La supuesta derogación de la Reforma Laboral de Rajoy (2012), la misma que inspiró la reforma de Temer en 2017 en Brasil, fue celebrada y reclamada por sectores como el PT y corrientes del PSOL. Pero, ¿realmente se derogó la Reforma del entonces gobierno de Rajoy? ¿Cuáles son los principales aspectos de esta medida del actual gobierno de Pedro Sánchez (PSOE y Unidas-Podemos)? Para explicarnos este proceso, Opinião Socialista, diario del PSTU-Brasil sección de la LIT-ci en Brasil, habló con Ángel Luis Parras, del sindicato de Comisiones de Base (Co.bas) y de Corriente Roja.
Opiniâo socialista. El gobierno Sánchez difundió la versión de que estaba derogando la Reforma Laboral del 2012, del entonces gobierno de Rajoy. Esta versión está siendo difundida en Brasil por el PT y Lula y también por Boulos del PSOL. ¿Qué es lo que se aprobó?
El gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos, prometió en su programa de constitución (2019) “derogar la Reforma Laboral” de Rajoy (PP). Más aún, la Vicepresidenta del Gobierno y Ministra de Trabajo Yolanda Díaz, miembro del Partido Comunista, ha venido haciendo bandera de que derogarían sí o sí esa Reforma Laboral. Por ejemplo, en este pasado mes de octubre ante el Congreso de CCOO la Ministra decía: “Vamos a derogar la Reforma Laboral a pesar de todas las resistencias”. Sin embargo, menos de un mes después, la propia Ministra afirmaba: «Entiendo el interés que tiene, sobre todo periodístico, derogar o no derogar -la Reforma Laboral-, pero no se puede hacer así. Es decir, yo no puedo dictar una norma que dice que derogó la Reforma Laboral del Partido Popular. Entre otras, porque técnicamente sería imposible y en segundo lugar porque no sería correcto». (Noticias Antena 3, 2.11.2021).
Así pues no ha habido ninguna derogación de la Reforma Laboral del Gobierno Rajoy. De esta forma lo reconocen los propios dirigentes de la patronal y la derecha: “No hay derogación de la Reforma Laboral, sino modificaciones de algunos párrafos” afirma el Presidente de la Xunta gallega y destacado dirigente del PP, Alberto Núñez Feijóo. En el mismo sentido: “Lejos de derogar la elaborada en el 2012 por el Ejecutivo del PP, el nuevo texto consolida los aspectos fundamentales de la ya existente, introduce algunos cambios cosméticos, que no suponen un cambio sustancial sobre la que estaba en vigor” (29.12.21, Editorial Expansión, diario económico de mayor tirada vinculado a la gran patronal).
El gobierno PSOE-UP ha venido haciendo propaganda sobre la “ayuda europea”, pero era más que sabido que los Fondos Europeos, que supondrán 140.000 millones de euros, estaban condicionados a preservar los aspectos esenciales de la Reforma Laboral del 2012. Lo que se ha aprobado es preservar la Reforma de Rajoy e introducir algunos puntos, que a nuestro juicio son un saqueo a los salarios y profundiza la precariedad.
Opiniâo socialista. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) ya había aplicado una Reforma Laboral en 2010 después de la crisis del 2008 respondiendo a las exigencias de austeridad neoliberal de la UE. ¿Qué cambios hubo de más importancia? ¿Cuál fue el significado de aquella Reforma? ¿La explosión social del 2011 tuvo relación con ella?
Cuando estalla la crisis (2007-2008) Zapatero la minimizó y siguió diciendo que España jugaba “en la Champions League de la economía mundial”. Mientras tanto estallaba la burbuja de la construcción y comenzaba la oleada de despidos. En mayo del 2010, al dictado de la UE, aplica un plan de choque, de recorte del gasto público por valor de 15.000 millones de euros. Se congelan las pensiones, se reduce un 5% el salario a los empleados/as públicos, se eliminan medidas sociales como el llamado cheque-bebé (un total de 2.500€ por hijo nacido/a), etc.
