¿Contra la Europa del capital y los recortes o por la reforma de la UE?
La reunión de la coordinadora estatal de las Marchas de la Dignidad aprobó, en su reunión del 31 de enero de 2016, la convocatoria de una fuerte movilización descentralizada para el 28 de Mayo. Posteriormente, los días 20 y 21 de febrero, se celebraron unas jornadas en Madrid bajo el lema “Un Plan B para Europa contra la austeridad y por una revolución democrática”.
Por Antonio Rodríguez Carrillo, ex trabajador de UPS, miembro de Co.Bas y de Corriente Roja
Los asistentes a esas jornadas, entre los que se encontraban su impulsor principal, el ex ministro de Finanzas griego Yanis Varufakis y políticos como Alberto Garzón, Teresa Rodríguez y Mónica Oltra, participaron en diferentes charlas y talleres acerca de la “democratización” de la Unión Europea. Las jornadas acordaron impulsar una manifestación europea para el 28 de mayo contra la austeridad, haciendo oídos sordos y no teniendo en cuenta la coincidencia de esta convocatoria con la que anteriormente habían aprobado las Marchas de la Dignidad.
Las Marchas de la Dignidad resolvieron, en su reunión estatal del 31 de enero, aprobar una movilización para el 28 de mayo, tres semanas antes de que tuvieran lugar las Jornadas del Plan B, por lo tanto todo lo que ha ido sucediendo posteriormente, provoca cuanto menos, demasiadas dudas acerca de las razones e intenciones que se esconden y persiguen tras esa decisión de fijar la movilización en la misma fecha.
Si como se afirma por parte de algun@s integrantes del Plan B que han asistido a las reuniones conjuntas, “su intención nunca fue apoyarse en la iniciativa de las Marchas”, las formas no sólo no han sido las más adecuadas, sino que han sido muy desafortunadas y poco respetuosas, sobre todo cuando se escribe en una de las actas de las reuniones del Plan B que, de cara a la movilización del día 28, “las Marchas aportarán su capacidad organizativa, mientras que el Plan B aportará la parte mediática, lo que ellos denominan ‘los celebrities’».
Lamentablemente, lo ocurrido hasta la fecha ha provocado que la confusión y las dudas se hayan instalado dentro de las Marchas de la Dignidad y aunque a nivel estatal las Marchas han resuelto mantener la fecha del 28, en Madrid las posiciones están absolutamente divididas sobre la conveniencia o no de salir a la calle de manera conjunta las Marchas de la Dignidad y el Plan B.
Más allá de las cuestiones organizativas, la verdadera discusión está acerca del contenido y los objetivos que ha de ha de tener esa movilización. Aunque los integrantes del Plan B repitieron de manera incansable “que las reivindicaciones son las mismas”, los “programas muy similares” y por lo tanto no tendría ningún sentido no salir a la calle juntos el 28, la realidad nos demuestra que estamos hablando de proyectos absolutamente antagónicos y de programas que no tienen nada en común. Mientras el programa de las Marchas es un programa rupturista y de clase que plantea asuntos como Pan, Trabajo, Techo, Dignidad, el No Pago de la Deuda y la salida de la UE entre otros, el Plan B aboga por una “Rebelión democrática en Europa”, “Por una Europa con un rostro más humano”, además de plantear la construcción de gobiernos anti-austeridad en toda Europa.
La estrategia planteada por el Plan B no es otra que la de convertirse en última trinchera de defensa de la UE y el euro. Solo desde una supuesta “neutralidad” de la UE y el euro pueden los defensores del Plan B justificar la utopía reaccionaria de su “regeneración”. Es por ello que mantener la independencia de las Marchas y defender su programa frente a estos proyectos reformistas se torna más importante que nunca. Sobre todo en un momento donde más pronto que tarde vamos a tener que salir a la calle a enfrentar los nuevos recortes y las próximas reformas que se anuncian para seguir pagando la deuda, independiente de quien gobierne finalmente.
Corriente Roja hemos resuelto no participar en esta movilización, ya que, como tantas veces hemos denunciado, esta UE nos está conduciendo a una catástrofe social cada vez más profunda y porque además estamos convencidos de que no hay reforma posible. Además, coincidimos absolutamente con la decisión adoptada por el Bloque Combativo y de Clase cuando afirma que, «las Marchas de la Dignidad no pueden ser instrumentalizadas o manipuladas por los partidos políticos y los sindicatos del sistema» y cambiar el sentido de las Marchas como «movimiento basado en la movilización como eje central de la transformación social y no como un proceso de asalto a las instituciones».
Corriente Roja consideramos que participar en la movilización del 28 de mayo es dar apoyo a los mal llamados «gobiernos del cambio» y confundir a los activistas que es posible transformar esta terrible arma de guerra social en que se ha convertido la UE. Justo en un momento donde la UE muestra su papel más canalla y sus autoridades practican el terrorismo de estado, oficial, contra los refugiados. Entendemos por tanto que la única solución es romper con ella y que l@s trabajador@s tomen definitivamente las riendas para lograr entre tod@s una Europa unida de los trabajador@s y los pueblos. En esta lucha si estaremos en la calle.