Un llamado a los luchadores y luchadoras de nuestro país: preparar a la clase trabajadora para los enfrentamientos que vendrán.
Realizaremos el II Congreso Nacional de la CSP-Conlutas en 2015. Se trata, en realidad, del sexto congreso del proceso más reciente de reorganización de la clase trabajadora brasileña, si tomamos como referencia a la posesión del gobierno de Frente Popular, en 2003, y el Conat (Congreso Nacional de Trabajadores), realizado en 2006.
Escenario político. El PT y su bloque de partidos aliados entraron en el cuarto mandato al frente de la presidencia do país. El escenario pos-electoral ya está mostrando el carácter y a quien se dirige el nuevo gobierno: buscó al presidente del Bradesco [principal banco privado nacional] para ser ministro de Economía; frustrada la iniciativa, trajo otro representante del mercado para la función. Invitó a la presidente de la Confederación Nacional da Agricultura, Kátia Abreu, para ser ministra de Agricultura. Ya están en curso un ajuste fiscal y de tarifas públicas, la elevación de los intereses y nuevos cortes presupuestarios, así como las medidas provisorias 664 y 665 que implican una mini-reforma laboral y de la previsión social. La cuenta de la crisis económica, otra vez, será cargada en las espaldas de la población pobre y trabajadora. Esta gestión del gobierno de Dilma Rousseff será de muchos enfrentamientos con la clase trabajadora brasileña.
La CSP-Conlutas debe prepararse para este escenario y su II Congreso puede cumplir un papel importante en la organización de las luchas y en la disputa de la dirección del movimiento de los trabajadores en nuestro país.
Victoria amarga. La victoria electoral de Dilma fue amarga. Se dio en base a la ruptura de un amplio sector de masas, en particular en los grandes centros urbanos del sudeste-sur, que votó a la oposición. En muchas regiones de periferia y concentraciones obreras importantes, el PT fue derrotado por primera vez en años. Este voto, aunque dado a la oposición de derecha que disputaba el segundo turno, expresa, de manera distorsionada, el descontento de parte importante de la población con el gobierno federal; un voto de protesta y de ruptura, aunque incompleta, con la dirección aún mayoritaria del movimiento de masas en Brasil.
Oposición de derecha. El PT, sus alianzas y su política de ataques a la clase trabajadora y el favorecimiento a los grandes empresarios, al frente del gobierno, abrieron el camino para que la oposición de derecha polarizase las elecciones. En el movimiento sindical tuvimos, de manera ofensiva, por primera vez, la articulación de las centrales alineadas con el candidato del PSDB, que salieron a las calles, pidieron el voto al candidato y presentaron una “pauta laboral” que incluyó promesas de cambio en el factor previsional [coeficiente de cálculo de las jubilaciones], y otros temas. El espacio ocupado por la oposición de derecha en la disputa presidencial no guarda relación, sin embargo, con los movimientos de la clase trabajadora, de la juventud y las organizaciones estudiantiles, de los movimientos populares, de las periferias y de los sectores que luchan contra la opresión (mujeres, LGBTs, negros y negras).
Reorganización del movimiento. En el terreno de la organización sindical y popular de nuestra clase podemos tener un papel mucho más destacado que el espacio que fue reservado a los sectores de la izquierda socialista en el proceso electoral, en elecciones totalmente controladas por las máquinas electorales de los grandes partidos y por el gran empresariado, que financió a la mayoría de los electos. Este elemento político nuevo es fundamental: la CUT y el PT ya no son las referencias inmediatas de gran parte de los nuevos sectores de trabajadores y de la juventud que entran en lucha después de más de doce años de gobierno de Frente Popular.
La vanguardia que emerge de estas luchas desconfía de las instituciones y de sus dirigentes, incluyendo a los sindicatos. Pero este es un fenómeno progresivo y afecta más fuertemente a las direcciones mayoritarias. Si esta situación evolucionase y avanzase hacia la ruptura de sectores de masas con las direcciones oficialistas, esta hipótesis, de confirmarse, abriría nuevas posibilidades para la construcción de una alternativa de masas que organice ampliamente a los trabajadores.
Brasil. Recuperación de las luchas. La recuperación con más vigor de las luchas sindicales y populares, por lo menos desde mediados de 2012, con un salto a partir de junio y julio de 2013, se enfrenta con una fuerte resistencia de los patrones, de los gobiernos, de las policías y de la Justicia. Existe una polarización social muy grande en nuestro país y un proceso intenso de criminalización de las luchas y de los activistas. Las explosiones [de lucha obrera] en las grandes obras del PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento) en 2011/2012 ya mostraban un grado de insatisfacción latente entre los trabajadores y la clase obrera en particular.
