El resultado del referéndum del pasado jueves en Inglaterra, aunque en parte esperado, ha generado un revuelo político, económico y social que recién ha comenzado y que nadie sabe donde puede terminar. La prensa, los partidos políticos y los organismos financieros están haciendo cada uno sus cábalas. Pero más allá de lo que cada quién pueda pensar o interpretar, lo cierto es que estamos ante un acontecimiento con repercusiones de gran calado no solo para la UE, sino para el mundo entero.
Declaración de Corriente Roja
La mayoría de la población británica que acudió a las urnas el pasado jueves 23 votó por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Fueron cerca de 17 millones a favor de la salida contra unos 16 millones por la permanencia en la UE. La participación fue del 72% del censo electoral y la campaña estuvo marcada por una polarización creciente en la última semana, que se expresó incluso en el asesinato de la diputada laborista Jo Cox.
La recesión económica, la crisis de los refugiados, la lucha en Francia contra la reforma laboral y ahora el Brexit confirman que esta crisis que comenzó por la periferia, va penetrando con firmeza en el corazón de la UE. El resultado abre una nueva situación en Europa.
¿Cuál es el telón de fondo del referéndum británico?
Para poder comprender el resultado del referéndum es necesario tener en cuenta que la economía británica vivió en las últimas décadas un profundo proceso de desindustrialización y desinversión productiva. El déficit comercial existente actualmente lo buscan salvar con los movimientos de capitales de los cuales una parte importante son de movimientos especulativos.
Es un país dónde la riqueza está cada vez más concentrada en un puñado de grandes millonarios y la pelea por el reparto de la renta nacional radicaliza a los distintos sectores sociales llevando a la fractura del equilibrio entre las clases. La desindustrialización, los recortes a los subsidios y los derechos sociales y laborales, son el motor del descontento que se expresa en el deseo de romper con la UE que es a quién se identifica como el causante de los problemas.
La “City” (centro financiero de Londres) es el gran centro económico inglés que concentra todo el dinero ilegal y de tráfico de una gran parte del mundo, ubicándose como intermediario entre EEUU y la UE. Con Inglaterra fuera de la UE ese rol queda afectado y todos esos capitales volátiles pueden abandonar la “City”, lo que provocaría la caída de la circulación de capitales y una situación complicada por lo menos a corto plazo para la economía inglesa.
El “Brexit” fragiliza todo el proyecto de la UE, extendiendo la polarización y el sentimiento anti UE al conjunto de Europa. Esa es una de las consecuencias más importante del “Brexit”
¿Que se votaba en el referéndum?
Lo que se sometió realmente a voto en el referéndum del RU fue el acuerdo entre Cameron, Merkel y la UE en el cual daban una amplia autonomía a la “City” , que es ahora mismo el gran negocio inglés, y autorizaba medidas contra los trabajadores inmigrantes. Este era el significado del voto al SÍ.
Por eso el resultado del referéndum expresa un duro golpe al proyecto imperialista de Alemania y Francia, que en las últimas semanas habían protagonizado una enérgica campaña, a través de los medios de comunicación y sus portavoces, por el voto “europeísta” en el referéndum.
El NO, por su parte, era el voto a la salida de la UE, sin más.
La izquierda reformista se ubicó mayoritariamente dentro del SÍ. El partido Laborista, Jeremy Corbyn y los principales sindicatos estuvieron por el SÍ.
La ISL, nuestra organización hermana en el RU, levantó la bandera de la abstención por entender que no podíamos sostener ninguna de las dos posiciones ya que ninguna defendía los intereses de nuestra clase.
¿Por qué ganó el voto por la salida?
La votación expresa un rechazo profundo a las políticas de austeridad aplicadas en el Reino Unido por el gobierno conservador de David Cameron, asociado por la mayoría de la población a la UE. El gobierno conservador viene aplicando un ajuste fiscal, la privatización del sistema de sanidad pública y reformas laborales que precarizan aún más las relaciones de trabajo. Por eso el gran derrotado es David Cameron, que renunció horas después de haberse hecho público el resultado oficial del referéndum.