Mientras tanto, proseguía el goteo de despidos vía los llamados ERE (Expediente de Regulación de Empleo). El ERE es un mecanismo legal que permite que las empresas puedan despedir a los trabajadores/as de manera colectiva alegando causas económicas, técnicas, productivas u organizativas. Entre los años 2008 y 2009 por esa vía se registró la pérdida de más de dos millones de puestos de trabajo.
En ese marco de crisis y de creciente descontento social, el gobierno Zapatero, de nuevo aceptando las exigencias de la UE de “más flexibilidad para generar empleo”, aprueba en septiembre de 2010 la Reforma Laboral.
La Reforma de Zapatero tuvo como centro facilitar aún más los mecanismos de despido. Así a los ERE se le añadía una nueva causa: prevenir la evolución negativa de empresas o mejorar situación y perspectivas de la misma. Es decir, las empresas ya no necesitaban alegar pérdidas económicas, bastaría con alegar “previsión de pérdidas” o “prever reducción de los beneficios” o simplemente por cambios organizativos para mejorar las expectativas.
Así mismo facilitaba el despido por “faltas de asistencia al trabajo, aún justificadas”. El otro aspecto crucial de la Reforma Zapatero fue el facilitar los trabajos temporales, los llamados Contratos por obra y servicio, contratos de duración incierta que pueden ampliarse a voluntad del empresario hasta tres años, lo que ahondaba la precariedad laboral.
Hacer una Reforma Laboral para facilitar aún más los despidos cuando la Tasa de desempleo era ya del 19,59% y entre los/as jóvenes superaba el 50%, acabó desembocando en una oleada de huelgas y manifestaciones y en una Huelga General el 29 de septiembre del 2010.
No conforme con esto, el gobierno Zapatero (PSOE) acometió una segunda Reforma, la de las pensiones, prolongando la edad de jubilación a los 67 años y ampliando el periodo de cálculo para la cuantía de la pensión de 16 a 25 años lo que en rigor suponía una nueva rebaja de las mismas.
En ese escenario de crisis, protesta social y descontento generalizado, el 15 de mayo del 2011 se produce la manifestación que da origen al ya conocido 15M.
Opiniâo socialista. ¿Cuáles fueron los principales puntos de la Reforma Laboral impuesta por el gobierno de Rajoy (PP) en el 2012 y cómo impactó en el mercado de trabajo? ¿Hubo reducción del desempleo como prometió?
La Reforma Laboral de Rajoy fue un nuevo apriete de tuercas, pero pisando por el sendero que ya había dejado abierto Zapatero.
En primer lugar, la Reforma Rajoy flexibiliza aún más las condiciones para los despidos masivos. Se dan definiciones más abiertas para que los jueces acepten los ERE, por ejemplo “perspectivas económicas negativas”, “pérdida de contratos” o “introducción de nueva maquinaria”.
En segundo lugar, y esto es cualitativo, ya no es necesaria la autorización previa de la Autoridad Laboral para aplicar un ERE. Hasta esa fecha cuando una empresa presentaba un ERE estaba obligada a abrir un periodo de negociación con la representación de los trabajadores/as y transcurrido ese periodo lo presentaba a la Autoridad Laboral para que esta diera su consentimiento para aplicar el ERE.
En segundo lugar, se produce un abaratamiento del despido. La Ley anterior establecía que cuando se producía un despido y era judicialmente declarado improcedente, el trabajador/a debía percibir 45 días de salario por año trabajado con un tope de 42 mensualidades. La nueva Reforma rebaja esa cantidad a 33 días por año y un tope de 24 mensualidades.
En tercer lugar, suprime los salarios de tramitación. Esto es que un trabajador/a cuando era despedido y su despido era declarado improcedente la empresa estaba obligada a pagarle, además de la indemnización correspondiente, los salarios del periodo transcurrido entre su despido y el auto judicial y además ese periodo se computaba como cotizado a la Seguridad Social. Entre un despido y el auto judicial pasan meses y en ocasiones uno y hasta dos años.
