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El impasse del Brexit continúa en el parlamento mientras aumenta la rabia de los trabajadores contra la austeridad

La incertidumbre y la inestabilidad continúan luego de más de tres años del plebiscito sobre la Unión Europea. El caos resulta de divisiones en el capitalismo y en el imperialismo británicos, debido a su posición decadente en nivel europeo y mundial, y en la medida en que los dirigentes del Partido Laborista se recusan a luchar por un Brexit

[1] obrero.

El plebiscito ocurrió para resolver la división interimperialista británica sobre la UE. Cameron, el primer ministro en la época, lo convocó porque estaba convencido de que la posición para quedarse en la UE (el Remain) vencería.

Casi 74% de los 650 parlamentarios hicieron campaña y votaron a favor de la permanencia en la UE. Desde entonces, el Partido Laborista, el Partido Nacional Escocés, los Verdes y los Liberales Demócratas vienen bloqueando el camino para salir de la UE.

Pero, millones de trabajadores que rompieron con la influencia del Partido Laborista votaron para salir de la UE, lo que fue decisivo para el resultado. Condiciones de vida intolerables en el Reino Unido para muchos trabajadores y oprimidos presionaron para ese voto.

La desindustrialización ocurrió hace casi 50 años, mientras el sector financiero, ofreciendo innumerables servicios, floreció en la década de 1980. Ese parasitismo del capitalismo financiero británico, simbolizado por la City of London [uno de los centros financieros mundiales], representa 12% del PIB. Estuvo directamente ligado a la crisis de 2008 y a la subsecuente política de austeridad.

Los trabajadores ahora enfrentan la pobreza generalizada, con la desintegración de los servicios públicos, la desaparición de las redes de seguridad y el trabajo precario en gran escala. El Reino Unido es un país de bancos de alimentos, falta de vivienda en todas las ciudades y contratos de cero-hora[2], todo los cuales fueron “normalizados” por el régimen dominante y por los dirigentes sindicales.

Es por eso que el Financial Times advierte a Boris Johnson, el actual primer ministro, que el voto contra Bruselas [es decir, por la salida de la UE] vino de la “furia reprimida” que existe en la clase trabajadora más afectada por la austeridad y por el legado de la decadencia industrial en muchas áreas, que ningún gobierno intentó resolver.

Al mismo tiempo, los dirigentes del TUC[3] y del Partido Laborista actúan poderosamente para evitar las luchas de las masas en las calles, y eso ayuda a confundir a muchos trabajadores sobre cómo combatir la austeridad.

El choque interimperialista

El centro del poder de la UE siempre contuvo las luchas interimperialistas entre Alemania, Francia y Gran Bretaña. Ellos concordaron en reducir las condiciones de trabajo y de vida, aumentar el trabajo informal, construir una fortaleza en Europa que mata y oprime a inmigrantes, y forzar la semicolonización de las naciones europeas al sur, este y oeste de las potencias centrales de la UE.

Pero también tienen profundas diferencias en relación con los servicios financieros, el comercio, la recolonización imperialista y alrededor de la “relación especial” entre Estados Unidos y el Reino Unido. Los imperialismos de la UE y del Reino Unido están en conflicto sobre los mercados de los recursos naturales africanos (y del resto del mundo) y quién debe controlarlos.

Ellos están en una lucha amarga, mientras el gobierno de Estados Unidos, en pleno conflicto con China, no defiende más una Europa liderada por Alemania, sino que quiere que la UE se desintegre. Se aprovecha del Brexit por ese motivo y para ganar más influencia sobre la economía británica en decadencia, aunque sea una de las más ricas del mundo.

La gran mayoría de las corporaciones y multinacionales británicas se opone a la salida de la UE; prefieren quedarse. Basta oír lo que dicen la Confederación de la Industria Británica y el Financial Times. Para muchas grandes empresas, obtener ganancias en la UE es más fácil de lo que sería si saliesen.

