El pasado 27-S fue un gran día de lucha a nivel internacional. En el Estado Español, las manifestaciones movilizaron a cientos de miles a lo largo y ancho de todo el territorio. La huelga estudiantil tuvo un fuerte seguimiento en secundaria y bachillerato.
La lucha en defensa del planeta refleja la indignación y frustración de miles de jóvenes ante la situación de crisis ambiental, provocada por el descontrolado sistema de producción capitalista, con la permanente colaboración de los gobiernos a su servicio. Esta lucha se hace cada vez más imprescindible: escribimos esto en medio de una ola de calor en pleno octubre, con la sequía ya asomando.
En Corriente Roja celebramos el salto dado por las movilizaciones sobre este problema y estamos convencid@s de que hay que seguir la pelea. Para continuar con éxito se hace imprescindible la construcción de un movimiento que, respaldado en la mayoría de l@s estudiantes, haga suyas una serie de reivindicaciones exigiendo a todos los gobiernos, sean de la ideología que sean, medidas reales e inmediatas para ponerle freno a la crisis ambiental.
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Los y las jóvenes y estudiantes tenemos que pelear junto con l@s trabajador@s y el movimiento obrero. Si el problema radica en la forma de producción y son l@s trabajador@s los que producen, son ell@s los únicos que pueden tomar el control de la producción. Solamente planificando la economía y produciendo en base a las necesidades de la mayoría será posible poner freno al desastre ambiental.
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Es necesario abrir un debate sobre qué medidas concretas, no solo económicas y políticas, sino también sociales, hacen falta para que este cambio de modelo productivo no sólo no nos afecte a la juventud y a la clase trabajadora, sino que suponga una mejoría en nuestras condiciones de vida a la vez que evitamos nuestra propia extinción. Por ello, tenemos que exigir que la llamada “transición ecológica” no suponga ni una sola pérdida de puestos de trabajo. ¡L@s trabajador@s no vamos a pagar la crisis de los capitalistas!
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La construcción de este movimiento debe ser desde las clases y los centros de estudio, de forma que implique a la mayoría social más precaria y empobrecida. La preparación de las convocatorias de huelgas y movilizaciones tiene que ser democrática y colectiva, decidida y debatida implicando a la mayoría de nuestr@s compañer@s de centros de trabajo y estudio. Sólo con un movimiento masivo y organizado podremos enfrentar a las grandes empresas y gobiernos cómplices que solo se preocupan por su beneficio y expolian la tierra a la vez que precarizan y destruyen nuestras vidas.
Hacemos un llamado a tod@s l@s activistas que fueron parte de la jornada de lucha del 27 de setiembre a seguir construyendo la lucha por la defensa de la Tierra. A pesar del éxito de las manifestaciones no debemos olvidar que todavía estamos muy lejos de resolver un problema que es consecuencia directa del capitalismo, y que trasciende más allá de acciones individuales.
Es importante tomar conciencia de que el combate a la crisis ambiental exige la planificación de la economía de forma racional, democrática y al servicio de las necesidades de las clases populares. Este tipo de producción tiene para nosotr@s un nombre: socialismo.
¡Rechazamos las detenciones de activistas ecologistas tras cortar el puente de Nuevos Ministerios!
Queremos denunciar las detenciones de varios de los y las activistas ecologistas que cortaron el puente de Nuevos Ministerios en Madrid el pasado 7 de octubre. El mismo PSOE que dice querer derogar la Ley Mordaza e impulsar la “transición ecológica”, lanza a los antidisturbios para reprimir y detener bajo fantasiosas acusaciones a quienes luchan contra el cambio climático.
En Corriente Roja tenemos claro que sin desobediencia no hay solución posible. Este régimen actual sólo nos deja protestar… sin que molestemos. Por ello defendemos esta acción de cortar una gran avenida. También pensamos que ningún grupo de activistas, por muy espectacular o simpática que sea su acción directa puede revertir la situación por sí solo. ¡Necesitamos una verdadera rebelión social! El gran desafío es levantar “en pie de guerra” a una mayoría social, especialmente, a la clase trabajadora. Sabemos que es difícil, pero es la única vía realista. Debemos volcarnos en incorporar a la lucha a los comités de empresa, sindicatos, a los barrios obreros, etc…