En rigor, el abaratamiento que se produce del despido es mucho mayor que todo eso, porque en cualquier Modificación sustancial de las condiciones de trabajo (cambios de horarios, de turnos, de ubicación del centro de trabajo…) que la empresa quisiera imponer si los trabajadores/as no aceptaban se produce un “despido objetivo”, con una indemnización de 20 días por año trabajado y un tope de 12 mensualidades. Pero en el periodo de “consulta”, los sindicatos “negociaban” para intentar subir esa indemnización (hasta los 45 días por año antes de esta Reforma). La burocracia sindical orientaba y orienta así los conflictos, no para defender los puestos de trabajo, sino para negociar la cuantía de la indemnización por el despido. Al flexibilizar las causas para estos despidos, como he señalado antes, los “despidos objetivos” se multiplican exponencialmente.
La Reforma Rajoy tuvo más elementos perversos, pero lo crucial fue el facilitar y abaratar los despidos y aumentar la temporalidad en los contratos de trabajo.
La aplicación de esta Reforma desencadenó una nueva oleada de cierres de empresas y despidos. La tasa de desempleo se disparó hasta alcanzar el 27,16% en el 2013, más de 6,2 millones de trabajadores/as se quedaron sin empleo. La tasa de desempleo juvenil alcanzó el 57,2%. Una verdadera escabechina para una Reforma que se presentó como medida clave “para crear empleo”.
Opiniâo socialista. El sindicato Co.bas denuncia que esta Reforma Laboral del gobierno del PSOE es apenas un camuflaje para la Reforma anterior, no hace cambios sustanciales, por lo contrario, preserva los aspectos más importantes de las Reformas anteriores. ¿Podrías explicar que son los ERTE y qué va a cambiar fundamentalmente con ellos?
Si, como dice la declaración de la Coordinadora Estatal del sindicato co.bas, la nueva Reforma deja intactos todos los mecanismos de despido masivo y barato de la Reforma de Rajoy (2012).
Primero, garantiza la tranquilidad de la patronal, preservando en lo sustancial la Reforma del 2012, es decir, la que le permite el despido barato y fácil; segundo, preserva y amplía los contratos a tiempo parcial, que es cada vez más el mecanismo preferido por la patronal para “crear empleo”, con salarios de miseria y una flexibilidad extraordinaria que les permite ajustar las jornadas a los picos y valles de la producción, aprovechándose de que hacer horas complementarias se convierte en una necesidad para millones de trabajadores/as, para poder así asear salarios de hambre.
Pero además la nueva Reforma amplia este mecanismo de los llamados ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) con los ERTE permanentes. El ERTE es pues un ERE temporal, que hasta esta nueva Reforma funcionaba de la siguiente manera: La Empresa presenta un ERE temporal (ERTE) que puede ser de suspensión temporal del contrato por un tiempo determinado, o de reducción de la jornada de trabajo. En uno u otro caso el trabajador/a pasa a cobrar del SEPE (Servicio Público de Empleo), que es un organismo del Estado. Si es de suspensión del contrato por el total y si es de reducción de jornada la parte proporcional. Pero cobra del Estado el 70% de su salario, es decir pierde, cuando menos, el 30% del salario y los derechos sociales proporcionales (vacaciones, pagas extras…) durante el periodo de la suspensión.
Durante el periodo más duro de la pandemia este mecanismo se generalizó y más de 4 millones de trabajadores/as fueron enviados a ERTE. El gobierno presenta esta medida como maravillosa, modelo de una política progresista porque gracias a ella la gente “no pierde el trabajo” y “no aumenta el desempleo”.
Lo primero, es aclarar que esta medida ni es novedosa ni su autoría corresponde a ningún gobierno progresista. Los referentes de los ERTE son gobiernos de derechas, neoliberales y reaccionarios. Más exactamente la referencia es el Kurzarbeit alemán, una reducción temporal de las horas de trabajo normales para aliviar económicamente a la empresa a través de la reducción de los costes de personal.
El ERTE es, por tanto, una medida cuyo objetivo esencial es rescatar a las grandes empresas reduciendo los costes de personal a costa de un nuevo atraco a los salarios y de seguir engordando una deuda pública que alcanza ya 1,43 billones de euros, supera el 122% del PIB y que seguiremos pagando los trabajadores/as y el pueblo.
Los ERTE son además un mecanismo infame de precarización porque las empresas se garantizan además verdaderas bolsas de empleo de las que sacar o meter trabajadores/as cuando consideren oportuno. A cambio de semejante atropello no hay garantía alguna de estabilidad futura y terminado el periodo del ERTE permanente las mismas causas que justificaron su aplicación pueden ser usadas para acabar siendo despedid@s.