Una parte minoritaria del capitalismo británico quiere salir, como los administradores de fondos de cobertura (hedge funds) y grupos financieros internacionales de casinos, los ricos evasores de impuestos, algunos fabricantes como Sir James Dyson, y la persona más rica del Reino Unido, Sir Jim Ratcliffe, dueño de 60% de los Ineos, uno de los mayores productores químicos del mundo y con presencia significativa en el mercado del petróleo y el gas.

El Reino Unido enfrenta una recesión y más declive económico. Es una de las razones por las cuales sectores del capital industrial y financiero desean estar libres de cualquier reglamentación de la UE sobre la manufactura, la agricultura y los “productos” financieros. Eso significa que ellos no quieren restricciones sobre cómo la ganancia es creada y realizada.

El Grupo de Investigación Europeo (ERG – European Research Group) de los parlamentarios del Partido Conservador (o Tory) a favor de salir de la UE es la cara política del parasitismo extremo y está íntimamente ligado a operaciones financieras como private equity[4], bancos de inversión, fondos de cobertura, transacciones de cambio y empresas de apuestas en el mercado de intereses. Los hedge funds forman parte del casino mundial de apuestas en el mercado futuro de acciones, y de monedas como la libra esterlina, y pueden hacer fortunas en las crisis económicas, incluyendo el Brexit. Financistas norteamericanos, como Steve Cohen y Nelson Peltz, hacen fortunas en Londres.

El ERG también es contrario al reglamento bancario y financiero limitado que la UE introdujo desde 2008, porque, en su opinión, favorece a los grandes bancos franceses y alemanes. Algunos servicios financieros están transfiriendo un porcentaje pequeño pero significativo de su equipo, principalmente para Frankfurt, París y Dublín.

El parasitismo florece en los sectores bancarios europeos, pero, para casi todos los servicios financieros Londres es el mayor centro europeo (y en gran parte corresponde al sistema financiero mundial de Nueva York).

El Brexit reducirá significativamente la presencia global de la UE en los mercados de capitales. Hoy, la UE es el segundo mayor mercado de capitales del mundo, con una participación combinada de 21% de la actividad global. Eso es casi la mitad del tamaño de los Estados Unidos, pero lleva una ventaja significativa sobre su rival más próxima, China. La salida del Reino Unido reducirá esa parcela de la actividad global a 14%, cerca de un tercio del tamaño de los Estados Unidos y aproximadamente el mismo de China.

Empresas del private equity dividen empresas, despiden trabajadores, y rebajan salarios y condiciones de trabajo si alguien permanece en el empleo. Sentado al lado de Johnson en la Asamblea General de las Naciones Unidas en setiembre, Trump dijo: “Podemos cuadruplicar nuestro comercio con el Reino Unido”. Los Estados Unidos quieren sacar el máximo posible, incluyendo el NHS[5] (aunque Johnson haya dicho que no sería parte de los acuerdos comerciales y aunque la privatización del NHS esté aumentando día a día), la remoción de las restricciones a los alimentos (simbolizado por el infame pollo con cloro de los Estados Unidos, prohibido en la UE). Él buscará la remoción de restricciones ambientales sobre la explotación de fracking y la contaminación.

Ellos están de acuerdo en remover derechos de los trabajadores e imponer mayor precariedad, que ya alcanza niveles récords (oficialmente, 4.1 millones de trabajadores en el Reino Unido).

Un gran peligro para el capitalismo en la crisis coyuntural de la UE es que el odio de los trabajadores europeos podrá conectarse con la determinación de los trabajadores británicos por salir de la UE, mientras se oponen a la austeridad y a la guerra social de los Estados Unidos y de Johnson.

La izquierda que defiende la permanencia en la UE

Por causa de las políticas de la burocracia del TUC y de los dirigentes laboristas, que dicen que la UE defiende los derechos de los trabajadores –como si no existiesen el trabajo precario y la privatización en los países de la UE–, existen muchos en la izquierda, como el Left Unity, que defienden la permanencia y la reforma de la UE. Pero ellos nunca discuten cómo la Comisión Europea, el BCE y el FMI pueden ser reformados. Ignoran la destrucción social por la cual la UE es responsable. Hay trabajadores que, por el engaño de sus direcciones, también piensan que la UE los protegerá de la austeridad y de los gobiernos conservadores.