La mayoría de los ingleses y galeses votaron por el “Brexit”, mientras en Escocia e Irlanda lo que prevaleció fue el voto a favor de la permanencia en la UE. Con este panorama se abre la posibilidad de desintegración del Reino Unido, a partir de la propuesta de sectores nacionalistas en Escocia e Irlanda de realizar referéndums sobre la permanencia o no en el RU.
Está claro que un sector de esa radicalización lo está capitalizando la ultraderecha. La pequeña burguesía afectada por las políticas de austeridad fue el actor principal el pasado jueves, que se expresa en el UKIP en Inglaterra, y en otros países en partidos como Alternativa por Alemania, el Frente Nacional de Francia, entre otros.
La extrema derecha viene con el objetivo de derrotar las luchas que están en curso dividiendo con su discurso xenófobo y nacionalista. Este crecimiento de la derecha se debe en gran parte al abandono de la denuncia y el rechazo a la UE por parte de la izquierda reformista.
Por eso desde hoy mismo debemos apoyar la lucha en el Reino Unido contra los ajustes y las privatizaciones. La lucha de las profesoras, de los estudiantes, de los funcionarios, de los estibadores. El gobierno de Camerón cayó, debemos luchar para dar el golpe final y derrotar los planes de austeridad aplicado por el Partido Conservador al mismo tiempo que debemos denunciar con todas nuestra fuerzas al UKIP y a todas las variantes de derecha que con o sin UE van a gobernar para los ricos y reprimir la lucha obrera.
Aprovechar la crisis de los de arriba para fortalecer la movilización
Ante esta situación nueva que se abre los trabajadores/as debemos sacar conclusiones. La primera es que se demuestra una vez más que es mentira lo que nos quieren hacer creer de que no hay salida fuera de la UE y el Euro. Como estuvo a punto de hacerlo Grecia y ahora Inglaterra, es posible y es legítimo romper con la UE.
La segunda es que no hay posibilidad de salir de la crisis en los marcos de esta UE.
En cuanto a la cuestión nacional, el anuncio de referéndum en Escocia vuelve a poner una vez más sobre la mesa el derecho de los pueblos a decidir su futuro. En cuanto a los ajustes nos dicen que hay que hacer recortes y que no vivamos por encima de nuestras posibilidades, pero ellos ya están diciendo que van a inyectar cerca de 250.000 millones para garantizar la estabilidad en los mercados. Como lo suelen hacer, nos sacan el dinero público para rescatar a los grandes capitalistas, banqueros y especuladores.
Debemos salir del Euro y romper con la UE
En Corriente Roja y la LIT-CI pensamos que no hay salida para los/as trabajadores/as dentro de la UE. La crisis que provocó el Brexit, las movilizaciones en Francia o la crisis de los refugiados nos enseñan que debemos profundizar nuestra movilización y la lucha contra las políticas de austeridad y las reformas “estructurales” que nos imponen desde la UE capitalista.
NO debemos caer en el chantaje de que no hay salida fuera del Euro y la UE y que sólo nos queda conformarnos con lo menos malo o aguantar. Como se demostró con el “Brexit” es posible y necesario salirnos del Euro y romper con la Europa del capital; y cuanto antes lo hagamos mejor.
Debemos construir la ruptura siendo conscientes que la salida no es por si sola una solución si no va acompañada de medidas de calado como son la expropiación de la banca y las empresas claves, la puesta en marcha de planes de obras públicas para crear empleo, del reparto de las horas de trabajo sin rebaja salarial, el control del movimiento de los capitales y del comercio, el derecho de autodeterminación o el no pago de la deuda. Y siendo conscientes también que todas estas medidas nunca vendrán de los partidos que defienden este régimen y este sistema capitalista.
Sólo un gobierno obrero y popular podrá llevarlas a cabo, extendiendo y unificando la lucha con todos los/las trabajadores/as y pueblos de Europa, en la perspectiva de una Europa de las trabajadores y el pueblo, socialista y unida.