CatalunyaEntrevistamos a Nuria Campanera, militante de Corrent Roig y candidata núm. 18 de la lista de la CUP-Crida Constituent (CUP-CC). A pesar de su juventud, tiene una larga experiencia de lucha en el movimiento estudiantil y popular. Ha sido candidata de la lista municipal Crida per Sabadell. Ha acabado un Grado Superior de FP y está afiliada al sindicato
Co.Bas.
¿Por qué te has presentado a las primarias de la CUP-CC?
Nuria: Me presenté porque en Corrent Roig pensamos que la lista de la CUP-CC era la única comprometida con la ruptura con el Estado español y con la troika. Es la candidatura que está: 1/ por una declaración unilateral de independencia (DUI), 2/ por la apertura de un proceso constituyente unilateral y popular que fije las bases de la República catalana y 3/ por un plan de choque que enfrente realmente el empobrecimiento generalizado de un amplio sector de las clases trabajadoras y revierta los recortes laborales y sociales y las privatizaciones, garantizando que no se pagará ni un euro de la deuda mientras no estén resueltas las necesidades sociales básicas.
“Junts Pel Sí” (JPS), la candidatura de Mas y Junqueras, en cambio, condiciona la proclamación de la independencia a unas hipotéticas negociaciones con el Estado. Quiere evitar a toda costa una ruptura clara y drástica con el Estado. Propaga la falsa idea de que, con la ayuda de la UE, será posible “dialogar” y “negociar” sin romper con la legislación y las instituciones del régimen. JPS no quiere ningún cambio real en el sistema social actual. El Consejo Asesor de la Transición Nacional lo deja claro: “el funcionamiento ordinario de la vida social y económica estará basado en el principio de continuidad, sin cambios repentinos de tipo rupturista o revolucionario“. Tampoco quieren un proceso constituyente popular sino uno controlado desde arriba. Y, por supuesto, mantenerse en el euro y la UE por encima de todo…Justo cuando Grecia ha demostrado que la eurozona y la UE son una máquina de guerra contra la clase trabajadora y contra los pueblos. JPS quiere una independencia formal donde, en vez de depender de Madrid, nos sometamos a Berlín y Bruselas. Quieren, además, otro gobierno Mas, esta vez con Oriol Junqueras de vicepresidente y personalidades “civiles”.
“Cataluña Sí que es Pot” (CSQEP), formada por Podemos e ICV-EUiA, habla de un “proceso constituyente propio, no subordinado”, pero resulta que Pablo Iglesias, la suprema autoridad de Podemos, se niega a ello. Cuando le preguntan qué haría si fuera presidente español y el Parlamento catalán aprobara una DUI, contesta: “Les digo que no es jurídicamente viable. No porque a mí me parezca mal, sino porque la Constitución no lo permite, y entonces les digo: lo que hay que hacer es un proceso constituyente. ¿A nivel estatal? Pues, claro que a nivel estatal” (Público 25/6/15). Es decir, que el derecho a decidir depende de mayorías imposibles en las Cortes españolas. En realidad, CSQEP complementa por la izquierda a los partidos de la derecha españolista. Y en cuanto a su programa social, tampoco va muy lejos, ya que está sometido a las normas y límites de la eurozona y la UE.
El PP y compañía aprobaron hace poco la ley de Defensa Nacional y han anunciado que están dispuestos a lo que haga falta para impedir la independencia catalana. ¿Qué piensas?
Nuria: Pensamos que las amenazas no son vanas y que tenemos que contar con una embestida brutal. Ya han dicho que están preparados para intervenir la Generalitat, que pondrían a los Mossos a las órdenes de un general de la Guardia Civil y que harán lo que haga falta… El régimen español actual es heredero del franquismo y ha hecho de la negación del derecho a la autodeterminación y de la unidad forzada uno de sus puntos capitales. No cederán sin una enorme resistencia. Por eso tenemos que denunciar la escandalosa ligereza con que se están tomando estas amenazas.
JPS les quita relevancia, como si estuviéramos ante un Estado democrático convencional, y lo fían todo a una supuesta presión de la UE al Estado español para abrir el «diálogo» y una negociación “civilizada”. Capitulan antes de la batalla.
La CUP-CC, en cambio, en su Declaración de Ripollet, defiende que «hay que tener prevista y organizada la resistencia para responder a una previsible intervención estatal de las instituciones catalanas. En este caso, habrá que impulsar la movilización popular (incluyendo la construcción de los organismos necesarios para una huelga general) en defensa de la República catalana y las reivindicaciones populares y apelar a la solidaridad activa de la clase trabajadora y los pueblos a nivel internacional, muy especialmente del resto del Estado». Esto es el que hay que hacer.
Uno de los posibles resultados de las encuestas es una mayoría independentista en la cual los votos de la CUP-CC serían determinantes. ¿Cuál tendría que ser la actitud de la CUP-CC?
Nuria: Creo que en esto la CUP-CC tiene que ser muy clara, porque en este escenario las presiones serán brutales. La hoja de ruta y el “programa plebiscitario” acordado por las bases establecen “cinco puntos irrenunciables a la hora de negociar cualquier acuerdo de gobernabilidad”. Estos puntos son: la DUI; el programa de emergencia social; la suspensión de la aplicación de toda la legislación estatal y de la UE lesiva por las clases populares; el carácter autoorganizado y popular del proceso y la busca del reconocimiento internacional.
Son condiciones básicas y necesarias para el pueblo trabajador y para Cataluña como nación. Pero son también condiciones que Mas y Junqueras no aceptarán. Ellos no harán nada que incomode a la Merkel y a Bruselas y tienen pánico a una ruptura «traumática» con el Estado que dé el protagonismo al pueblo y cuestione el sistema. La CUP-CC no puede apoyar un gobierno de JPS, que preparará una salida «a lo Tsipras». Por el contrario, tenemos que defender nuestras propuestas y preparar los nuevos escenarios que vendrán.
La gente de Corrent Roig sois una fuerza de ámbito estatal y estáis por una unión de repúblicas libres ¿Cómo es que formáis parte de una candidatura independentista?
Nuria: Nosotros no somos una organización «independentista», pero siempre hemos defendido el derecho a la autodeterminación de los pueblos, que no es otra cosa que el derecho a la secesión. Y en Cataluña se ha llegado a un punto en el que ha quedado en evidencia que no es posible ejercer el derecho en la autodeterminación sin la ruptura con el Estado. Cataluña es hoy en día, además, la avanzada del Estado en la lucha democrática contra el régimen monárquico. Una ruptura independentista catalana lo reventaría y nos quitaríamos de encima una losa muy pesada.
Además, sólo luchando por una República catalana independiente y soberana es como nos cargamos de legitimidad para defender una unión libre de repúblicas libres ibéricas, que queremos que sea vanguardia, a su vez, en la lucha por una Europa de los trabajadores y los pueblos. Para nosotros, la defensa de la unidad de la clase trabajadora es esencial. Quién divide a la clase trabajadora es el nacionalismo opresor y es luchando juntos contra él que podremos forjar la unidad.
La CUP-CC es la fuerza que juega actualmente un papel rupturista y es un espacio de agrupamiento del activismo. La vida ha puesto sobre la CUP-CC una gran responsabilidad. A ella le corresponde encabezar el camino a la DUI y el cambio social. Es la CUP-CC quién se tiene que poner en primera línea de la resistencia a la embestida del Estado. Mas y Junqueras nunca lo harán.