El Plan Senegal Emergente (PSE) es el proyecto emblemático del presidente Macky Sall desde su elección como jefe de Estado en 2012. Este proyecto necesita 3.500 millones de francos CFA [moneda de varios países africanos ex colonias francesas] para su realización. Y desde entonces, el partido del presidente (la APR) sólo se jacta y alardea de este proyecto diseñado para llevar a cabo el país que nos prometen.
En primer lugar este plan fue elaborado por una empresa extranjera que no está interiorizada ni entiende la realidad socio-cultural y económica del país, y el estado pagó la friolera de 2.000 millones de francos CFA por honorarios a esta firma. Esta empresa se limitó a repetir las líneas maestras del plan emergente de Gabón y las autoridades senegalesas planean “emerger” con una perspectiva de alcanzar un crecimiento de dos dígitos anuales el año 2022. (El Plan está disponible en Internet y puede compararse con el plan de Gabón).
En Senegal, ahora la tasa de crecimiento es del 4%. Es con esta política de difusión de las autoridades y de los medios de comunicación estatales que el presidente espera encontrar el dinero para financiar su plan de emergencia, ya que cuenta con el apoyo de países como Francia, los EE.UU. y los Estados árabes, e instituciones como el Banco Mundial el FMI y el Club de París. Pero nunca le dicen la verdad a los senegaleses para hacerles entender que estas serán deudas a pagar por todos los ciudadanos del país, y Senegal ya está muy endeudado con más de 10 mil millones de francos CFA
En este PSE si miramos más de cerca, apelamos a la inversión extranjera para impulsar la agricultura (agroindustria), la pesca (acuerdo pesquero Senegal-Unión Europea), los sectores de energía y minería industrial.
Viendo la economía senegalesa hoy, las multinacionales como France Telecom (accionista mayoritario de la Sonatel [empresa de telecomunicaciones de Senegal], el BNP Paris dueño del BICIS Bank en en el país, la MDL que explota el zircón en la región de Thies y los australianos que operan las minas de oro en la región oriental del Kédougou, en la región este de Senegal, todas estas empresas sólo repatrían beneficios a sus países y no los reinvierten aquí, e incluso del estado no puede ni siquiera ejercer el control en esta la fuga de capitales.
Y vemos que este crecimiento de 4% ya no alcanza para comer. La gente sigue empobreciéndose más. En este PSE, el presidente aboga por la “autosuficiencia alimentaria” en arroz para los próximos dos años, y se basa en la inversión extranjera para hacer esto. En octubre de 2014, con la apertura de la ruta St Louis Dagan, financiada con el programa MCI de la USAID [agencia de EE.UU. para el desarrollo internacional], el Presidente dijo públicamente a los campesinos pobres que «no hay ninguna parte de nuestra tierra que no podemos explotar”.
Pero habrá una redistribución de la tierra que será entregada a “los extranjeros que quieren invertir”. Hoy, en el valle del río Senegal, Mimrand (francés) es propietaria de las plantas de producción de azúcar (Compañía Azucarera Senegalesa) y posee cientos de miles de hectáreas de caña. Y todas las personas que poseían la tierra se convirtieron en trabajadores agrícolas con salarios de 45 a 110 euros al mes.
Estos obreros trabajan sólo 7-9 meses al año, sin seguro ni atención médica u otros beneficios. Estos agricultores que cultivaban su tierra para alimentar a su familia todo el año hoy sufren la pobreza y la desesperación que crece día a día. Cuando el estado debería apoyar a los productores rurales (producción familiar) para lograr la autosuficiencia alimentaria, proporciona los medios para la inversión extranjera el impulso al “crecimiento” (las exportaciones). Mientras tanto, las personas no alimentan con números. Lo que vemos hoy es que el pueblo senegalés sufre hoy (2014) de más de un 42% de pobreza.
Tres cuartos de la economía senegalesa está basado en el sector informal que está siendo olvidado por el Estado de Senegal. El crecimiento popular esperado por el pueblo, no figura más en el PSE del presidente. Es decir, un crecimiento que olvidaría a los trabajadores informales, más del 50% de los activos, y también dejaría a los jóvenes sin posibilidad de retornar a la agricultura, que limitaría las áreas de inmigración y también la pesca, la cultura y la formación de los jóvenes para conseguir “emerger.
Durante la visita de la presidente del FMI, la señora Christine Lagarde, a Senegal, mes de enero de 2015, el presidente dijo, en forma velada, que el FMI apoyaba el PSE pero que el Estado debía reducir el gasto público para sustentar el pago de la deuda. A las instituciones financieras, solo les interesa es el pago de la deuda y sus intereses.
