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Janis Joplin y el mañana que nunca llegó

“Es preferible vivir diez años intensamente que 70 años vegetando delante de un televisor.” Y fue lo que hizo Janis Lyn Joplin. La reina del rock cumpliría 73 años el último 19 de enero.

Luciana Candido, de Brasil

¿Como no enamorarse de su voz fuerte y ronca, típica de las divas? Escuchar a Janis Joplin es entrar en trance. ¿Y cómo no sorprenderse cuando, por primera vez, se ve la foto de aquella mujer blanca, cantando de una manera que solo las grandes cantantes negras son capaces? Janis Joplin era, decididamente, un rockera hija del blues & soul.

Nacida en Texas, en Port Arthur, el 19 de enero de 1943, Janis fue distinta en todo. Empezó a cantar de pequeña en un coral de la ciudad. Dotada de una inteligencia por encima de la media, era discriminada por sus compañeros de clase. Janis fue inconformista desde siempre, lo que le costó el tener pocos amigos. Ella no seguía modelos. Lo expresaba incluso en su manera de vestirse. Hacía su propia ropa, al estilo generación beat. También decían que no era bonita. “Ellos me marginaban en la escuela, y, finalmente, en todo el estado”, contaba.

El pueblo texano se hizo pequeño para su genialidad y Janis se mudó a Austin, a la Universidad de Texas, en 1960, donde empezó a cantar folk y blues. Tres años después fue a San Francisco y empezó a cantar profesionalmente.

Fue también en esta época que se inicio su adicción a las drogas. Janis siempre bebió mucho, pero fue la heroína que empezó a afectar a su vida y carrera. La cantante se tuvo que volver a Texas para recuperarse. “Puedo no durar tanto como otras cantantes, pero sé que puedo destruirme ahora sin preocuparme demasiado con el mañana.” Así [se] tomaba su vida.

Carrera

Janis regresó a San Francisco en 1966, fue allí donde tuvo el feliz encuentro con la Big Brother and the Holding Company, formada por los músicos Peter Albin (bajo), Sam Andrew (guitarra), David Getz (batería) y james Gurley (guitarra). Janis dio a conocer el grupo y se transformó en una “superstar”. Con él grabó dos álbumes: Big Brother and the Holding Company (1967) y Cheap Trills (1968). Del primero, salieron canciones inmortalizadas como “Down on Me”, “Bye, Bye Baby” e “Intruder”. Del segundo, “Piece of My Heart” y “Ball and Chain”.

En 1969 Janis decidió seguir carrera en solitario y montó su [propio] grupo, el The Kozmic Blues Band. Su primer disco, I Got Dem Ol’ Kozmic Blues Again Mama, no fue tan bueno como los anteriores, pese las canciones “Try (Just A Little Bit harder)”, “One Good Man” y “Kozmic Blues”. Janis, entonces, reformuló la banda y volvió com el nombre de Full Til Boogie Band. ¿Sería posible ser más genial? Sí.

Pearl es considerado, con razón, por la crítica [como] su mejor disco. El apodo de la cantante, Perla, da nombre al álbum. El trabajo está marcado por la perfección vocal de Janis, por la buena sinergia entre ella y la banda y por la variedad de ritmos. El disco salió con dos canciones menos que lo previsto y con una instrumental, “Buried Alive in the Blues”, ya que Janis no tuvo tiempo de grabar los vocales.

Janis Joplin cantaba con el cuerpo entero, corazón, músculo, vísceras! Sus emociones se hacían públicas cuando subía al escenario. La voz fuerte, ronca y sobresaliente de la cantante se quedarían impresas en “Mee and Bob McGee” y “Mercedes Benz”, la última canción que grabó. Estas dos canciones también son las más conocidas y cantadas en el mundo entero hasta hoy. ¿Quién nunca cantó “Mercedes Benz” apasionadamente sin saber la letra? Ella comienza con Janis diciendo: “Me gustaría hacer una música de gran importancia social y poética. Es así…”

Sus influencias fueron grandes nombres del blues, soul y folk, como Leadbelly y Aretha Franklin, pero, centralmente, Bessie Smith. Ella idolatraba a Bessie: “Ella me enseño el aire y me enseño a llenarlo. Ella es la verdadera razón por la que he empezado a cantar.” Janis supo escuchar y aprender con sus ídolos y consiguió crear un estilo propio. Su rock no es clásico. Es el rock estilo Janis Joplin.

Un trocito de su corazón                                                                            

Janis fue una de las grandes estrellas del festival Woodstock en 1969. El festival es el símbolo de una generación que no se conformaba con el moralismo pregonado por la clase dominante. Woodstock fue una celebración de libertad, de amor libre, del colectivo, de los derechos de las mujeres, homosexuales y negros, que acababa por cuestionar la base del sistema. Todo [tenía] que ver con Janis Joplin, que nunca aceptó renunciar [a] sus convicciones.

Janis no solo era cantante, aunque eso ya fuera esplendoroso. Ella componía y hacía arreglos. En Pearl, Janis participó activamente de la producción. Sus letras tristes son expresión de lo que era su vida. Janis no era feliz y no lo escondía. “El mañana nunca llega, es siempre la misma mierda de día”, decía. A lo mejor estuvo peleando toda su vida con aquella pequeña niña de Port Arthur.

Irónicamente, Janis murió durante las grabaciones de Pearl. El 5 de octubre de 1970 no fue al estudio. Había muerto la noche anterior, a los 27 años, víctima de una sobredosis de heroína. El álbum fue lanzado seis meses después y fue su mayor éxito.

Janis tuvo el clásico final de los genios del rock. Dicen que las sobredosis son] una muerte estúpida, porque es “un suicidio” involuntario. Pero eso es una opinión. Janis solo murió y se llevó un trocito de [la] música que nunca podremos conocer.

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