El próximo 28 de junio es el día del Orgullo LGTBIQ+, día histórico de lucha para el colectivo en todo el mundo. Actualmente las empresas y gobiernos a su servicio utilizan el “Pride” como un producto más para aumentar sus beneficios, tal y como se refleja en las carrozas de los desfiles patrocinadas por empresas privadas cuyo único objetivo es su propio lavado de imagen y la despolitización de esta jornada de lucha.

Por: Corriente Roja

Sin embargo, esta fecha empezó a conmemorarse a raíz de los disturbios de Stonewall, una serie de protestas que hubo en la noche del 28 de junio de 1969 en Nueva York, en las que personas LGTBIQ+ decidieron dar respuesta a las agresiones y acoso policial que sufrían día tras día en los bares y locales frecuentados por el colectivo. Una violencia indiscriminada que se sumaba a la persecución que sufrían en Estados Unidos (y en todo e mundo) lesbianas, gays, trans y todas las personas del colectivo, siendo despedidos, multados e incluso detenidos por mostrarse libremente. Estas protestas iniciaron en todo el mundo un grito de rabia y fue un llamado a la autoorganización de un colectivo históricamente marginado y discriminado.

¡La lucha por los derechos de las personas LGTBIQ+ es más necesaria que nunca!

El Orgullo LGTBIQ+ de este año se enmarca en un panorama especialmente desolador para la clase trabajadora mundial: el genocidio del pueblo palestino, la emergencia climática o la pobreza y precarización del trabajo son solo algunos ejemplos a la orden del día.

En este contexto el colectivo LGTBIQ+ somos especialmente vulnerables. La gran mayoría de las personas LGTBIQ+ somos clase trabajadora y sufrimos junto a nuestros compañeros/as de clase todos los ataques de las empresas y gobiernos a su servicio: la temporalidad y precariedad en el trabajo, los desahucios, los recortes en los servicios públicos o la subida de los precios. También la población LGTBIQ+ palestina sufre el genocidio sionista.

Y a la vez, solo por el hecho de ser LGTBIQ+ experimentamos formas concretas de opresión y discriminación. Todo ello se expresa en las especiales dificultades que tenemos para acceder al mercado laboral o vivienda en alquiler, con procesos de selección que nos descartan por nuestra identidad, especialmente a las personas trans, lo cual nos relega a trabajos precarios (habitualmente en sectores feminizados). Esta violencia escala hasta las más brutales palizas, tal y como hemos visto en los últimos meses en el aumento de las agresiones LGTBIfóbicas.

¡El estado genocida de Israel no es aliado del colectivo LGTBI! ¡Palestina libre del Río al Mar!

En los últimos años, Israel ha llevado a cabo una campaña internacional, apoyada por las grandes potencias imperialistas, para blanquear el genocidio y régimen de apartheid impuesto al pueblo palestino, apareciendo ante el mundo como un “Estado moderno” defensor de los derechos del colectivo LGTBI y las mujeres, frente a la imagen racista y reduccionista de “los musulmanes retrógrados”.

Nos sumamos al grito de protesta de las trabajadoras LGTBIQ+ de todo el mundo: ¡No en nuestro nombre! Israel nunca será un aliado del colectivo, porque es un estado genocida y opresor que busca la limpieza étnica del pueblo palestino, del que también forman parte personas LGTBIQ+. No podemos olvidar que la extrema derecha europea, que arremete contra el colectivo en nuestro continente, se ha mostrado ferviente defensora del genocida Netanyahu y su ofensiva exterminadora desde el 7 de octubre de 2023.

Nadie es libre hasta que todes seamos libres, y esto pasa por la liberación de Palestina, cuya premisa indispensable es la destrucción del Estado genocida de Israel para la construcción de una Palestina laica, democrática y no racista, del Río Jordán al Mar Mediterráneo, que priorice el retorno de todes les palestines expulsades de sus tierras (5 millones aproximadamente).

Por ello, el Orgullo de este año debe ir necesariamente ligado a la exigencia al Gobierno central de romper totalmente relaciones con Israel, detener inmediatamente el envío de armas, y luchar por una Palestina libre.

Aumenta la ultraderecha en Europa, ¿qué ha pasado? 

Los resultados de las elecciones europeas expresan un problema social que lleva años fraguándose en la política institucional y cala en el seno de la clase trabajadora: la desafección política y el aumento de la extrema derecha. Si bien aumentó la presencia de las formaciones de extrema derecha en el Parlamento Europeo (de un 18,4% a un 25%), lo que ganó en las elecciones fue la abstención, de casi un 51% en el Estado español.