La dirección del TUC ignora completamente los continuos ataques contra la clase trabajadora en países como Grecia, el Estado español, Portugal, Francia o Europa Oriental. Ignoran la lucha de masas de los chalecos amarillos y la rebelión en Cataluña por el derecho a la autodeterminación, mientras la UE da total apoyo a la represión del Estado español.

Muy pocos en esta izquierda consideran el cuarto estadio de privatización ferroviaria a la cual Alemania, Francia y Gran Bretaña fueron sometidas por la UE. La Comisión Europea determinó el inicio inmediato de la privatización de todo el transporte ferroviario europeo. Los países que atrasen esos planes serán afectados por ella. En 2019, la UE exigió que Dinamarca, Irlanda, Grecia, Holanda y Polonia cumplan esos planes de privatización para no correr el riesgo de ser llevados al tribunal de justicia europeo (sic).

¡Muchos en la izquierda británica identifican a la clase trabajadora europea y el internacionalismo con las organizaciones europeas capitalistas que los oprimen!

Una Europa obrera y socialista solo puede ser construida removiendo y destruyendo la UE capitalista e imperialista.

Contradicciones del Brexit en el parlamento

El atraso en la implementación de la votación del plebiscito muestra el debilitamiento de la posición internacional y el deterioro interno del capitalismo británico.

El declive económico permanente en muchas regiones del país y el deseo de cambio contrastan fuertemente con la idea de una “democracia del pueblo” consagrada por el sistema parlamentario; esa idea está hecha harapos.

El lenguaje parlamentario tóxico y la tensión en las relaciones entre los partidos Conservador y Laborista revelan su creciente impotencia. Ellos no pueden gobernar a la manera antigua y el sistema parlamentario de dos partidos está desintegrándose.

Tal atraso creado por esos partidos da a la derecha conservadora, liderada por Boris Johnson, la posibilidad de presentarse como el “campeón del pueblo”. Sigue los pasos de Nigel Farage, con su partido del Brexit, que intenta crear la misma imagen.

El sueño utópico reaccionario de Johnson es crear una nueva Gran Bretaña que “domine los mares” o, por lo menos, que explote a África y el “sur” con inversiones extranjeras directas y por la fuerza, y tornarse un socio de los Estados Unidos en esa explotación.

En ese proceso, él puede debilitar aún más el poder de Gran Bretaña. La profunda crisis política está minando la presencia del imperialismo británico en Escocia y en Irlanda del Norte, donde aumenta el sentimiento por una única Irlanda (la cuestión de la votación sobre la frontera) y por la independencia de Escocia (un segundo plebiscito[6]).

A mediados de octubre, los grupos paramilitares legalistas[7] (claramente el proceso de paz no removió esos grupos) en Irlanda del Norte amenazaron iniciar una desobediencia civil en masa si Johnson hacía un acuerdo en el parlamento para crear una frontera aduanera en el mar de Irlanda [es decir, entre Irlanda del Norte e Inglaterra]. Al mismo tiempo, las concesiones a la UE sobre Irlanda presionaron al SNP[8] para exigir más concesiones en cualquier acuerdo de salida de la UE.

La UE es una máquina de guerra contra los trabajadores y el pueblo

No existe una solución capitalista que beneficie a los trabajadores, a los pobres y los oprimidos, permaneciendo en la UE. La UE se basa en una guerra social contra los trabajadores y los pueblos de Europa y contra las naciones menores.

El esfuerzo de la UE por implementar una política de austeridad, la rápida privatización del transporte ferroviario europeo, su práctica asesina contra inmigrantes (nuevos y antiguos) y la transformación de los países europeos más débiles en semicolonias continúan inquebrantables.

Pero, los sindicatos y partidos políticos que defendieron algún tipo de salida obrera para el Brexit difícilmente sobrepasaron los límites de su propia organización luego del plebiscito. Ese es un problema central del Partido Comunista, del Partido Socialista, del SWP inglés[9] y de los cuatro sindicatos que defendieron la salida de la UE, como el Sindicato de los Trabajadores Ferroviarios (RMT) y el Sindicato de los Panaderos. Deberían haber llamado y agitado mucho más por un frente que partiese de una base obrera socialista. Hubo momentos en los últimos tres años en que podía haberse construido un movimiento de masas.

