El pasado 13 de marzo a primera hora conocíamos la noticia que estaban desalojando nuestra casa y la de tantas vecinas de Sabadell: el número 142 de la Avenida Barberà. Rápidamente, las redes se llenaron de indignación y por la tarde asistimos, junto con centenares de vecinas de la ciudad, a la manifestación en contra del desalojo de La Obrera. A continuación, reproducimos el texto de la octavilla que estuvimos repartiendo:
Por: Corrent Roig
La Obrera es un Centro Social Okupado de la ciudad de Sabadell que desde el 1 de mayo de 2015 se ha desarrollado de forma autogestionada para cubrir las necesidades de los barrios del sur, los cuales no tenían un centro cívico propio y que se encontraban desproveídos de espacios públicos para la juventud y para el conjunto de las vecinas. Durante estos años las militantes del espacio hemos construido un proyecto con un gran cantidad de actividades sociales, siempre vinculado a las luchas obreras del Vallès y del país. También ha sido un punto de encuentro y autoorganización de centenares de activistas de los movimientos sociales y organizaciones políticas, incluidas las militantes de Corrent Roig.
Desde el verano de 2022, y después de pasar por todo el circuito institucional y judicial para intentar defender el espacio, los tribunales decretaron el desalojo del CSO. El pasado 6 de noviembre de 2023 fue la primera fecha cerrada de intento de desalojo. Decimos intento porque la mañana del 6N más de 500 personas nos plantamos en la puerta de la Obrera para decir alto y claro que nos quedábamos en el barrio.
Este primer asalto frente a la constructora Nedax se ganó por la autoorganización y el esfuerzo colectivo de las militantes del espacio, de todas las entidades combativas de la ciudad y de las organizaciones políticas que dimos nuestro apoyo, así como el apoyo de las vecinas que no dudamos en apoyar La Obrera.
La Obrera se ha convertido en una referencia en el ámbito local, nacional y estatal porque se ha ganado la legitimidad del barrio y de Sabadell como “casa del pueblo”. Por eso el desalojo de La Obrera es un problema social, un ataque directo contra las condiciones de vida de la clase trabajadora y un reflejo de que por encima de nuestros hogares y vidas están los intereses de especuladores, banqueros y políticos oficiales.
Hoy a las 7 de la mañana se han presentado los antidisturbios para derribar La Obrera. Nos están sacando uno de los núcleos que más vida y color da a Sabadell. Debe ser explicado que el Ayuntamiento de Marta Farrés es incapaz de cubrir las necesidades de los barrios obreros, que no ha movido un dedo por nosotras y que sus discursos y campañas criminalizando la okupación solo benefician los empresarios como Pere Casajoana de Nedax, responsable de que La Obrera sea desahuciada y derruida para construir más pisos con los cuales especular.
La rabia que nos produce ver la Obrera destrozada tiene que ser el impulso para construir en Sabadell asambleas democráticas, decisorias y preparadas con tiempos para aglutinar al máximo de gente posible. Debemos juntar a las trabajadoras de Sabadell alrededor de nuestras necesidades y poder hacer frente al gobierno de Marta Farrés. Con el barrio movilizado y la ciudad combativa podremos encarar una nueva okupación y frenar los pies a especuladores y banqueros. Vivimos en un momento de crisis brutal del sistema capitalista en el que las trabajadoras no podemos pagar los alquileres, en el que los alimentos son cada vez más un lujo y donde los espacios públicos son cada vez más recortados y destruidos. En este contexto, los espacios como La Obrera hacen una doble función: cubren estas necesidades más básicas, desde recogidas de alimentos hasta clases gratuitas de repaso o deportes de contacto; y, por otro lado, nos permiten autoorganizarnos como clase frente a estas injusticias. Por eso, ¡ORGANICEMOS LA RABIA! ¡Construyamos un movimiento unitario de clase y combativo!