2015 se saldó con 56 mujeres muertas. De ellas sólo el 23,2% había denunciado. El 12,5% de mujeres mayores de 16 años ha sufrido violencia física o sexual de sus parejas o exparejas a lo largo de su vida y siete de cada diez nunca lo ha denunciado según una Macroencuesta del gobierno sobre violencia contra la mujer, realizada en 2015.El 63,3% de las que tienen hij@s declaran que éstos lo presenciaron o escucharon y el 64,2% de ellos sufrieron también violencia.
Por Área de Mujer de Corriente Roja
La violencia machista es intrínseca al sistema capitalista
Los feminicidios son consecuencia de la conflictividad social que provoca este modelo económico injusto y de una cultura machista de siglos, que considera que la mujer es inferior y que siempre necesita a un hombre que le diga qué hacer.
Y quien no entiende esto, no entiende nada. O lo oculta deliberadamente como hace Ciudadanos, que pretende modificar la Ley integral contra la violencia de género para acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo que se utiliza en los casos de lesiones o amenazas, lo que le costó numerosas críticas durante la campaña.
El machismo es una de las patas en las que se apoya el capitalismo, ya que el trabajo doméstico y de cuidados gratuito que hacen las mujeres, le permite ahorrarse muchísimo dinero en salarios diferidos. Es uno de los mecanismos que utilizan para imponer salarios a la baja, dividir y debilitar a la clase trabajadora, creando condiciones laborales distintas entre hombres y mujeres.
Para combatir la violencia machista, enfrentar los planes de ajuste
Aunque el PP intentó “colar” un vídeo durante la campaña electoral, sobre los logros de su gobierno en materia de violencia de género, que puso en pie de guerra a más de 30 organizaciones feministas, la realidad es que el recorte en el programa específico de prevención durante su mandato, ascendió a un 26% desde 2011.
Para 2016 presupuestaron 25,2 millones de euros, un 6,32% más que en 2015. Una cifra, alejada de los 32,4 millones destinados hace cuatro años. Esto además del tijeretazo que ha sufrido la partida dedicada a igualdad, de un 40% respecto a 2011 y de que los centros de atención, apoyo y acogida municipales van a enfrentarse a una falta de financiación aun mayor, con la reforma de la Ley de bases de régimen local.
A pesar de su “palabrería” a favor de la prevención y por la igualdad, las mujeres trabajadoras no podemos esperar nada del PPSOE ni de Ciudadanos, que con sus políticas van a seguir degradando nuestras condiciones materiales de vida. Es ahí y en el poco apoyo social que perciben, donde tenemos que encontrar las causas por la que tan pocas mujeres denuncian, con un sistema judicial que además está colapsado.
Tampoco Podemos, cuyo discurso cada vez se parece más al del PSOE, quiere ir hasta el final en la lucha por viviendas sociales, empleo digno o educación, sanidad y servicios sociales 100% públicos, ya que esto significa enfrentarse a la clase empresarial, a la UE y la Troika. Pero para escapar de la violencia machista, las mujeres necesitamos vivienda para no tener que vivir con nuestro agresor, necesitamos independencia económica y que sea el Estado quien se responsabilice del cuidado de nuestr@s hij@s y de las personas mayores, enfermas y dependientes que nos rodean.
Y por supuesto necesitamos campañas de sensibilización social para acabar con esta lacra social y más recursos para proteger y atender de forma inmediata a quienes la sufren. Para rescatar a los bancos sí hubo montañas de dinero, pero no para políticas sociales ni para aplicar la ley ni lo va a haber mientras sigamos pagando la deuda y esta siga siendo una prioridad, lo que ni PP, ni PSOE, ni CIUDADANOS ni tampoco ya PODEMOS cuestionan.
Tras las elecciones, ¡Organizarse y retomar las calles!
A la vez que exigimos a l@s parlamentarios, que cumplan con aquello que prometieron, es necesario organizarnos desde abajo. Ni la clase trabajadora ni las mujeres dentro de esta podemos esperar nada del nuevo gobierno que salga de la actual aritmética parlamentaria, ya que será como el anterior, un gobierno al servicio de la Troika y la patronal.
Son las organizaciones obreras y populares quienes tienen que denunciar la violencia machista y la falta de recursos ante la misma, combatiendo en primer lugar el machismo dentro de sus filas. En cada barrio, en cada centro de estudio o trabajo donde sepamos que una mujer esté siendo víctima de opresión o violencia machista, hay que crear redes de defensa, apoyo y solidaridad.
Para lograr estos objetivos y luchar por un mundo nuevo sin opresión ni explotación de ningún tipo, te llamamos a ti, mujer trabajadora, desempleada, estudiante o jubilada, a construir con nosotras y nosotros Corriente Roja.