Los ERTE permanentes se han convertido en la medida estrella de la Ministra y su Gobierno. El tener trabajo a cambio “de lo que sea” no es precisamente un argumento progresista, valga recordar que en la época de la esclavitud se garantizaba el “pleno empleo”. Pero los alumnos/as atrasados de la Merkel copian una versión más empobrecida porque, entre otras razones –además de cobrar menos-, la nueva Reforma Laboral añade además que al cobrar los trabajadores/as afectad@s de un nuevo Fondo que se ha creado, el Fondo de Sostenibilidad (y no del SEPE como hasta ahora) no les computará como tiempo cotizado a efectos de su pensión.
Opiniâo socialista. ¿Es verdad que habrá un cambio sustancial para los trabajadores/as de aplicativos, como UBER y otras empresas de esa modalidad?
Este gobierno se prodiga en vender titulares y darse un autobombo difícil de superar. El pasado mes de mayo, patronal, gobierno, CCOO y UGT alcanzaban un acuerdo que se convertiría dos meses después en la llamada Ley Riders, una ley sobre los derechos laborales de las personas dedicadas al reparto de plataformas digitales, que en el Estado español, se calcula que emplea entre 18 y 30 mil personas. En el tono que caracteriza a la Ministra, declaró: “España se convierte en la vanguardia internacional en esta materia”, y que, debido a ello, “tanto el mundo como Europa nos están mirando”.
La respuesta a esta grandilocuencia la dieron en un comunicado público los propios trabajadores/as que habían estado al frente de esta lucha desde hacía cuatro años y que habían logrado sentencias judiciales favorables al reconocimiento de su relación laboral. Sobre la Ley aprobada manifestaron: “Un paso insuficiente poco que celebrar” (Riders x derechos). Y en sus redes de Twitter decían a la Ministra: “Acuerdo sobre la mal llamada «Ley Rider». Quien ha conseguido que se nos reconozca como trabajador@s no ha sido el Gobierno sino todos los que nos hemos jugado el pellejo en huelgas, manifestaciones y más de 44 victorias judiciales”.
En las críticas que hacen estos trabajadores/as se señala, entre otras, que la Ley “que el mundo mira” no garantiza la permanencia de los actuales trabajadores/as; las empresas no tienen obligación de hacer las contrataciones pertinentes; se abrió la puerta a la subcontratación para que las actuales empresas puedan derivar los trabajos eludiendo así su responsabilidad; la Ley se queda por detrás de lo que consiguió arrancar a los tribunales la lucha porque limita la regulación a los Riders y no lo exige “para el resto de colectivos que ya son uberizados podrán ser controlados por algoritmo impunemente, y prácticamente deja las puertas abiertas a la uberización de muchísimos otros colectivos”. De hecho, la última Encuesta de Población Activa detectó más de 160.000 falsos autónomos (muchos trabajador@s uberizados figuran falsamente como autónomos). En este sector de los riders hay muchos trabajadores/as sin papeles, la Ley omitió regularizarlos lo que deja a estos trabajadores/as abandonados a su suerte para ser despedid@s o seguir trabajando en las mismas condiciones víctimas del mercado de alquiler de cuentas.
Opiniâo socialista. ¿Cómo es la composición y relación del actual gobierno de Pedro Sánchez con Podemos, IU y los sindicatos?
El gobierno de Sánchez lo forman él y 22 ministras/os, 18 del PSOE y 4 de Unidas Podemos. La Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, es vicepresidenta segunda, abogada, militante del Partido Comunista y cuyo padre (Suso Díaz) es un dirigente histórico de CCOO.
Este gobierno de coalición, presentado como “el más progresista de la historia” lo forma un partido como el PSOE que ya ha tenido 3 presidentes y 22 años de gobiernos. El PSOE es un partido burgués responsable del desmantelamiento industrial, de la represión contra las nacionalidades, de la xenófoba y racista Ley de extranjería… que gobernó siempre para la banca, las multinacionales, al dictado de la Troika, devoto monárquico y nacionalista español. El PSOE fue el que más recientemente encabezó la represión contra Cataluña y el derecho a decidir del pueblo catalán. Como dijimos desde Corriente Roja en el momento de su constitución, un gobierno presidido por el PSOE no puede ser más que un gobierno burgués, el de la patria y el patrón.