Las jornadas de junio/julio de 2013 potencializaron y dieron nuevos contornos a la lucha de la clase trabajadora brasileña. En los últimos tres años, verificamos un salto en el nivel de las huelgas en nuestro país: en 2012 fueron 873 huelgas, contra 554 en 2011, con un número de horas paradas 75% superior. Estos números son los mayores desde 1989/1990. Durante la Copa y las elecciones hubo una diminución de las huelgas, pero que no configura un cambio en el ánimo, que mantiene la disposición de lucha de amplios sectores de la clase. Incluso durante las elecciones tuvimos huelgas en la construcción civil de Belém (Pará) y en las universidades estaduales paulistas, que alcanzaron importantes victorias.
Este proceso siguió con las huelgas de los choferes de Brasília (DF), de los metroviarios de Recife (PE), de las trabajadoras de Contax en Rio Grande do Sul, de los trabajadores de la construcción civil de Pernambuco y de la Embraer de São José dos Campos (SP), además de manifestaciones importantes del movimiento popular urbano, en particular en San Paulo, con el MTST y decenas de otras organizaciones. El 2015 ya comienza marcado por la resistencia a los ataques de los gobiernos y patrones, expresadas en las huelgas de los obreros da Volks de São Bernardo do Campo y de los trabajadores de la educación de Paraná.
La CSP-Conlutas se fortalece. La CSP-Conlutas se viene fortaleciendo en varios sectores como una referencia para la lucha de la clase y un espacio de organización de sectores de la izquierda sindical, popular y de la juventud. La Central intervino en los procesos más importantes de las luchas de la clase, y ha tenido la iniciativa política de ampliar la unidad en la lucha, como hicimos en la marcha nacional de 2013 y en el Encuentro Nacional “En la Copa va a haber lucha”, en 2014, con las entidades del Espacio de Unidad de Acción, que se amplió a sectores como Jubileu Sul.
Hemos tenido avances en la organización de la Central, como la ampliación del trabajo en el campo, con la organización de decenas de nuevos sindicatos y la decisión de la Feraesp (Federación de los Trabajadores Asalariados Rurales de San Pablo) de afiliarse a la Central.
II Congreso. El Congreso de la CSP-Conlutas debe ser el ponto de convergencia y expresión de la ampliación de esta unidad. La voluntad política da nuestra Central es avanzar en la unidad de todos los sectores clasistas y combativos, que se encuentran dispersos, en una misma organización nacional de frente único.
En este sentido, saludamos la decisión dos compañeros y compañeras del MES [Movimiento de Izquierda Socialista, integrante del PSOL], de la APS [Acción Popular Socialista, integrante del PSOL], do Alicerce [organización juvenil] e do Juntos [[organización juvenil ligada al MES]de incorporarse a la Central. Nuestro Congreso debe orientarse, desde su preparación, hacia la base, para reflejar los principales procesos de lucha y de organización de los trabajadores en todo el país. Puede y debe constituirse en un polo de atracción de los sectores descontentos con el oficialismo de las direcciones mayoritarias. Puede y debe ser un elemento de atracción de sectores más amplios de vanguardia, que buscan construir una alternativa de lucha y democrática. Hacemos un chamado a que vengan a nuestro Congreso los representantes de los sectores de trabajadores que protagonizaron las luchas y las rebeliones de base del último período, en especial los sectores obreros, de los transportes, de la limpieza urbana y los movimientos populares de la ciudad y del campo.
Vamos a recibir con los brazos abiertos a los nuevos sectores de trabajadores del campo que adhieren a nuestra Central. Será un Congreso con fuerte presencia da base de las categorías profesionales y los demás sectores organizados en nuestra Central. Vamos a hacer un Congreso marcado por nuestra tradición de aliar la lucha contra la explotación a la lucha contra las opresiones, con fuerte presencia femenina, de la juventud, de negros y negras, indígenas y LGBTs. Además de eso, expresará la vocación internacionalista de nuestra Central, de nuestra lucha por la transformación socialista y por el fin de la explotación en todo el mundo. Con estos objetivos, esperamos encontrarnos en el Congreso de la CSP-Conlutas, del 4 al 7 de junio, en Sumaré, Estado de San Pablo.
Coordinación Nacional da CSP-Conlutas