España es un país de grandes obras e infraestructuras de transporte exageradas. Actualmente es el país con más kilómetros de carreteras, más kilómetros de autovías y mayor número de aeropuertos sin servicio. También es el país que dedica mayor porcentaje del PIB a la construcción de infraestructuras.
Por María Martín
En los últimos años ha habido un saqueo de los fondos públicos hacia proyectos millonarios donde el modelo de construcción que se ha seguido es totalmente insostenible, con un gran impacto ambiental, y caracterizado por no tener apenas rentabilidad social.
Estos proyectos no han sido elaborados a partir de las necesidades de movilidad de la sociedad española, sino que responden a los intereses de los capitalistas de las grandes constructoras del país. Todas estas grandes obras se han justificado bajo la quimera del desarrollo económico del país, pero en la actualidad, y después de sufrir la gran estafa que estos proyectos representan, no cabe duda de que estas obras se hicieron para el beneficio de unos pocos.
El escándalo de los papeles de Luis Bárcenas y la supuesta contabilidad B del Partido Popular ayudan a entender la relación que se estableció entre las constructoras de infraestructuras públicas y el PP. Resultó que la mayoría de los ingresos de la contabilidad irregular del PP correspondían a los presidentes de las grandes compañías constructoras como OHL, Sacyr, FCC, Constructora Hispánica, entre otras. Las constructoras financiaban al Partido Popular, de forma ilegal y en negro, para que después les aprobaran proyectos totalmente desorbitados e inflados en el presupuesto. De esta manera tanto el PP como las constructoras tenían un negocio montado con granes beneficios, todo a costa de las arcas públicas.
Durante estos últimos años se han ido pidiendo créditos al BEI (Banco Europeo de Inversiones) para financiar obras como el AVE, mientras se iba recortando más y más en servicios públicos. Mientras se construían obras inútiles, el PP se financiaba ilegalmente y las constructoras ganaban cada vez más dinero, la gran mayoría de la población seguíamos y seguimos pagando con los servicios públicos su corrupción y codicia capitalista.