La otra parte del gobierno es Unidas Podemos, un acuerdo entre Podemos e Izquierda Unida (PCE). Podemos dio la vuelta al calcetín de sus propósitos declarados, desmontó la movilización del 15M y ahogó la rebeldía en el callejón antidemocrático de las instituciones que se heredaron del franquismo, comenzando por la Constitución del 78. Los que llegaron para acabar con el régimen del 78 y la casta, son hoy fervorosos defensores de la constitución del 78 y ministros de un gobierno burgués.
El gobierno ha tenido y tiene en CCOO y UGT a una especie de guardia pretoriana durante todo este tiempo. Ahora llega al ecuador de su legislatura y lo hace en medio de una larga lista de promesas incumplidas (La Ley Mordaza que no derogó; los desahucios que no paró, el crimen con las personas migrantes que mueren intentando llegar -más de 4.400 murieron en el 2021 intentando alcanzar la costa española-), etc…
Lo que sí es un cambio importante es que hasta la fecha Unidas Podemos ha sostenido su discurso diciendo que gracias a ellos el PSOE no se va a la derecha y que si no se puede hacer más es porque son minoría. Sin embargo, la nueva Reforma Laboral, la que no deroga la anterior, precariza más el empleo y es un nuevo atraco a los salarios, es presentada como iniciativa de Unidas Podemos y maravilla de maravillas digna de ser exportada a nivel mundial.
El pragmatismo de la nueva política que pregonaron Podemos e Iglesias acabó en algo de la ya muy vieja política: una coalición para ser gestores del capitalismo y embellecedores de sus políticas neoliberales. Pedir el apoyo a los de abajo para gobernar para los de arriba no sale gratis. Hacer de Pepito Grillo en el gobierno de Pinocho a diferencia del final feliz del universal cuento italiano, en la vida real acaba condenando a la voz de la conciencia al infierno de la crisis junto a todo el gobierno y dando pábulo y base social al PP y Vox.
Opiniâo socialista. La propuesta de ustedes es la derogación completa de la Reforma y que el sindicalismo alternativo enfrente con más luchas esta Reforma. ¿Además de co.bas otros sindicatos están rechazando esta Reforma?
Efectivamente, co.bas defendió siempre, junto al sindicalismo alternativo, la derogación de las dos últimas Reformas Laborales, la de Zapatero y la de Rajoy.
El rechazo a la Reforma Laboral está siendo general entre las organizaciones sindicales por fuera de CCOO y UGT. Contra esta Reforma Laboral se han pronunciado los sindicatos nacionalistas que son mayoritarios en el País Vasco y Galicia (ELA; LAB, CIG, CUT); sindicatos como CGT, los sindicatos de la Taula Sindical (Mesa sindical) de Cataluña (IAC; CGT; CNT; co.bas; COS; Solidaridad Obrera), el Bloque Combativo de clase en Madrid (Solidaridad Obrera, Cobas; ASC; Plataforma Sindical de la EMT; Sindicato Asambleario de la Sanidad, CNT) el agrupamiento unitario en Sevilla (CGT; co.bas; SAT; CTA, Sindicato Ferroviario, USTEA), etc.
Hay de hecho en estos días ya anunciadas algunas protestas y están siendo muchos los comunicados, pero en rigor nosotros/as creemos que en estos días hay que volcar los esfuerzos a explicar el contenido y el significado de esta Reforma Laboral contrarrestando el bombardeo mediático que están haciendo el gobierno, la patronal y CCOO-UGT, cantando loas a la Reforma.
Opiniâo socialista. ¿Cuáles son las principales propuestas que una organización política revolucionaria como Corriente Roja defiende contra la precarización del trabajo?
Desde que se desatara la crisis del 2008, Corriente Roja hemos venido defendiendo la imperiosa necesidad de poner en pie un programa de rescate de los trabajadores/as y el pueblo. La crisis del covid19 disparó todo y no ha hecho más que desnudar el modelo productivo español, un capitalismo imperialista decadente con ínfulas de grandeza, pero en rigor periférico y dependiente, con una multitud de pequeñas empresas y microempresas sustentadas en el trabajo precario, bajos salarios, en muchos casos miserables y en un desempleo estructural crónico.
