El gobierno del PP no tiene ninguna duda, “público es servicio y privado beneficio”, y tiene prisa por privatizar todo lo que sea susceptible de dar beneficios; no les llega con desmantelar la sanidad, la educación o las pensiones públicas, tambien quiere hacerlo con la cultura, en un estado donde no sobran espacios culturales para la población.
Los trabajadores y trabajadoras del Teatro de la Zarzuela sito en Madrid están en lucha contra su paso a la gestión de una Fundación, la que gestiona el Teatro Real, también sito en Madrid en un plan que denuncian, es el desmantelamiento progresivo del Instituto “Nacional” de las Artes Escénicas y Música (INAEM).
Esto significaría a medio plazo que ambos teatros se financiarían con dinero privado… y ya se sabe; “el que paga, manda”, y en la empresa privada los beneficios son incompatibles con puestos de trabajo de calidad, estables. Para saberlo, por muchos eufemismos que inventen desde el gobierno, no hay más que referirse a absolutamente todas las privatizaciones de servicios públicos que desde hace años, venimos sufriendo: la calidad de los puestos de trabajo retroceden décadas en el momento en el que caen en manos de la empresa privada, y este caso no sería distinto; para que ellos aumenten su beneficio tienen que disminuir nuestros derechos y salarios.
Esto es lo que, con toda razón, temen los trabajadores y trabajadoras del Teatro de la Zarzuela, que haya un retroceso en las condiciones laborales y una pérdida de puestos de trabajo, al “solaparse” con los del Teatro Real. Por ello, todo nuestro apoyo a su lucha contra la privatización del Teatro de la Zarzuela y contra el desmantelamiento del INAEM.
Esta lucha tiene otro componente, como servicio público que es: el de los usuarios y usuarias, que verán dificultado y encarecido su acceso a la cultura, a la creación artística. Veamos la diferencia en precios entre un teatro público y otro en gestión privada: una entrada para el concierto de ElinaGaranca en la Zarzuela cuesta 30€; uno similar en el Real 200€. La entrada más cara para una zarzuela son 44€, mientras que en el Real son 390€.
El modelo cultural que el PP quiere para el pueblo es el de Belén Esteban, el de la «apología de la ignorancia», que vive del saqueo de las cuentas del estado; mientras que reservan para los suyos, de manera elitista, el acceso a la “cultura culta”. Porque si algo está claro, como sucede ahora ya con el Teatro Real, si el de la Zarzuela pasa a manos de esa Fundación, los precios se dispararán impidiendo, en los hechos, que la población trabajadora pueda acceder a las representaciones musicales.
El modelo cultural que hay que defender es aquel en que el Estado pone a disposición de la población trabajadora sin limitación estética ninguna, no solo el acceso a precios asequibles a todas las manifestaciones artísticas, plásticas, musicales o literarias, sino también los medios materiales que permitan a los individuos que lo deseen ser parte activa de esa creación artística. El rechazo a la privatización del Teatro de la Zarzuela va ligado a la nacionalización de todos los medios que permitan avanzar en ese camino, su puesta bajo control de los trabajadores y trabajadoras del sector, unidos a los usuarios y usuarias.
Esto significa también, combatir la estructura centralista del INAEM, de sus teatros concentrados fundamentalmente en Madrid, que pagan a partes iguales toda la población del Estado Español como si todos vivieran alrededor de la capital. Es obvio que los teatros como edificios son inamovibles, pero las compañías si pueden moverse; para ello hay que fomentar la creación de compañías colectivas que permitan que en cualquier parte del Estado se pueda acceder al mismo nivel cultural que el que tiene la “suerte” de nacer o vivir en la capital. “La Barraca” de García Lorca, el poeta maldito y todavía desparecido, es un ejemplo de cómo cultura de alto nivel llegaba a cualquier ciudadano o ciudadana del Estado Español.
Pero esta concepción colectiva de la creación artística también es despreciada por los de “público es servicio y privado es beneficio”. Toda su ambición es tener cuatro divos, que cobran y viven como grandes empresarios, y miles de profesionales de todas las ramas artísticas o bien emigrando, o bien vegetando precarizados hasta el infinito. Su modelo individualista de la creación artística, y la apropiación privada de las obras como las colecciones privadas que solo sirven para ocultar beneficios y especular, es lo opuesto por el vértice a una cultura al servicio del pueblo trabajador, y destruye fuerzas creativas de la sociedad.
Por último, no es casualidad que a lo largo de los últimos meses hayamos observado cómo distintos sectores de trabajadores se han puesto en lucha (Amazon, Titanlux, Kellys, SAD y un largo etc…). Esto es debido a un aumento de la precariedad causado por una reforma laboral, que igual que las privatizaciones, no tiene otro objetivo que el pago de una deuda ilegítima a través del ataque a las condiciones económicas de la clase trabajadora. Es por ello que hacemos un llamamiento a todos los trabajadores y trabajadoras a que unamos nuestras luchas para frenar conjunta y unificadamente los ataques que recibimos. La lucha es el único camino.
En contra de la mercantilización del arte: Todo el apoyo a la lucha de los trabajadores y trabajadoras del Teatro de la Zarzuela.
POR UNA CULTURA POR Y PARA EL PUEBLO TRABAJADOR
POR UNAS CONDICIONES DIGNAS PARA LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS DE LA CULTURA