¡Pero todos esos dirigentes van solo hacia el Partido Laborista y a Corbyn para que lideren la lucha para la salir de la UE! Con toda la incerteza [existente en Gran Bretaña], lo cierto es que Corbyn no dirigirá una lucha obrera y socialista por la salida de la UE. Sobre eso, el Partido Socialista y los otros están completamente engañados. Aunque algunos de sus miembros no crean en esa posición.

El Partido Laborista y el TUC

El gran caos y la confusión en la clase trabajadora es causado principalmente por las direcciones del Partido Laborista y del TUC. El único camino para unir a la clase obrera es luchando por la salida de la UE, por los derechos de los trabajadores y por un programa obrero y socialista que se vincule a la lucha contra la austeridad.

Pero Corbyn no va a hacer eso. El ala derecha laborista tiene mayoría en la bancada parlamentaria, en los consejos municipales laboristas [concejales] y en el aparato del partido.

La posición de Corbyn en respuesta a esta cuestión fundamental es ser “neutro”. Al mismo tiempo, su propio equipo, como John McDonnell (canciller-sombra), dice que hará campaña para permanecer, mientras otros dicen que harán campaña para salir. Por lo tanto, el laborismo tiene tres posiciones políticas públicas y sus candidatos defenderán las tres si hubiere una elección general.

La política de austeridad del gobierno conservador es implementada por los consejos municipales laboristas bajo el comando de la dirección laborista central [esto es, Corbyn]. Incluso los nuevos consejeros [concejales] de “izquierda” no votan contra los cortes de los presupuestos municipales, ¡pues saben que eso significaría expulsión! Ellos venden su alma por apenas 12.000 libras por año como concejales. Ningún concejal laborista en Inglaterra ni en el País de Gales vota contra los cortes, y ellos tienen pavor de oponerse a la dirección de Corbyn por la izquierda.

Ese abordaje no se basa, como dice Corbyn, en una tentativa de unir a la clase. Es, en verdad, el resultado de su determinación por mantener el Partido Laborista como un amplio paraguas de corrientes para intentar unir a todos en un partido, incluso a la derecha seguidora de Tony Blair. Pero, por detrás de eso está el comentario de McDonnell, muy citado, de que el Partido Laborista es “amigo de los negocios”. Ellos quieren unir a trabajadores con capitalistas, creen que hay un interés común: el interés “nacional”.

La idea de una unidad política del laborismo con el DNP, los Verdes y los Liberales Demócratas fue expresada por meses en nombre de un gobierno de unidad nacional, que llevará el “paraguas” a un gobierno capitalista de colaboración de clases.

Un informe recientemente publicado por The Guardian confirmó que los banqueros gustarían mucho de un gobierno laborista y, como dijeron los banqueros al diario, ellos podrían librarse de él cuando quisieran.

Eso significa que ellos ven el laborismo como una manera de obtener lucros y controlar a la clase trabajadora con algunas reformas y muchas promesas vacías.

Corbyn exige una elección general hace años, pero cuando Johnson se tornó primer ministro y perdió votos en el parlamento, desafió a Corbyn a apoyar una elección general en dos ocasiones. Él recusó: una decisión también adoptada por la derecha del laborismo.

Los laboristas tienen miedo de una elección general y creen que Johnson vencerá. Están bien atrás en las encuestas, incluso después de diez años de austeridad conservadora y, aunque el gobierno Johnson solo pueda ganar votaciones en el parlamento con acuerdos transitorios con el DUP[10] irlandés, expulsó a los parlamentarios conservadores contra el Brexit. El gobierno conservador es muy débil y se mantiene en el poder solo por las vacilaciones y conflictos en el laborismo.

La onda pro-Corbyn comenzó a disminuir. La izquierda en el Congreso del Partido Laborista, en setiembre gritaba “Oh, Jeremy Corbyn” (en realidad, para sofocar los pedidos de voto en una moción europea), pero el fervor es muy reducido.

