Hablamos con Paola García, una joven catalana, candidata y militante de Corriente Roja, participante activa en el referéndum del 1 de octubre. Ha estado muchos años en el movimiento estudiantil y actualmente forma parte de varios movimientos sociales en Sabadell.¿Qué pensáis sobre el juicio a los presos políticos catalanes?
Es un juicio farsa en el que se han construido las inculpaciones a su conveniencia para imponer un castigo ejemplar. Pedro Sánchez dice que es un juicio justo y que demuestra que la democracia española funciona. Pero lo único que muestra el juicio es que la independencia judicial es una parodia y que la sentencia ya está escrita.
¿Defendéis la libertad de los presos políticos?
Por supuesto, defendemos su libertad inmediata e incondicional y la vuelta de los exiliados. Nadie que se reclame de la democracia puede estar en contra de esta exigencia elemental.
En realidad, lo que juzga el Supremo no es simplemente la libertad y los derechos civiles y políticos de los dirigentes independentistas. A quien de verdad están juzgando es a los 2,3 millones de catalanes que, desafiando una represión salvaje, fueron a votar el 1-O. A quien juzgan es al 80% de catalanes que están a favor de un referéndum para decidir. Defender a los presos es también rechazar la impunidad policial y repudiar la arbitrariedad del aparato judicial, que nunca rompió con el franquismo.
De la misma manera que defendemos a los presos, decimos que no los apoyamos políticamente para nada. El 1 de octubre estos dirigentes fueron ampliamente desbordados y si hubiera sido por ellos, según declaró Marta Rovira, habrían desconvocado el referéndum. Luego, cuando la victoria estuvo al alcance de la mano, renunciaron a ella y dejaron tirada a su propia gente. Ahora, combinan un discurso independentista con una política de conciliación con el régimen, mientras gobiernan respetando estrictamente la constitución monárquica y los intereses patronales.
Estáis por la unidad de la clase trabajadora y por una unión libre de repúblicas. ¿Por qué lucháis por el derecho a decidir?
Precisamente por eso. L@s trabajador@s no nos podemos unir en base a la imposición. Sólo podemos hacerlo en base al respeto común a la voluntad democrática libremente expresada por cada pueblo. Queremos la unión, pero no una unión forzada sino libre y voluntaria, una unión libre de repúblicas.
Los que quieren la unidad a la fuerza y mano dura contra Catalunya son el trío de Colón. Y, a su estilo, Pedro Sánchez, que habla de «diálogo» pero jura que nunca permitirá un referéndum de autodeterminación.
El referéndum es un derecho de los pueblos, es como si una mujer se quiere separar de su marido. El derecho al divorcio no puede depender de si el marido le da permiso para separarse. De la misma forma, si Catalunya quiere decidir, no puede depender para ello del permiso del Estado. Aquí es donde Podemos se equivoca, porque condiciona el referéndum al consentimiento del régimen, sometiéndose a Sánchez. La monarquía nunca va a permitir el derecho a decidir.
¿Pensáis que la clase trabajadora estamos a la altura en esta batalla?
La verdad es que no. Pero hay que añadir que la responsabilidad central recae sobre la izquierda oficial y los dirigentes sindicales, que se han alineado con la monarquía contra el derecho a decidir. Hay otros que nos dicen que esto es un problema ajeno a l@s trabajador@s.
Pero somos l@s trabajador@s conscientes quienes tenemos que tomar esta lucha en nuestras manos. Es en nuestro interés como clase trabajadora. Además, solo así podremos quitarnos de encima este régimen monárquico al servicio de la gran patronal y la banca.
¿Qué tiene que ver todo esto con la Unión Europea (UE)?
Por desgracia, todo. Si el gobierno y la monarquía han podido reprimir y negar una y otra vez el derecho a decidir a Cataluña es porque cuentan con el apoyo y consentimiento de la UE.
La UE no solo es una máquina de guerra social contra l@s trabajador@s, sino también contra los pueblos europeos, porque no reconoce sus derechos y se asienta en la estabilidad e integridad territorial de los Estados que la componen. La UE siempre estará del lado de la monarquía en esta batalla.