Más de 3000 personas entre militantes y simpatizantes de la CUP y miembros de las organizaciones del espacio «Per la Ruptura«, entre las cuales Corrent Roig, hemos participado en la Asamblea Nacional que ha tenido lugar en Sabadell este 27 de diciembre y que tenía que tomar la decisión sobre la investidura de Artur Mas.
La Asamblea ha estado cruzada por una gran tensión, ya que la decisión que se iba a tomar era determinante para el futuro de la CUP. Una parte de los asistentes era partidaria de firmar el acuerdo propuesto por Junts pel el Sí y de investir a Artur Mas. Este sector estaba encabezado por Poble Lliure, una de las dos organizaciones estratégicas de la Izquierda Independentista. Poble Lliure argumenta que con la investidura se abre «la oportunidad de andar con paso firme y organizado hacia la República Catalana Independiente al servicio de la mayoría y a la construcción nacional de los Países Catalanes«.
Pensamos, sin embargo, que la realidad está muy lejos de estas frases. Votar la investidura de Mas equivale en realidad a entregar la dirección del movimiento soberanista a la burguesía catalana y hacerse cómplice de un gobierno que no sólo sería enemigo de la clase trabajadora sino también un obstáculo en el camino a la proclamación de la República catalana, como lo han demostrado con su cobardía ante el Estado a raíz de la suspensión de la Resolución inicial del Parlament (ver punto 4 del manifiesto común que hemos presentado junto con AECornellà, El Prat y LI).
En el sector opuesto a la investidura se encontraba Endavant, la otra organización estratégica de la Izquierda Independentista. Junto con Endavant, estaba la mayoría de las organizaciones del espacio «Por la Ruptura» y, por supuesto, Corrent Roig. En nuestro caso, sin embargo, hemos defendido no sólo el No a la investidura de Mas sino también a la de cualquier otro candidato de Junts pel Sí, porque tendría el mismo programa (ver artículo de Núria Campanera). A destacar, la contundencia y valentía de Arran, la organización juvenil de la CUP, en el rechazo a la investidura de Mas.
Sin embargo, la Asamblea que iba a decidir ha quedado empantanada en una votación insólita donde los partidarios y los contrarios a la investidura han quedado empatados a 1515 votos, dejando a la CUP-CC paralizada y dividida justo por la mitad, en una situación de muy difícil reconducción.
Confiamos que la próxima reunión del 3 de enero del Consell Polític de la CUP y el Grup d’Acció Parlamentària (en el que estamos las organizaciones de «Por la Ruptura) resuelva el No a la investidura de Mas. Investirlo sería la ruina de la CUP. Cómo dice el punto 1 del manifiesto común mencionado: «Pensamos que investir Artur Mas como presidente cuestionaría la continuidad de la CUP-CC como fuerza rupturista y anticapitalista y la convertiría en una Esquerra Republicana bis, renunciando a la posibilidad de arraigar en la clase trabajadora y hacerse portavoz de sus reivindicaciones.»
29 de diciembre