Ni el Partido Laborista ni la dirección del TUC organizan acciones de masas o una huelga general. Ellos no intentarán unir el creciente número de huelgas, como las de los trabajadores de los Correos, de la educación, los ferroviarios, los metalúrgicos, y de los trabajadores precarizados. Todos esos sectores están planificando o votando por huelgas o construyendo acciones.

Los dirigentes laboristas y sindicales en el final de un congreso laborista pueden hasta cantar sobre mantener la bandera roja, pero la idea del socialismo y de cómo conquistarlo no penetra en su pensamiento ni en su programa. Ellos continúan la línea histórica del Partido Laborista: todo dentro del parlamentarismo, nada fuera de él. Todo con la burocracia del TUC, nada sin ella.

Hablan de justicia social, pero sin el derrumbe del capitalismo. Eso no es novedad. Rosa Luxemburgo, hace más de cien años escribió Reforma o Revolución contra los esquemas de justicia social a la Corbyn. Ella destruyó los argumentos de Eduard Bernstein, que es un precursor de Corbyn. Como explicó, el socialismo no puede ser introducido por la conquista de la mayoría en el parlamento ni por el desarrollo objetivo de la sociedad capitalista. Pero, reforma es todo lo que Corbyn tiene a ofrecer. No desafía las bases del poder del capitalismo.

La izquierda que quiere salir de la UE

Para Corbyn, la reforma parlamentaria es todo, entonces, ¿por qué el Partido Socialista (SP) y el SWP dicen que el camino de Corbyn es un camino socialista y hasta usan la expresión “revolución de Corbyn”?

La “revolución de Corbyn” no existe. En un artículo reciente, el SP dijo: “Imagine cómo el debate en torno a la UE se habría desarrollado de forma diferente si Corbyn hubiese mantenido su posición anterior de, correctamente, oponerse al carácter neoliberal del club de patrones de la UE y sus políticas”.

Se puede imaginar cualquier cosa, pero es una ilusión pensar que Corbyn puede construir un camino socialista o dirigir una revolución. Su oposición a la UE y al capitalismo británico es a través de palabras y no de acciones de masas en las calles o de una huelga general. El SP y el SWP continúan diciendo a la clase trabajadora que el camino de Corbyn puede ser un camino para el socialismo. El SWP está siempre promoviendo la imagen de Corbyn en reuniones.

Hacen eso mientras él se niega a unir a los trabajadores en las luchas de masas. La verdad, con esa política el Partido Laborista ni ganará la próxima elección.

La necesidad de construir un partido revolucionario continúa siendo la cuestión más importante en Gran Bretaña, y este no será construido ni ayudado por el laborismo, sino sí cuando los trabajadores rechacen la idea de que el Partido Laborista puede construir el socialismo.

La clase trabajadora comienza a levantarse

El Parlamento se volvió una farsa a los ojos de todos. Pero, ¿qué ocurre en las luchas de la clase trabajadora?

Desde la votación del plebiscito, hubo una rebelión de las bases en dos sindicatos del TUC, el UCU (Sindicato de los Trabajadores en Universidades) y el PCS (Sindicato de los Trabajadores en Servicios Públicos y Privados). Ellos se libraron de dos dirigentes burocráticos de larga data, uno de ellos, en el PCS, el principal dirigente sindical del SP.

Hubo un aumento de las huelgas en los nuevos sindicatos independientes (IWGB y UVW), que organizan a trabajadores tercerizados. El UVW casi duplicó en tamaño desde enero de 2017 a octubre de 2019, superando 2.600 afiliados. La mayoría de los miembros y dirigentes de huelga son mujeres, trabajadores negros e inmigrantes. El número de gremios organizados aumentó de uno a ocho. Ellos tuvieron algunas vitorias históricas con pequeños grupos de trabajadores. El TUC nunca ganó una huelga de esas. Ahora, están organizando acciones coordinadas de huelga en siete lugares de trabajo, incluyendo hospitales, universidades y ocho parques reales[11] (!) por el salario mínimo vital de Londres y por la primerización.

