Alexis Tsipras, recientemente reelegido primer ministro de Grecia, acudió este lunes ante el parlamento en Atenas para presentar las prioridades de su gobierno: 1- “renegociación” de la deuda (que supondría una ampliación de los plazos y el establecimiento de intereses estables); 2- la recapitalización de los bancos helenos; 3- la necesidad de “atraer” inversiones para el país.
Por Daniel Sugasti
Además, el líder de Syriza enfatizó ante los parlamentarios su decisión de concretar una “reforma fiscal radical” y avanzar “rápidamente” en la aplicación del paquete de medidas que exige el “cuarteto” de acreedores internacionales (FMI, BCE, Comisión Europea y Mecanismo de Estabilidad), a cambio de viabilizar la “ayuda” de 86.000 millones de euros contemplados en el tercer memorando que el gobierno griego firmó en julio pasado.
Tsipras fue categórico al afirmar que esto es necesario para que Grecia recupere su “credibilidad”. En ese sentido, presentó una propuesta de presupuesto para 2016 que se basa en la aplicación de duras medidas de austeridad que ascienden a 6.400 millones de euros para los próximos 15 meses. Entre esas medidas se encuentran puntos muy sensibles, como la reforma de las jubilaciones y la citada reforma fiscal.
La propuesta del gobierno de Syriza está en consonancia con las exigencias del “cuarteto”. Hace unos días, el Eurogrupo hizo pública una lista de 48 medidas que “Grecia debe ponerlas en marcha ahora” si desea recibir los desembolsos fijados en el tercer memorando. Estas medidas son una especie de “acciones previas” que el gobierno griego debe aplicar durante el mes de octubre para recibir, en principio, una parcela de 3.000 millones de euros, además de otro tramo de 25.000 millones de la misma moneda para la mentada “recapitalización” de los bancos griegos[1].
El ataque a las pensiones
Además del presupuesto para el año que viene, Tsipras pretende avanzar en los cortes para satisfacer a los acreedores internacionales. Concretamente, acaba de entrar en vigencia el aumento paulatino del Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA, impuesto al consumo) en las islas del mar Egeo (que acaba, así, con el descuento de 30% que tenían en ese rubro); además, son inminentes las votaciones sobre la reforma del sistema de pensiones –con la cual el Estado pretende “ahorrar” 450 millones de euros– y la eliminación del subsidio del combustible a los agricultores[2].
La reforma de las pensiones afectará a todos los jubilados que se han retirado desde el 1 de julio pasado. Con ella se ampliaría progresivamente la edad mínima de jubilación a los 62 años para los que ya tienen 40 años de vida laboral y a los 67 años para los demás. Para aquellos que tienen 67 años y cumplieron la condición mínima de 15 años de trabajo y ya han solicitado la jubilación, el Estado aseguraría solo la pensión mínima actual de 486 euros mensuales. Para los demás, sus pensiones serán reducidas a casi la mitad hasta que lleguen a la edad de 67 años.
Según la letra del tercer memorando, el gobierno griego, además, presentará este mes a los acreedores un plan para reducir el gasto en pensiones de este año en un 0,25% del PIB, que se traduciría en un “ahorro” de 450 millones de euros.
Por su parte, el Ministerio de Trabajo baraja escenarios que prevén recortes de 6% a las pensiones superiores a 1.500 euros y de 10% a las superiores a 2.000 euros mensuales. De hecho, desde setiembre está en vigencia la subida de las contribuciones al seguro de enfermedad de los jubilados en dos puntos porcentuales, de 4% a 6%, lo que significa, de hecho, una reducción de las pensiones.
Todavía hay más. A partir del 1 de enero de 2016, la pensión mínima garantizada deberá ajustarse a la evolución del PIB y del Índice de Precios de Consumo (IPC). Esto supondría, en la situación de Grecia, una reducción automática. Como muestra, solo un dato: desde mayo de 2010, cuando el gobierno de entonces firmó el primer “plan de rescate”, las pensiones cayeron casi 40%.
Sobre la eliminación de la subvención del combustible para los agricultores, cabe decir que esto significa que el impuesto sobre el carburante se triplica. Esta medida se añade al incremento del impuesto (de 13% a 26%) sobre la renta de los agricultores, y el aumento de 27,5% a 55% del pago anticipado de este gravamen.
Sin embargo, aún con todas las medidas exigidas, ejecutadas o por ejecutar, Atenas prevé un retroceso del PIB de 2,3% en 2015 y de 1,6 para 2016; la deuda alcanzará 196% en 2015, y superará 200% en 2016. De la misma forma, siempre según estimaciones oficiales, el desempleo no solo no retrocederá sino que aumentará levemente, de 25,4% a 25,8% el año próximo.
La reeditada coalición entre Syriza y Griegos Independientes, un partido de la derecha xenófoba, cuenta ahora con 155 de los 300 diputados, por lo que se espera para los próximos días una aprobación sin mayores contratiempos del presupuesto y de las “reformas”. De cualquier forma, el presupuesto definitivo para el año próximo deberá pasar previamente por una revisión de los acreedores internacionales, para ser aprobado este noviembre.
La tarea es enfrentar el ajuste y a quien lo aplica
Estos hechos confirman que el gobierno de Syriza es y será el principal instrumento del imperialismo europeo y mundial para aplicar el brutal ajuste que exige el nuevo memorando. Por su carácter reformista, que lo incapacitó siempre para trabar un combate consecuente con la burguesía griega y el imperialismo, Syriza pasó, en menos de un año, de un discurso “anti austeridad” a ser el más importante agente de la colonización de Grecia.
Por ello, no existe tarea más importante e imperiosa que organizar la movilización contra los planes de ajuste; contra los recortes a los salarios y a las pensiones; contra el desmantelamiento de la salud y la educación públicas; por el rechazo vehemente a las privatizaciones y por la reestatización de las empresas públicas que han sido entregadas al capital extranjero; contra el pago de la deuda; y por la ruptura con esa máquina de guerra contra los trabajadores y los pueblos que es la Unión Europea y el euro. Esta lucha precisará de mucha decisión, organización, unidad en la acción concreta y, por supuesto, deberá estar orientada inequívocamente contra el gobierno de Syriza.