Con la entrada de Bernie Sanders (BS) a las elecciones de 2016, muchos activistas honestos de la clase y luchadores por un mundo mejor ven en su candidatura una luz de esperanza frente a la sombría situación social, política y económica en que los estadounidenses se ven inmersos hoy. Lamentablemente, ese rayo de luz es apenas eso: un rayo que amenaza con acorralar a los trabajadores y oprimidos en la farsa de las elecciones presidenciales de 2016.
Por Juan Diaz y Florence Oppen
Creemos que Bernie Sanders, a pesar de tener muchos elementos progresivos en su plataforma, no es una alternativa política real para los trabajadores. Principalmente porque 1) se mantiene dentro del Partido Democrático [D.P.; Democratic Party – NdT] y 2) ignora una cantidad de problemas de central importancia para el llamado “99%”, o la clase trabajadora, particularmente en relación a los sectores más oprimidos (inmigrantes, negros), y aquellos que están en el exterior, sufriendo [las consecuencias] de las guerras de los Estados Unidos.
Hay una razón por la que Bernie Sanders está intentando ganar su designación en el P.D. en vez de llamar a la conformación de un partido independiente, y debemos explorar cual es. Detrás de su “pragmatismo” existe la creencia de que sería suficiente cambiar apenas algunas políticas y mejorar la distribución de la riqueza para “arreglar” el sistema capitalista y así hacerlo funcionar para nosotros. Los socialistas, al contrario, rechazamos totalmente el plan de austeridad, despidos, militarismo y represión, y no creemos que esto pueda ser impedido por un candidato “progresivo” del P.D. Ni el P.D. ni el capitalismo pueden ser reformados. No se trata de elegir a “la persona correcta”, con grandes valores morales e ideales, y colocarlo en el Congreso de Estados Unidos y la Casa Blanca, como Sanders nos quiere hacer creer.
Necesitamos romper con la cultura del sistema político de un Congreso de millonarios y de “partidos gemelos” del 1%, y movilizar la acción política de las masas independientes para conseguir un cambio. La clase trabajadora y el pueblo oprimido necesitan y merecen un cambio total y real, que es lo que los luchadores activos del movimiento laboral, en Wisconsin; en el movimiento Occupy, el de inmigrantes y el de Black Lives Matter han estado llamando a hacer. Y para conseguirlo, lo más importante es tener una voz política independiente que se posicione claramente sobre aquellos problemas que son fundamentales para nosotros.
¿Quién es el Senador Sanders y por qué aparece ahora?
La vasta suma de billones de dólares que los capitalistas y sus organizaciones están gastando en la campaña para competir por cargos muestra la sed y desesperación de la clase dominante y sus partidos gemelos, el Partido Democrático y el Partido Republicano, por alcanzar el poder.[1] En un espiral sin fin de la corporativización del proceso electoral, ambos partidos están preocupados con el hecho de que las elecciones puedan aparecer frente al estadounidense medio como un arreglo hecho de antemano – un arreglo que se basa en el dinero y relaciones de poder y es ajeno a lo que piensen los trabajadores. La candidatura de ambos candidatos “externos”, Trump [Donald Trump, candidato por el Partido Republicano] y Sanders es, como decimos en nuestro artículo anterior, un intento de tapar la gran maquina de dinero corporativo de Estados Unidos que funciona a espaldas de la gente, y de acercarse al americano “medio”, también llamado “de clase media”. Intentan lograr que la gente se interese en el juego electoral establecido, y se aleje de la posibilidad de construir movimientos sociales, partidos y organizaciones alternativas, que son los únicos medios que se han demostrado capaces de competir con el poder político y social de la clase dominante.
No obstante, Sanders parece ser una pieza complicada de la actual ecuación, y su campaña está provocando diversas reacciones entre activistas de la justicia social y laboral. Sanders se presenta como un verdadero candidato “independiente”, incluso se llama a sí mismo “socialista”, pero está aspirando a ganar el boleto de entrada por el P.D. Es cierto que está llevando adelante una campaña diferente de la de Clinton [Hillary Clinton, candidata por el Partido Demócrata – NdT]: sus mayores contribuyentes son sindicatos (Operadores de Máquinas, Camioneros, Educación, etc.), y con contribuciones pequeñas (ha recibido 250 mil donaciones de US$33.51, en media), mientras que Clinton, como todos los otros candidatos de ambos partidos, es masivamente financiada por corporaciones.[2] Sanders insiste en celebrar actos con capas de la clase trabajadora y media en vez de hacerlo con carísimos eventos de recaudación. De hecho, su campaña muestra que hay un espacio político para una dirección alternativa de los trabajadores, que podría existir una chance de derrotar a los tradicionales partidos corporativos y hacer espacio en el debate público para los problemas específicos de los trabajadores.
