Con la llegada de las Elecciones Municipales es inevitable que en un sector de la clase trabajadora se generen ciertas esperanzas e ilusiones de cambio, sobre todo cuando estamos recibiendo grandes ataques (precariedad laboral, inflación desorbitada) y la única alternativa que se presenta por parte de los aparatos sindicales (CCOO y UGT) y los grandes aparatos políticos son las Elecciones. En este escenario es cuando la izquierda reformista irrumpe con su concepción “transformadora” en el marco de las instituciones burguesas. Su participación en ellas los conduce a dejar de lado la desobediencia a una legalidad injusta para poner el centro en la gestión institucional y en el posibilismo, que es impotente para resolver los problemas de precariedad, desocupación y miseria.
El movimiento revolucionario nunca negó las ilusiones que depositan los/las trabajadores/as en las Elecciones y en las instituciones “democráticas” en momentos concretos de la lucha de clases. Pero la forma en que resolvió dicha contradicción, no fue ni ignorando las Elecciones mismas, ni alimentando la confianza en dichas instituciones, y menos aún construyendo la idea de poder reformarlas. De ahí que cuando nos podemos presentar, el primer punto de nuestro programa es justo desenmascarar la naturaleza de clase de dicha institución y las Elecciones. Al mismo tiempo insistimos en la necesidad de la autoorganización de los/las trabajadores/as y en la democracia obrera, que es la democracia para la mayoría social, como alternativa a la falsa democracia para una minoría, la del Ibex 35 y la Banca.
A diferencia de los partidos reformistas, cuya estrategia política empieza y acaba en las instituciones, nuestra estrategia no es otra que presentar una salida revolucionaria a la crisis (creo que esto es importante porque el programa para lograr esa emancipación, la clase trabajadora no lo puede comprender ni elaborar por sí misma como ya sabemos, por mucho que luche, sino que le viene dado desde fuera) y acompañar a la clase trabajadora en sus luchas, para que se emancipe y construya su propio gobierno, apoyada en la movilización para así acabar con el capitalismo y todas las formas de opresión y explotación.
Es por ello que tanto en las Elecciones como en las instituciones, los/las candidatos/as revolucionarios/as lejos de concebir las mismas como una forma de hacer municipalismo, utilizamos las instituciones como un atril al servicio de confrontar el gobierno y el estado, y ser un altavoz de las luchas de la clase obrera. Igualmente, utilizamos los cargos para desenmascarar a aquellas organizaciones políticas o sindicales, que están ahí para preservar este orden social injusto.
Los Ayuntamientos del cambio
En 2015 cuando el Estado español era un hervidero de luchas, cuando de nuevo apareció la oportunidad de lograr una ruptura democrática con el Régimen monárquico, justo en unos de los momentos más álgidos de la movilización, irrumpieron multitud de candidaturas en los Ayuntamientos. En ese escenario, Podemos y el resto de organizaciones reformistas, con el lema de “la unidad de la izquierda” arrastraron a muchos/as luchadores/as al redil institucional, colocando la movilización al servicio de ganar las Elecciones y, como consecuencia, ahogando y debilitando las mismas. Su apuesta reformista quedó esterilizada por la propia Ley de Bases del Régimen Local y la Reforma del 2013 de la Ley de racionalidad y sostenibilidad de las Administraciones Públicas, pasando a ser gestores de las privatizaciones, del pago de una deuda ilegítima, del recorte en el gasto público y de la entrega de competencias. Muchos de esos luchadores/as honestos/as se fueron abatidos/as en los siguientes comicios por entender que las Elecciones no resuelven los problemas de la clase trabajadora. Lejos de hacer girar a la izquierda al PSOE, lo que ha ocurrido en este tiempo es que UP se ha integrado en el marco y los límites del régimen monárquico y sus instituciones y en ellas están todas sus aspiraciones políticas.
Es por ello necesario hacer balance y retomar una perspectiva revolucionaria en estas Elecciones, con el objetivo de ir organizando la resistencia contra este gobierno, la inflación y la crisis económica.