La situación en la educación
El FMI o el Banco Mundial nunca jamás van a desarrollar un país sino que lo empobrecen más. Lo que es inaceptable es que en Senegal (un país pobre y altamente endeudado) si el gasto en áreas como la educación y la salud se reduce, aún más personas sufrirán porque ya están en agonía. Y si vemos la situación actual, los profesores están en huelga debido al incumplimiento por parte del Estado de los acuerdos firmados con los sindicatos de la educación. Acuerdos que consistían a la contratación de profesores voluntarios en el servicio público y la mejora de subsidios de vivienda para otros órganos de la Administración Pública, como parte del mismo contrato.
También hay una creciente privatización de la educación pública que es cada día más abandonada en favor de la educación privada. (Dos exámenes en el mismo año, en julio y octubre de 2014, con la consideración de que las instituciones privadas tienen un año escolar normal. Las instituciones públicas estaban en huelga debido a un sabotaje por parte del Estado. Finalmente, las empresas no quieren reconocer a los egresados de las instituciones públicas.
Los otros sectores no se quedan atrás en la privatización: la salud, el agua, la minería y otros están en la misma dinámica. Hoy en día, en el país, la privatización generó consecuencias como el desempleo, que sigue aumentando año tras año, cierre de empresas senegalesas que no puedan soportar la competencia desleal por parte de las multinacionales. Y la inseguridad laboral es cada vez mayor con contratos de corta duración.
El presidente abogó por la reducción del gasto estatal innecesario. Sin embargo, para satisfacer a la clientela política, volvió a funcionar el Senado que nos cuesta 70.000 millones de francos CFA por año. Mientras tanto el Ministro de Relaciones con las instituciones parlamentarias dijo en un periódico local que las conclusiones y las instrucciones del Senado no se tienen en cuenta en las acciones o decisiones del gobierno.
Todos los miembros de la Asamblea Nacional, senadores, ministros y directores de empresas vieron sus salarios y subsidios aumentados mucho más que los aumentos que han tenido los trabajadores. Hubo una reducción de impuesto sobre la renta que para las personalidades del Estado fue mucho mayor de acuerdo al aumento que recibieron, en contra del mal gasto que dicen combatir. Estas personalidades del Estado se permiten gastar permanentemente y patrocinan todos los espectáculos a través del territorio para sus objetivos políticos.
En Senegal se hace hoy un juicio por los bienes mal adquiridos por el hijo del ex presidente Abdoulaye Wade [hoy opositor de Macky Sall]. El Estado hace de este juicio como “un trofeo de guerra”, pero las personas están abandonados a sí mismos, como lo muestra la huelga de maestros que paralizó el sector de la educación. Nuestros hijos cosecharán las consecuencias de la huelga, mientras que los hijos de la burguesía siguen haciendo tranquilamente sus cursos en instituciones privadas.
Los jóvenes sufren el aumento del desempleo y la inseguridad laboral. Las empresas nacionales se enfrentan a la competencia desleal por parte de las multinacionales, los agricultores están abandonados a su suerte con cosechas peores cada año a causa de la negativa del Estado a subsidiarlos y proporcionar semillas y fertilizantes de calidad. La fuga de capitales es cada vez más grave, orquestada por las multinacionales que sólo empobrecen el país cada día.
Para nosotros la Liga Popular Senegalesa (LPS), las prioridades del Estado deben estar en otro lugar que el de “entretener” a la gente y usar el dinero de los contribuyentes para los fines de la política.
Nosotros decimos:
No al pago de la deuda, ya que no sirve al pueblo sino a las multinacionales y a los burgueses, y asfixia a las personas (a través de la inflación).
No a la privatización de la educación, la salud y los recursos mineros
No al agro-negocio que transforma a los agricultores en obreros agrícolas mal pagos.
No a los dictados del FMI y las instituciones financieras internacionales.
Reclamamos la nacionalización de todas las empresas extranjeras, los bancos y las universidades privadas
Por una conferencia nacional de la educación y salud para luchar por una mejor atención de las necesidades de la gente.
Asistencia, ayuda y acompañamiento del Estado para ampliar la producción familiar en procura de la autosuficiencia alimentaria
Facilitar el acceso al equipamiento para los campesinos
Que el Estado reabra las empresas en quiebra para erradicar el desempleo y el subempleo juvenil.
Dejar de importar los productos de Europa que vayan en detrimento de la artesanía local.