La crisis del COVID será la segunda crisis económica mundial que muchas vivamos, sin nisiquiera haber completado nuestros estudios o sin haber sido capaces de incorporarnos al mercado laboral dignamente. Ya contábamos con un antecedente, la crisis del 2008, que se tradujo en recortes millonarios a la educación pública y en varios hachazos a los derechos de los trabajadores, materializados en las dos reformas laborales de PP-PSOE.
L@s jóvenes no solo hemos sufrido la precariedad que se ha impuesto en el sistema educativo, condenándonos a much@s a ser mano de obra barata por no poder continuar estudiando. Además, cuando accedemos al mundo laboral, lo hacemos con más flexibilidad en los horarios y en los despidos, con derechos laborales a la baja y convenios de vergüenza. El fracaso escolar unido a la uberización de empresas como Glovo o Deliveroo, las desorbitadas matrículas universitarias unidas a los contratos de obra y servicio o al trabajo en negro, las prácticas trabajando gratis que se enlazan con trabajos a través de ETTs… A la juventud se nos ha impuesto un nuevo patrón de explotación que nos condena a la precariedad y la incertidumbre.
Hoy, en la situación excepcional que estamos atravesando, es más imprescindible que nunca que l@s jóvenes luchemos para garantizar nuestro futuro. El próximo curso es una incógnita para la mayoría de jóvenes: ¿qué pasará con los exámenes y la selectividad? ¿Podremos matricularnos? Si lo hacemos, ¿podremos pagar la matrícula? ¿Nos volverán a llamar del trabajo? ¿Encontraremos trabajo?
Necesitamos un plan de choque para que ningún joven se quede atrás, sea estudiante y/o trabajador. Hay que revertir los recortes y garantizar el derecho a la educación, una educación que ha de ser totalmente pública, gratuita, de calidad, laica e igualitaria; para que l@s estudiantes no nos veamos forzados/as a dejar de estudiar o a hacer malabares para pagar matrículas desorbitadas con salarios de miseria. Es imprescindible organizarnos para combatir los despidos y ERTE’s, exigir contrataciones dignas y acabar con la uberización y la temporalidad. La juventud trabajadora somos uno de los sectores que fue más golpeado por la crisis anterior. Esta vez, que sean los ricos, los grandes empresarios y banqueros los que paguen la crisis; porque no nos vamos a resignar a ser la juventud sin futuro.
Corriente Roja estamos convencidos y convencidas de que hay que organizar una revolución para poner por delante los intereses de la clase trabajadora, y que esa es la única forma de garantizar un futuro para los y las jóvenes.
Sabemos que hoy más que nunca necesitamos una juventud organizada dispuesta a luchar. Por eso, te llamamos a participar en el acto que realizaremos el sábado 6 de junio para discutir qué medidas necesitamos ante la realidad que vivimos y cómo conseguirlas. Será una charla/debate en directo a través de la cuenta de instagram de Corriente Roja en la que diferentes compañeras responderán y comentarán junto con la audiencia la realidad que vivimos las jóvenes, las medidas que necesitamos y cómo continuar la lucha en estos momentos.
Crecimos entre crisis: ¡caminos hacia la Revolución!