Sin embargo, Sanders tiene en su historial el haber sido un candidato levemente radical, pero dentro del sistema establecido: pasó sus últimos 30 años como político de Washington D.C. y congresal con fuertes lazos con el Partido Democrático. Si bien es cierto que usualmente se posiciona a la izquierda del P.D en lo que respecta a cuestiones económicas, también es verdad que toda su carrera está marcada por haberse ido alejando de los trabajadores, en dirección a los círculos privilegiados de la política empresarial. Como él mismo recientemente declaró: “No dejen que nadie les diga que somos radicales, que estamos por fuera de lo convencional”.[3] Y de hecho Sanders se ha convertido en eso, un político convencional.
En 1980, intentó comenzar su carrera política como “independiente”, e inclusive autoproclamándose “socialista”, y estuvo asociado al Liberty Union Party[4] [L.U.P; Partido de Union Laborista – NdT], un partido anti-guerra y a favor de los sindicatos y derechos laborales. Incluso fue elegido alcalde de su ciudad en Burlington (Vermont), manteniendo su independencia. Pero sus aspiraciones de desarrollarse como político profesional lo llevaron rápidamente cerrar un acuerdo con el Partido Demócrata en Vermont para ganar un puesto a nivel nacional en Washington. Así, en 1988, mientras se preparaba para candidatearse por la banca de Vermont en el Congreso, contra el candidato Demócrata Paul Poirier, hizo un pacto con el diablo: acordó prevenir la conformación de cualquier tercer partido que pudiese ser una alternativa real al Estado, y votar alineado con los
P.D. de no jugarse contra su candidatura.[5] De allí en adelante, Sanders construyó una carrera tradicional como político profesional. Primero estudió en Havard’s Kennedy School [Escuela de Gobierno, dependiente de la Universidad de Harvard – NdT], donde cultivó sus relaciones con la elite liberal y la gente clave del Partido Demócrata. En 1991, se le otorga la membresía a la Conferencia Congresal del Partido Democrático [Congressional Caucus, grupo de miembros del Congreso de Estados Unidos que se reúnen en función de intereses legislativos comunes – NdT], y en 1992 hace campaña por Bill Clinton como el “mal menor”, desde allí continuamente respaldando a los candidatos del P.D. en las elecciones. En las elecciones de 2004 Sanders muestra su verdadera cara, concretando su giro al declarar: “No solo voy a votar por John Kerry, voy a recorrer el país haciendo todo lo posible para disuadir a las personas de votar a Ralph Nader… haré todo lo que pueda, aún teniendo diferencias con John Kerry, para asegurarme de que él gane la elección”.[6] En 2006, se candidatea como senador, haciendo un trato similar con los Demócratas. Así, durante los últimos 34 años, Sanders no ha tenido un sólo trabajo real, como la mayoría del pueblo trabajador; por el contrario, se ha movido hacia, y dentro de, la elite política.
Por lo tanto, el Senador Sanders no es una voz de raíz de los trabajadores, sino un profesional del sistema político tradicional que ahora denuncia. Tiene fuertes lazos y dependencia con el Partido Demócrata, y un programa muy limitado de reformas que dejan de lado los problemas centrales y más urgentes de los trabajadores en los Estados Unidos. Los socialistas no buscamos un candidato “perfecto”, con un programa socialista ya hecho. Queremos construir una alternativa política junto con otras fuerzas sociales y políticas, pero intentamos construir una alternativa viable – una alternativa política que presente un programa de emergencia contra la austeridad y los ataques a los derechos democráticos básicos, y ponga un freno al militarismo imperialista y las políticas neoliberales de los Estados Unidos alrededor del mundo. Y es imposible hacer esto sin romper con ambos, el Partido Democrático y el Partido Republicano, y aún más: sin derrotarlos.
