¡Por un 1° de Mayo de lucha! ¡Contra todos los gobiernos! ¡En defensa de una revolución socialista!
Hace 132 años la burguesía norteamericana condenó a la muerte a obreros que luchaban por una jornada menor de trabajo. El movimiento obrero transformó el 1° de Mayo en una referencia internacional de lucha contra la burguesía.
Declaración de la LIT-CI
Las burocracias sindicales y los partidos reformistas buscan transformar esa fecha en su opuesto, en un día de confraternización con la burguesía y sus gobiernos. ¡Nosotros decimos no! Hoy existen cada vez más motivos para luchar contra la burguesía y sus agentes.
Los salarios vienen disminuyendo en términos reales en el mundo. Existe una precarización cada día mayor de los contratos de trabajo, con ataques a los derechos de vacaciones y jubilaciones. Los servicios públicos de salud y educación son desmantelados.
Los inmigrantes sufren con la opresión xenófoba de los gobiernos y con condiciones humillantes de trabajo. Hoy ya son mayoría en muchos sectores de los países imperialistas. Es necesario impedir que los gobiernos dividan a los trabajadores como un todo de los inmigrantes. Los inmigrantes no son los culpables del desempleo, y sí lo es la burguesía. Como dice la letra de la Internacional “Paz entre nosotros, guerra a los señores”.
El asesinato creciente de mujeres, la violencia policial brutal contra la juventud negra, el asesinato de LGBTs marcan lo cotidiano de todas las ciudades del mundo. La opresión nacional sigue profundizándose como se demuestra en Cataluña y Cachemira.
Existe una represión cada vez mayor de las luchas, con la criminalización de los movimientos sociales y la persecución a sus dirigentes, como el asesinato de Marielle [Franco] en el Brasil y la persecución a Sebastián Romero en la Argentina.
El telón de fondo de esta situación es que las grandes empresas multinacionales quieren imponer a los trabajadores un retroceso en conquistas de 150 años, para pagar los costos de la crisis económica abierta en 2007-2009. Para eso, gobiernos burgueses de derecha y de “izquierda” aplican planes cada vez más duros y reprimen cada vez más a los trabajadores.
No hay qué conmemorar sobre la situación de los trabajadores. Pero existen luchas importantes de los trabajadores contra esa misma situación. En el mundo todo crecen los ejemplos de huelgas importantes, huelgas generales, grandes movilizaciones en las calles e incluso insurrecciones populares contra esa situación.
Existe una verdadera guerra social de las multinacionales contra los trabajadores. Solo no existe una guerra mayor de los trabajadores contra la burguesía porque los partidos reformistas y las burocracias sindicales son aliadas de los gobiernos burgueses.
El 1° de Mayo de 2018 se da en un momento de polarización de la lucha de clases y de inestabilidad política creciente en todo el mundo. Y es necesario que sea un día de afirmación de la lucha de los trabajadores y de su independencia de la burguesía.
¡Trump es la verdadera cara del imperialismo!
El gobierno imperialista tiene la cara de la ultraderecha xenófoba, racista, machista y LGBTfóbica de Trump. La cara más visible del imperialismo es la de ese gobierno que ataca a los inmigrantes, quiere destruir los sindicatos en Estados Unidos, apoya la transferencia de la capital israelí para Jerusalén en una clara provocación contra los palestinos.
Ahora Trump hizo una ataque militar contra la dictadura de Assad en Siria, avisando antes a Putin y al propio Assad. Nosotros repudiamos ese ataque imperialista. Nada bueno vendrá del imperialismo. Trump solo hace ese juego militar de escena para participar en mejores condiciones de las negociaciones con Assad. Son los propios sirios los que deben derrocar la dictadura genocida de Assad.
Pero el peso del imperialismo no se resume a Trump. La Unión Europea es otro pilar del imperialismo mundial, que intenta presentarse como una versión “democrática” pero es la base de la imposición del imperialismo alemán sobre los pueblos de Europa y del mundo.
El imperialismo también se expresa en los planes de austeridad impuestos por todos los gobiernos del mundo al servicio de las multinacionales. El mundo vive una intensificación impresionante de la explotación, al servicio de algunos monopolios internacionales. La pobreza se extiende a niveles nunca vistos.
Ninguna confianza en los gobiernos burgueses, de derecha o de “izquierda”
La polarización mundial de la lucha de clases se expresa en gobiernos de los partidos de derecha, como Trump, Macron (Francia), May (Inglaterra), Rajoy (Estado español), Macri (Argentina), Temer (Brasil), Santos (Colombia), Juan Orlando Hernández (Honduras), Modi (India), Abbasi (Pakistán), y muchos otros. Son gobiernos identificados por los trabajadores como sus enemigos, por todos los ataques durísimos ya hechos.
Pero los trabajadores no pueden dejarse engañar con los gobiernos burgueses de “izquierda” que aplican los mismos planes neoliberales del imperialismo. Fueron así los gobiernos del PT (Brasil) como son así los gobiernos de Maduro (Venezuela), Evo Morales (Bolivia), Cerém (Farabundo Martí de El Salvador), Ramaphosa (CNA, África del Sur), Costa (PS, Portugal). Ellos usan el peso que siguen teniendo entre los trabajadores para impedir las luchas y aplicar los planes neoliberales.
El gobierno Ortega de Nicaragua intentó imponer una reforma en la previsión semejante a la de los otros gobiernos burgueses y con la misma brutal represión, matando a 25 personas.