Huelgas nacionales pueden ocurrir en breve en los sindicatos de los trabajadores de los Correos y de las universidades, mientras trabajadores ferroviarios y otros organizan huelgas locales y regionales. Lo que ocurrirá estará determinado por lucha de las bases contra los dirigentes burocráticos de los sindicatos del TUC.

Huelga general a elección general

El odio a la UE, al gobierno conservador y a la austeridad son comunes en la clase trabajadora. Los problemas que enfrentamos solo pueden ser resueltos con la unión de todas las huelgas en curso o planificadas en una huelga general de todos los trabajadores, independientemente de que hayan votado por salir o permanecer en la UE.

Ni el Partido Laborista ni el TUC ni el SP ni el SWP están luchando por una huelga general para construir la lucha para acabar con la austeridad y exigir elecciones generales.

El TUC y el Partido Laborista dicen que quieren librarse del gobierno, pero no presentan una manera concreta de hacer eso, y el Partido Laborista se niega a enfrentar el desafío de Johnson de convocar una elección general.

Si se convocara una elección general, diremos a los trabajadores, sindicatos y partidos políticos de izquierda que organicen comités de lucha en los barrios y sindicatos para construir un programa contra la austeridad y escoger dirigentes de lucha para la elección, independientes del laborismo.

Por una salida obrera y socialista de la austeridad y de la UE

Colocar los derechos de los trabajadores en el centro de la lucha para dejar la UE. Ni permanecer ni el Brexit de Johnson. No a la austeridad, la privatización y la opresión.

El creciente ataque de la UE y de sus gobiernos a los trabajadores muestra que la UE no puede ser reformada. Solo puede ser golpeada y destruida.

Los trabajadores británicos en la lucha contra la austeridad y la UE tendrán que combinar sus luchas con las de los trabajadores en Europa.

Solamente de esa manera podrán construirse los Estados Socialistas de Europa, que promuevan los derechos de los trabajadores y el derecho a la autodeterminación.

Nosotros decimos:

¡Por una lucha obrera y socialista para dejar la UE antiobrera!

¡TUC: una todas las luchas en una huelga general para derrocar el gobierno conservador!

¡Por elecciones generales ya!

¡Por el fin de la austeridad implementada por el gobierno central y por los consejos municipales; por un presupuesto de necesidades sociales!

¡Por la nacionalización de la gran industria, basada en el control de los trabajadores y los usuarios!

¡Los inmigrantes son bienvenidos, no son chivos expiatorios!

¡Tasar las empresas ricas y grandes!

¡Construir un partido revolucionario de trabajadores y de todos los que quieren acabar con los conservadores y el capitalismo!

Notas:

[1] Brexit: acrónimo de British Exit, la salida de la Unión Europea, posición vencedora en el plebiscito.

[2] Contrato de cero hora: a pesar de no estar regulado en su legislación, se aplica en Gran Bretaña y consiste en un acuerdo entre un empresario y el trabajador en virtud del cual el primero no está obligado a ofrecer al empleado un número mínimo de horas de trabajo por semana. No obstante, algunos contratos pueden obligar al trabajador a aceptar las horas de trabajo que se le ofrezcan.

[3] TUC (Congreso de Sindicatos Británicos): la central sindical británica.

[4] Empresa de private equity: empresa de gestión de inversiones.

[5] NHS: Servicio Nacional de Salud.

[6] Hubo un plebiscito por la independencia de Escocia en 2013, cuando la posición por permanecer en el Reino Unido venció por un pequeño margen.

[7] Contrarios a la independencia de Irlanda del Norte y a la creación de una única Irlanda. También llamados unionistas.

[8] SNP: Scottish National Party, defiende la independencia de Escocia y es mayoritario en el parlamento escocés.

[9] Partido Socialista: Socialist Party, de origen trotskista, parte del Comité Internacional de los Trabajadores (CIT), que se dividió recientemente. SWP, defensor de la tesis del capitalismo de Estado en los antiguos Estados obreros.

[10] DUP: Partido Unionista Democrático, de derecha en el espectro político parlamentario.

[11] Parques reales son parques y tierras de propiedad de la familia real.

Traducción del original en inglés: Marcos Margarido.
Traducción del portugués: Natalia Estrada.

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