente al borde de la quiebra como resultado de los devastadores estragos causados por la pandemia de COVID-19, el aumento de la inflación o el aumento mundial de los precios de las materias primas.
Lágrimas de cocodrilo y toneladas de hipocresía, mientras aceleran su cruzada antiinmigración
Siguiendo con la visita de la presidenta de la Comisión Europea a Lampedusa, el mayor cambio fue su apoyo a la última propuesta de Meloni de “bloquear” las salidas de las barcazas desde Túnez y Libia, convertida ahora en misión naval europea
Entre los diez compromisos anunciados se encuentran: El apoyo de la agencia europea de protección de fronteras, Frontex, para identificar y repatriar a los migrantes que llegan a Italia, lo que ya sucede, pero es difícil de llevar a cabo por los pocos acuerdos bilaterales de repatriación. Incentivar las “vías legales” y los “corredores humanitarios”, algo que vienen mencionando desde hace años sin que haya concreciones. Volver a solicitar a otros estados de la UE que utilicen el “mecanismo de solidaridad voluntario” para acoger a una parte de los migrantes, destruir las barcazas usadas, lo que hace ya tiempo que se aplica y actualizar la legislación europea contra el tráfico de personas. También se comprometió a acelerar el envío de equipos y fondos (más de 1000 millones de euros) al presidente tunecino, Saied.
Ursula Von der Layer volvió a evocar la necesidad de cooperar con los países de origen y de tránsito. El vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, será el encargado de visitar los países del África subsahariana de donde proceden la mayoría de los migrantes, entre ellos Guinea, Costa de Marfil, Senegal o Burkina Faso
La respuesta de la UE a la crisis humanitaria en Lampedusa, por tanto, no es otra que la continuidad de las políticas imperialistas y racistas de la Europa Fortaleza, que desde Corriente Roja y las secciones de la LIT.ci en Europa seguiremos denunciando y combatiendo con todas nuestras fuerzas.
Unas políticas con las que cierran sus fronteras a miles de personas que arriesgan su vida para escapar de las guerras, la crisis climática y el hambre en sus propios países, cuyos recursos y economías son expoliados por los mismos países imperialistas que luego les cierran las puertas, negándoles su derecho a una vida digna.
Entretanto, vierten lágrimas de cocodrilo ante las grandes tragedias y elevan la voz contra los traficantes como si no fueran conscientes de que sus políticas de saqueo y empobrecimiento del continente africano (junto a China y a los EEUU) y su política migratoria que cierra el paso al asilo y a la migración legal, son directamente responsables de un asesinato masivo que se perpetua año tras año.