Es necesario entender ambos fenómenos, la desafección política y el aumento de la ultraderecha, como dos caras de la misma moneda. Es falso que la gente reproduce las ideologías LGTBIfóbicas y de la ultraderecha porque “no saben votar”. La clase trabajadora deja de confiar en la “izquierda” que se abandera de los relatos progresistas, que utiliza al colectivo LGTBIQ+ como reclamo electoral, porque sus gobiernos empeoran las condiciones de vida del conjunto de la clase trabajadora mientras nos insisten en la mentira que con ellos “todo va mejor”.

Este fenómeno se expresa claramente en el fenómeno electoral de “Se Acabó la Fiesta”, el proyecto de ultraderecha capitaneado por Alvise y que ha aparecido en estas elecciones por primera vez, ganando 800.000 electores a pesar de que VOX ha aumentado 300.000 en relación con las de 2019 (aunque pierde 500.000 en relación a las últimas generales, donde hubo la mitad de abstención).Alvise ha calado principalmente en sectores de juventud, especialmente en las comunidades más pobres y con mayor migración (Canarias, Murcia o Andalucía). Una juventud que ante la falta de perspectiva de futuro (trabajos precarios, alquileres abusivos) se agarra como a un clavo ardiendo al proteccionismo del nacionalismo racista, machista y LGTBIfóbico.

Entre el 2014 y el 2023 el alquiler medio aumentó el 46,1%, y por el contrario el salario real medio solo creció un 5,37%. El gobierno, por su parte, dice prohibir los desahucios mientras los sigue ejecutando y aprueba una ley de vivienda que no obliga a regular los precios del alquiler, ni los pisos turísticos; mientras, vía Ley Mordaza, que se niegan a derogar, reprimen a movimientos sociales como las PAHCs. ¿Cómo van a sentirse apelados los sectores más pobres de la sociedad a votar un gobierno que miente de forma tan descarada a costa de nuestras condiciones de vida?

Aprovechando esta farsa es donde los partidos de ultraderecha entran, prometiendo una salida a la clase trabajadora, atacando a los sectores más oprimidos de la sociedad y culpándonos a nosotres de la crisis y la miseria, como si no la sufriéramos de primera mano. Desviando el foco de quién es realmente el culpable: la clase capitalista y su sed insaciable de beneficio. (si no lo veis se puede quitar)

¡Hay que combatir toda opresión! ¡Contra la LGTBIfobia y el genocidio en Palestina!

Les oprimides de clase trabajadora, necesitamos, junto al resto de nuestra clase, construir un bloque propio para luchar por nuestros derechos. No podemos resignarnos a votar cada tanto en tanto a partidos que no sólo no resuelven la raíz del problema, la desigualdad social, que es caldo de cultivo de las ideologías reaccionarias, sino que también alimentan de forma directa la barbarie, como el genocidio en Palestina, ya que gobiernan para las grandes empresas, incluidas las que tienen intereses en Israel.

Necesitamos construir un Orgullo de clase y combativo que integre las reivindicaciones concretas que nos afectan como colectivo LGTBIQ+, al calor de la lucha unitaria por un programa que dé respuesta a las necesidades del conjunto de nuestra clase:

  • ¡Ruptura de las relaciones comerciales y diplomáticas con Israel! ¡No al “lavado rosa” de Israel! ¡No en nuestro nombre!
  • Basta de impunidad a las agresiones LGTBIfóbicas, depuración de jueces y juezas machistas y franquistas del sistema judicial.
  • Reversión de los recortes y aumento de la inversión en educación y sanidad públicas, y recursos y formación para los profesionales que atienden al colectivo.
  • Educación sexual, inclusiva y de calidad. ¡Fuera la Iglesia católica de nuestras aulas!
  • ¡Prohibición de los EREs! Reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario, reparto del trabajo con cuota laboral LGTBIQ+
  • Prohibición de los desahucios, expropiación de los grandes propietarios para garantizar un parque de vivienda pública.

Desde Corriente Roja queremos seguir construyendo este programa, en unidad de acción con los sindicatos alternativos como Co.bas, desde nuestros centros de trabajo y estudio y los movimientos sociales de los que participamos, para ofrecer una alternativa real a los colectivos oprimidos. Os animamos a construir un Orgullo de clase y combativo junto a nosotres, empezando por las movilizaciones de este mes, para que dejemos de ser, por una parte, el reclamo electoral de partidos capitalistas “progresistas” y por otra, el chivo expiatorio de la ultraderecha. Un programa de salida para que, junto al resto de nuestra clase, la clase trabajadora, podamos acabar definitivamente con la desigualdad social de la que se alimenta la LGTBIfobia y la barbarie capitalista que asola a nuestra clase.