La entrada en la Unión Europea tuvo un altísimo precio: el desmantelamiento de sectores fundamentales de la industria española.
Son sin duda muchas las reivindicaciones parciales que surgen de esta situación, pero en este terreno son dos las grandes reivindicaciones centrales: el derecho a un trabajo estable y salarios dignos. Contra la ideología del mal menor y el pragmatismo que nos viene empujando a la resignación y el retroceso permanente, Corriente Roja defendemos que la clase obrera tiene que declarar una guerra implacable a la política de los capitalistas, de sus gobiernos (tengan el color que tengan). La lucha por el empleo exige la derogación inmediata de las Reformas laborales y el establecimiento de un nuevo Estatuto de los Trabajadores/as, que establezca el derecho al trabajo como un derecho básico que el Estado está obligado a garantizar por una u otra vía.
Acabar con la desocupación de millones de trabajadores/as incluye la defensa del empleo existente, por eso la derogación de las Reformas laborales vigentes tienen como uno de sus propósitos más importantes acabar con esa sangría del empleo que patronal, gobierno y burocracia acuerdan a cada paso vía los ERE y ERTE. Un ejemplo ahora mismo es otra Ley, la de la Administración pública, en lugar de garantizar el empleo desde el Gobierno, se resuelve una Ley (el Icetazo) que puede dejar en la calle alrededor de 800.000 trabajador@s públicos, el mayor ERE de la historia de la mano de un gobierno progresista.
Nosotros/as defendemos la reducción por Ley de la jornada a 35 horas semanales como primer paso en el camino de la escala móvil de las horas de trabajo, es decir repartir el trabajo existente entre toda la mano de obra disponible y será así como se vaya determinando por Ley la duración de la semana de trabajo. Y como esa medida responde a las necesidades básicas de la clase obrera la reducción de jornada será sin reducir el salario.
La defensa del sistema público de pensiones, y por tanto, la derogación de las Reformas de pensiones del PSOE y el PP, es un mecanismo contra la privatización y por la defensa de un derecho básico para millones de trabajadores sino además un mecanismo de generación de empleo estableciendo la jubilación a los 60 años.
Esas son algunas de las medidas que defendemos en ese plan de rescate de los trabajadores/as y el pueblo. Un plan de rescate como el que defendemos obliga sin lugar a dudas a tomar medidas resueltamente anticapitalistas, a enfrentar a los bancos y multinacionales, al FMI y la Unión Europea y enfrentar al gobierno burgués de turno, se llame como se llame.
Desde la patronal, sus abogados de la burocracia sindical de CCOO y UGT o el gobierno, hablan de estas medidas como utópicas, irrealizables y alertan de la “catástrofe” que una medida así supondría. Su pragmatismo es espectacular: para rescatar banqueros no hay problema, para financiar con ERTE a las grandes empresas o facilitarles y abaratar el despido de millones de trabajador@s tampoco hay problemas, ¡todo el dinero que haga falta! Pero para empleos, salarios y pensiones dignas no, ¡para eso no!
La crisis capitalista aboca a cada paso a la miseria a millones de seres humanos. La pandemia ha puesto esto más evidente aún de lo que ya era. Ante esta situación el pragmatismo de la nueva política progresista como el de la vieja, ante la que se viene encima, parece aconsejar como en el film de Adam McKay, ¡No mirar arriba!
Nosotros/as ante la crisis de este sistema recordamos aquello que escribiera el viejo Trotsky: “No se trata aquí del choque “normal” de intereses materiales opuestos. Se trata de preservar al proletariado de la decadencia, de la desmoralización y de la ruina. Se trata de la vida y de la muerte de la única clase creadora y progresiva y, por eso mismo, del porvenir de la humanidad. Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen infaliblemente de los males por él mismo engendrados, no le queda otra que morir. La “posibilidad” o la “imposibilidad” de realizar las reivindicaciones es, en el caso presente, una cuestión de relación de fuerzas que solamente puede ser resuelta por la lucha”.
13/01/2022