El pasado 14 de noviembre el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas convocaron una huelga estudiantil en todo el Estado. La exigencia de incluir en el currículo escolar una asignatura puntuable y obligatoria sobre sexualidad inclusiva y en valores de igualdad fue la principal reivindicación de los convocantes de cara a la huelga.
A pesar de que contamos con datos muy dispares sobre el seguimiento y movilización el día de la huelga, sabemos que fueron convocadas 60 manifestaciones en todo el Estado. Puesto que no hay un estudio centralizado del seguimiento de la huelga, ya que éste se realiza por comunidades autónomas, partimos de los datos que ofrece el Sindicato de Estudiantes y lo contrastamos con los que han arrojado algunas administraciones autónomas:
Según el Sindicato de Estudiantes el seguimiento ha sido de un 85/90% en institutos, por otro lado, los datos sobre el seguimiento en comunidades como Catalunya o Castilla y León (arrojados por el gobierno) revelan un seguimiento muy dispar dentro de las mismas comunidades autónomas, situándolo en total en torno al 30-50%.
Los datos de la asistencia a manifestaciones también son dispares, a las más grandes (Madrid y Barcelona) asistieron 10.000 estudiantes según los convocantes, 1500 a la de Barcelona según delegación de Gobierno. En total el Sindicato de Estudiantes cuenta en 100.000 el número de manifestantes en todo el Estado, dato que consideramos exagerado a partir de nuestra participación en las manifestaciones de 3 de las ciudades más pobladas del Estado, Sevilla, Madrid y Barcelona, en las que no contabilizamos más de 5000 estudiantes en cada una.
Aplaudimos que la Plataforma Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones apoyase la huelga y participase en las manifestaciones del 14N: consideramos la unidad de estudiantes y pensionistas primordial para hacer frente a los planes gubernamentales de desmantelamiento tanto del sistema público educativo como el de pensiones. La unidad del conjunto de movimientos sociales es el camino a seguir en la lucha contra nuestro empobrecimiento y contra el retroceso en nuestros derechos.
Condenamos el boicot que ha sufrido esta convocatoria por parte de otras organizaciones estudiantiles, como el Frente de Estudiantes, anteponiendo la disputa entre organizaciones a la construcción de la huelga desde las clases. Ninguna organización tiene derecho a decretar una huelga, ni por estar a favor ni por estar en contra. Quienes deciden si se va a la huelga o no son los estudiantes organizados y esa ha sido la “obsesión” de nuestra organización. Allí donde hemos estado, hemos intentado organizar la huelga de la forma más democrática posible, garantizando que sea el conjunto de estudiantes los que tomen la decisión, alentando a debatir la convocatoria en las aulas o asambleas y no boicoteando o difamando solamente por no estar de acuerdo con los métodos de la organización convocante.
Para Corriente Roja esta ha sido una oportunidad para dialogar con el alumnado de los centros en los que intervenimos, profundizando en las reivindicaciones estudiantiles y democratizando la convocatoria mediante la construcción de la misma desde las clases. Así mismo, por el contenido contra la opresión machista y LGTBI-fóbica de la que partía la convocatoria, el 14N nos ha servido para iniciar una discusión con los activistas de cara a la movilización del 25N, día contra la violencia machista, marcando así un plan de lucha contra la opresión machista con vistas al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Debemos destacar la composición de las manifestaciones del 14N a las que asistimos, donde predominó la presencia mujeres y LGTBI de enseñanzas medias, algo que se viene reflejando en las movilizaciones de contenido anti-opresión de los últimos años. Los continuos ataques a la Educación Pública, que despojan a esta de recursos para combatir el machismo y la LGTBIfobia en las aulas, unido a la impunidad judicial de agresiones de este carácter y los recortes para su prevención incendian al alumnado más joven y oprimido que sale a la calle ante cualquier convocatoria que le atañe en tanto a su género o identidad sexual. Debemos profundizar en la discusión con este sector de cara a una lucha unitaria contra los planes de precarización y opresión que comete el gobierno al conjunto de los y las estudiantes y toda la clase obrera.
Las movilizaciones del 14N y del 25N fueron un buen punto de partida donde estudiantes de todo el estado retomamos la lucha por una enseñanza pública, gratuita, de calidad y en igualdad. Dada la situación dramática que enfrenta nuestra educación, no queda más que seguir desarrollando la lucha. Necesitamos trabajar, con la más amplia unidad de acción, por explicar la situación a nuestros compañeros, y por unificar la lucha estudiantil con el resto de la comunidad educativa y de conflictos obreros, empezando por el apoyo a las movilizaciones contra la violencia machista como la del pasado 25N, o por el apoyo a la lucha de los empleados públicos (de las diferentes administraciones) por su estabilidad. Desde Corriente Roja llamamos al conjunto de organizaciones y activistas estudiantiles a discutir en asambleas, en las aulas y con los trabajadores, un plan para continuar la lucha, donde sea una fecha principal el próximo 8 de marzo ¡Preparemos un 8 de Marzo masivo, por recursos para educación pública y en igualdad!