La reforma económica es importante pero no es suficiente
“Lo que hemos visto es que mientras el ciudadano medio trabaja muchas horas por bajos salarios, ha habido un gran incremento de ingresos, y un aumento de la desigualdad de la riqueza, que ya alcanza niveles obscenos” -dijo Sanders en abril. Y no podríamos concordar más con él en esto.[7]
La campaña de Sanders ha tenido cierto éxito en obtener respaldos y declaraciones de apoyo, y ha atraído grandes multitudes dentro de los sindicatos[8] y los obreros que los mismos representan. Varios locales de AFL-CIO[9] [Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales – NdT] de Vermont y South Carolina lo han salido a respaldar o han escrito declaraciones de apoyo y, más recientemente, incluso ha conseguido el gran respaldo de los Enfermeros Nacionales Unidos [NNU por sus siglas en inglés – NdT] — un sindicato de 185 mil miembros, y el más grande de enfermeros en todo el país.[10]
Sanders está intentando reparar la situación con el sindicalismo después de la traición de Obama en 2010 de una de sus promesas centrales de campaña: una importante reforma pro-sindicalista, la EFCA.[11] Una reforma que hoy Sanders intenta poner de nuevo sobre la mesa. Aunque es progresivo que los sindicatos se alejen de la corporativista Clinton por primera vez en décadas, esto no será suficiente para detener la ofensiva general contra los sindicatos -una ofensiva que ha llevado a que hoy exista el menor número de afiliación a sindicatos hasta ahora, y que los que aún son miembros tengan el nivel de vida más bajo desde la década del 1930.[12]
Sin embargo, la principal razón detrás de ese apoyo sin precedentes de un pequeño sector del movimiento obrero a Sanders tiene que ver con las reformas concretas y pragmáticas de su plataforma económica, que incluye medidas muy progresivas que por supuesto los socialistas apoyamos, y por las que estamos dispuestos a pelear: salario mínimo de US$15 dólares por hora (aunque no lo propone como un aumento inmediato sino como un horizonte para el año 2020), dos semanas de vacaciones pagas para todos los trabajadores (hoy no hay mínimo Federal alguno), 12 semanas por licencia médica y de familia [maternidad], más siete días de enfermedad pagos [que tampoco están garantizados en la precaria ley laboral – NdT]. Estas serían extraordinarias victorias para los trabajadores estadounidenses, y realmente significarían un cambio, como también lo sería la defensa y expansión de los planes de Seguridad Social y Paternidad Planificada, o el establecimiento de un sistema de salud estatal, que Sanders propone también.[13]
La posición de Sanders sobre educación pública es otro de los aspectos atractivos, tanto para profesores como para estudiantes. Por supuesto, apoyamos su proyecto de ley de hacer gratuita la matrícula de los cuatro años en las universidades públicas , proyecto que Hillary Clinton también apoya, pero lo que necesitamos es expandir el sistema de educación pública y aumentar su calidad. No obstante, cabe recodar que Sanders inicialmente respaldó y votó por la reforma educativa de Bush “Ningún niño quedará atrás” [NCBL por sus siglas en inlgés – NdT] de 2001, que es responsable por el actual sistema nacional de pruebas estandarizadas y sus currículums, y ha atado los fondos escolares de cada escuela pública a los resultados de obtenidos en dichas pruebas. Sanders posteriormente cambió su voto para oponerse a versión final de la legislación, pero aún así no está a favor de su derogación. Su propuesta simplemente apunta a “enmendar” la ley actual en vez de establecer una educación pública financiada plenamente por el Estado Federal, que promovería mayor igualdad y daría más (y no menos) recursos a los distrito escolares más pobres y marginalizados.[14]
Pero para los trabajadores en los Estados Unidos, nuestras vidas son más que problemas de “pan con manteca”, como el salario mínimo de US$15 por hora y la matrícula gratuita por cuatro años en la universidad que apoyamos firmemente. Los socialistas, y todos aquellos que quieren un cambio real en este país, estamos igualmente preocupados y comprometidos con lograr la superación del profundo racismo en el país, que mantiene un gran número de trabajadores amenazados y privados de derechos, y que construye muros entre los trabajadores, o con la pelea por totales derechos civiles y políticos para los 20 millones de trabajadores inmigrantes viviendo en los Estados Unidos. Estamos extremamente alarmados por la creciente brecha de derechos económicos entre hombres y mujeres, y en particular por esta última década entera de ataques al derecho de aborto y la anticoncepción en nombre de la “libertad religiosa” de las corporaciones, y la humillantes retórica “pro-vida” que degrada la capacidad de la mujer a afirmar sus opciones de vida. Nos oponemos también a la presencia de Estados Unidos en Medio Oriente, a sus desastrosas políticas neoliberales en el continente Americano, en particular en México y Colombia; sus continuos intentos de sobornar, desviar y cooptar los procesos revolucionarios en curso (como en el caso de Siria), el esparcimiento de sus bases militares en Irak y el mundo, y la mismísima existencia del centro de tortura ilegal de Guantánamo. Pero cuál es la postura de Sanders frente a todos estos problemas que van más allá del cambio de la distribución de los recursos económicos?