El gobierno Maduro en Venezuela, apoyado por gran parte de los partidos reformistas en todo el mundo, es un símbolo de esa “izquierda” decadente. Se trata de una dictadura burguesa corrupta, que solo enfrenta verbalmente al imperialismo pero mantiene las multinacionales en la explotación conjunta del petróleo. En Venezuela existe una brutal crisis económica, después de casi 20 años con el chavismo en el poder. Una nueva burguesía surgida del chavismo –la boliburguesía– disfruta una vida lujosa mientras los trabajadores ganan un salario mínimo que equivale a un dólar por mes.
Los trabajadores no pueden engañarse con la falsa polarización “izquierda versus derecha”. La polarización real es entre el ataque del imperialismo apoyado en los gobiernos de todo el mundo y la reacción de los trabajadores. Queremos unir a los trabajadores en sus luchas contra los gobiernos burgueses, y no componer bloques con sectores burgueses que imponen los mismos planes económicos.
La polarización de la lucha de clases también está llevando al desarrollo de grupos fascistas, como en Charlottesville y Berkeley en los Estados Unidos, en el ataque a los dalits en la India, y en varias partes de Europa. Los fascistas son diferentes de la ultraderecha porque defienden la utilización de métodos de guerra civil de represión contra los trabajadores, la prohibición de los sindicatos y de los partidos obreros. El fascismo exige una reacción a la altura, con enfrentamiento directo en las calles contra los fascistas para evitar que crezcan, como se hizo en Charlottesville y Berkeley.
Por eso no puede aceptarse la vieja maniobra del estalinismo (hoy aceptada por gran parte de la “izquierda” del mundo) de llamar a un “frente antifascista” contra los gobiernos de la derecha para justificar un frente electoral con los mismos partidos reformistas que estuvieron o están en los gobiernos burgueses de “izquierda”, con los mismos vicios de autoritarismo y corrupción.
Este 1° de Mayo queremos hacer un llamado a una amplia unidad de acción, pero en la lucha directa de los trabajadores contra todos los ataques de los gobiernos burgueses, sean de derecha o de “izquierda”. Y, al mismo tiempo, para que la lucha de los trabajadores avance, queremos también desenmascarar a los defensores de la unidad política con sectores de la burguesía. Queremos desenmascarar a los partidos reformistas y a las burocracia sindicales, que solo sirven para dividir a los que quieren realmente luchar.
Es necesario construir nuevas direcciones
Las burocracias sindicales aliadas a los patrones y corruptas cumplen el mismo papel. Obstaculizan las movilizaciones de los trabajadores, siendo en realidad aliadas de la burguesía. Para luchar contra la burguesía y sus gobiernos, es necesario movilizar también a la base para rebelarse contra esas burocracias, como ya está ocurriendo en muchos lugares del mundo.
Por eso, las luchas están generando nuevas direcciones para los sindicatos y nuevos organismos de lucha como la CSP-Conlutas (Brasil), que agrupa cerca de 200 sindicatos. En el Paraguay, existe el Frente Sindical y Social que agrupa a sindicatos combativos como Electricistas, y al movimiento popular. En la Argentina comenzaron a desarrollarse en las regiones las Coordinadoras de Lucha contra las reformas. En Costa Rica surgió el Sitrasep que es el único sindicato de los trabajadores privados, con una postura combativa y clasista. En El Salvador surgió la Coordinadora, que agrupa 12 sindicatos en un polo de luchas. No Austerity en Italia es hoy una referencia de las luchas que existen, como la gran huelga de los profesores por la base. En el Estado español, Cobas-Madrid une el sindicalismo contra las burocracias de la UGT y de CCOO. Existen procesos semejantes naciendo en Francia (Frente Social), en los EEUU (WSAN), y otros lugares. La Red Sindical Internacional de Solidaridad y Luchas es un polo para agrupar el sindicalismo alternativo de todo el mundo.
Los partidos reformistas solo presentan a los trabajadores las mismas fórmulas ya usadas de buscar pequeñas reformas (cada vez menores), mantener el capitalismo, y encaminar todo a las elecciones burguesas. Eso ya fue testado, y los resultados son los mismos. Los partidos de la socialdemocracia en Europa ayudaron a aplicar desde el gobierno o en la oposición los planes neoliberales en el continente. Ahora es la vez del nuevo reformismo de Syriza para hacer lo mismo en Grecia. El gobierno del PS, PC y Bloco de Esqueda en Portugal está siendo apoyado por todos los partidos reformistas del mundo. Es presentado como una “novedad” incluso manteniendo todos los puntos esenciales de los planes neoliberales de los gobiernos anteriores, con el pretexto de no hacer nuevos ataques. Los gobiernos del PT en el Brasil garantizaron ganancias récords a los bancos y multinacionales y fueron aplaudidos por el imperialismo, hasta que el PT perdió su base entre los trabajadores. Así fueron los gobiernos del kirchnerismo en Argentina, del Farabundo Martí en El Salvador, de la CNA en África del Sur. El resultado es el mismo: planes neoliberales, represión y corrupción.
¡Basta de más de lo mismo! Es necesario apuntar hacia una revolución socialista. Ese es el nuevo camino que surge de la crisis económica, de la polarización de la lucha de clases y de la crisis del reformismo. Algunos dirán que eso es una utopía. No lo es. Eso es ser realista. Utopía es pensar que es posible mejorar la vida de los trabajadores dentro del capitalismo.
Para avanzar hacia una revolución socialista es necesario construir partidos revolucionarios en cada país y una Internacional revolucionaria en todo el mundo.
¡Viva el 1° de Mayo, día internacional de lucha de los trabajadores!
¡Abajo los planes económicos de austeridad!
¡Todo apoyo a todas las luchas de los trabajadores en todo el mundo!
¡Proletarios del mundo, uníos!
¡En defensa de la revolución socialista!
Traducción: Natalia Estrada.