El pasado día 18 se celebró el juicio por el despido del compañero Colo de CCOO de Barbanza, que fue retrasado para el mes de noviembre. La empresa, después de cambiarlo de puesto de trabajo a una nave vacía para su mantenimiento, lo acusa de “no hacer el trabajo encargado”.
Por: Corrente Vermella
Esta claro para cualquiera que el despido es una represalia por la postura que el compañero y su sindicato mantuvieron en la huelga de la conserva del 2022, cuando en el momento de más fuerza de las trabajadoras en la lucha, UGT y CIG firmaron un acuerdo previo en Madrid que rompía la unidad sindical, dividiendo y debilitando a las trabajadoras cuando estaba convocada una manifestación nacional y nuevas jornadas de huelga.
Solo CCOO lo rechazó y mantuvo las movilizaciones. Esta defensa de los derechos de las trabajadoras frente a lo que era una evidente traición de las cúpulas de los otros sindicatos, es el motivo del despido del compañero. La patronal puede justificarlo como quiera, pero el hecho es que es REPRESIÓN SINDICAL CONTRA UN DIRIGENTE DE LA CLASE OBRERA EN LA CONSERVA.
Los y las trabajadoras no pueden admitir esto bajo ningún concepto pues es un aviso a toda la clase obrera del Barbanza: si pueden despedir impunemente a un dirigente, delegado sindical, que no podrán hacer con los y las demás. La patronal lo que busca son “sindicalistas” sumisos con lo que pactar sin problemas de movilizaciones y huelgas.
El movimiento feminista puso en el centro una consigna que la clase obrera tiene que retomar: “si tocan a una, nos tocan a todas”. Pues bien, esta la única actitud posible frente a esta agresión de la patronal con el despido de Colo, “hoy por mí, mañana por ti”, para enfrentar lo que es un atentado directo a la libertad sindical de los trabajadores y trabajadoras.
Unas libertades que son imprescindibles para desarrollar la lucha de la clase obrera y que están en peligro por la existencia de la Ley Mordaza y artículos del Código Penitenciario que castigan los piquetes en las huelgas, etc.
Por su parte, no se puede por menos que denunciar la postura absentista de los otros sindicatos, como si el despido de un trabajador o trabajadora, esté afiliada o no, no fuera con ellos; mas allá de las diferencias, es su obligación como parte de la clase obrera apoyar las acciones de solidaridad con el compañero. Para la patronal hoy es Colo, pero en otro momento puede ser cualquiera que defienda los derechos de la clase obrera: los empresarios no entienden de carnés de afiliación sino de enemigos; y Colo hoy es su enemigo por lo que hizo en la huelga.
Corrente Vermella/Corriente Roja nos solidarizamos con el compañero y exigimos la retirada inmediata del despido y la reposición del compañero en su puesto de trabajo. Hacemos también un llamado a acudir al juicio el próximo 24 de noviembre, por lo que hallamos necesario desarrollar una campaña previa de apoyo, convocando y llevando las muestras de solidaridad a las asambleas de trabajadores y trabajadoras, reuniones, etc.