Sobre la Liberación Negra, podríamos decir que Sanders tiene más que nada un pasado que avergüenza: aprobó y votó una legislación crítica para desarrollar y liderar la encarcelación en masa de la clase trabajadora negra y latina, que aún existe el día de hoy -la ley de 1994 de Bill Clinton, “Three Strikes Crime Bill”.[15] Esta ley llevó a la inversión de cantidades de fondos a la construcción de prisiones, y envió muchos delincuentes “a una vida en prisión por ‘tercera infracción’, cualquier tipo de tercer delito grave, incluyendo delito por droga y otras infracciones no violentas”.[16] Pero, además, después de las protestas de Ferguson y Baltimore, podemos decir que un candidato cuya campaña tuvo que ser alterada por los activistas de Black Lives Matters para que incluyera alguna cosa para lograr la igualdad racial en su plataforma política, como fue el caso de Sanders hace unas semanas, no es un candidato en el que podamos confiar para tomar en sus manos las cuestiones democráticas.
La visión de Sanders sobre la reforma de inmigración no es diferente de la de Obama y Clinton -apoya la ley de reforma integral de inmigración aprobada por el Senado en 2013, que “dará un camino a la ciudadanía a parte de los aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados viviendo en los Estados Unidos”, pero también “agrega enorme ampliación de la seguridad de fronteras…”, y previene “la residencia permanente de inmigrantes indocumentados hasta que el gobierno implante 20 mil agentes de frontera adicionales, mandate a E-Verify [sistema basado en internet para la contratación de trabajadores con documentación legal exclusivamente – NdT] para prevenir a los negocios de contratar trabajadores no autorizados, complete la cerca de 700 millas en la frontera y habilite sistemas de entrada-salida para rastrear a los inmigrantes que permanezcan más tiempo de lo autorizado por su visa”.[17] Sanders dijo que “como presidente, si el Congreso no aprueba la reforma de inmigración, usaremos acción ejecutiva para aliviar las deportaciones de los padres de ciudadanos estadounidenses”.[18] Pero los inmigrantes no necesitan un “alivio de las deportaciones”, necesitan plenos derechos civiles y políticos, necesitan ciudadanía! Y Sanders no está dispuesto a darla. Respaldando el proyecto de ley de inmigración de Obama, Sanders continuará dividiendo a las familias y comunidades inmigrantes en función de cuándo han ingresado a los Estados Unidos, y continuará la terrible militarización de las fronteras, y el espionaje y criminalización del sector de “inmigrantes calificados”. Aún más, los activistas por los derechos de los inmigrantes han criticado sus comentarios recientes, que “promueve la totalmente desmentida noción de que los inmigrantes que llegan a los Estados Unidos están usurpando nuestros trabajos e hiriendo a los estadounidenses -especialmente los jóvenes, latinos y afro-americanos”.[19] Por lo tanto, no sorprende que en las encuestas Sanders tenga un bajísimo porcentaje entre negros y latinos, y esto refleja con claridad que Sanders no ofrece ninguna perspectiva para liberación negra o los derechos de los inmigrantes.
En cuanto a los derechos de las mujeres, la promesa de Sanders de nominar para la Corte Suprema jueces “pro-aborto” no es suficiente. Necesitamos urgentemente una ley federal que asegure y financie el aborto libre, seguro y gratuito en cualquier lugar del país, más allá de las actitudes chauvinistas de cualquier concejal local. Aún más, queremos saber: cerrará Sanders Guantánamo y condonará da deuda a Puerto Rico al tiempo que les concede a estos ciudadanos de segunda clase plenos e iguales derechos políticos? De hecho, el silencio más preocupante de este candidato “progresivo” tiene que ver con la política exterior de Estados Unidos y su apoyo a las guerras: el Senador Sanders tiene un alarmante record de votación a favor de todas las intervenciones militares de Estados Unidos en el exterior. Apoyó a la precursora del Acta Patriótica (Acta Antiterrorista y de Pena Efectiva de Muerte) de Clinton, en 1996; las sanciones económicas a Irak en 1991, que asesinaron medio millón de niños[20]; y apoyó también el primer bombardeo en Irak, en 1992 y la guerra de Clinton en Kosovo, así como votó por los créditos de guerra para Afganistán e Irak. No podríamos encontrar un aliado más leal del militarismo de Estados Unidos.
Más recientemente, en 2006, votó por el proyecto de ley HR [House of Representatives – proyecto de ley que propuesto directamente en el Senado – NdT] 921 que respaldó a Israel contra Líbano, y por el HR 4681, que impone sanciones a la Autoridad Palestina después de la victoria de Hamas en Gaza; el último año apoyó la Resolución del Senado 498, que apoyó el último ataque de Israel en Gaza, en nombre del “derecho de Israel de autodefensa”. Finalmente, Sanders declaró recientemente que no se opone al programa de drones de EEUU, que ya ha matado por lo menos 2464 personas desde que asumió Obama, argumentando que “tenemos que usar drones muy selectiva y efectivamente. No ha sido siempre ese el caso”.[21]
La campaña de Sanders prepara un apoyo “progresista” a Clinton y el Partido Demócrata
Sin embargo, el mayor problema de la candidatura de Sanders hoy no es que su programa “no sea suficiente”. Aunque es verdad que su programa no apunta las necesidades clave de la clase trabajadora, el elemento más importante que falta en su campaña es la ruptura con el P.D. El P.D es el sepulturero histórico de los movimientos sociales y sindicales radicales e independientes en los Estados Unidos. Para tomar apenas ejemplos recientes, recordemos cómo las direcciones sindicales junto con los demócratas interceptaron y traicionaron la masiva huelga sin precedentes de los trabajadores inmigrantes en California en 2007, y cómo tres años después, con el levantamiento de los trabajadores públicos en Wisconsin, el P.D. logro que la huelga y la lucha fuesen forzadamente canalizadas a través del proceso parlamentario de revocación del Gobernador republicano Walker; o cómo los liberales y trabajadores de ONGs cooptaron el movimiento Occupy tratando de transformarlo en apoyo a la reelección de Obama en 2012. Debemos empezar a construir un partido independiente de los trabajadores ahora, y no más tarde. Y debemos construir una alternativa política controlada por las bases, no una plataforma para políticos profesionales; una organización política abierta a recibir e incluir movimientos sociales y sindicatos combativos, para que los derechos de los inmigrantes, de los activistas de la educación, así como de los Negros y de las organizaciones anti-guerra, puedan ser parte, y educar, discutir, y darle forma a su plataforma política.
El hecho que de que Sanders no lo haga -y basado en su carrera como Demócrata- muestra que no sólo no representa una ruptura con el régimen político establecido que gobierna el país sino que, por el contrario, es un obstáculo para este proyecto. Tememos y vemos qe Sanders es la última reserva del 1% para mantener la adhesión de la clase trabajadora a un sistema de opresión y explotación.
En última instancia, la campaña de Sanders es una forma de acorralar y canalizar hacia el Partido Demócrata el apoyo de los sectores que se han radicalizado desde el 2007 y con la crisis económica; es decir, es una forma de evitar una campaña y un candidato realmente independientes. Él es un intento más del Partido Demócrata (y fiel del tipo “hasta que la muerte nos separe”) de generar ‘renovación’, y mostrar que la “izquierda” del P.D tiene personas que se preocupan con los problemas de la clase obrera. Su campaña es similar a la de Denis Kucinich (2008), Jesse Jackson (1984, 1988), Theodore Roosvelt (1912) y otras históricos intentos de “izquierda” del Partido Democrático, que lograron cooptar y darle una cara amigable al partido de la clase capitalista, para capitalizar el apoyo nuevamente hacia las campañas del P.D. Es una estrategia de la clase dominante y desafortunadamente tiene bastante éxito. Muchos movimientos anteriores de la clase trabajadora y los oprimidos sucumbieron bajo esta trampa electoral, incluyendo los movimientos de Derechos Civiles en los ’60, y Black Power, movimientos indígenas y de mujeres, durante los ’70.
La campaña de Sanders está ayudando a la gente a creer que existe una izquierda abarcativa dentro del P.D, y hay un grave peligro de que, una vez que Sanders pierda la primera votación la próxima primavera (como este erudito muestra, Sanders tiene muy pocas chances de ganar, de hecho, las primarias del P.D[22]), canalice a sus votantes hacia el apoyo a Clinton como ‘el mal menor’. Si este escenario se materializa, Clinton aparecería, en última instancia, como “capitulando” a la izquierda del partido para captar su apoyo, y podría concretar su renacer como “progresista”. Por eso pensamos que al final, la campaña de Sanders acabara fortaleciendo el poder del Partido Democrático, y aumentará la adhesión de los sectores progresivos de la clase trabajadora a éste.
¿Cuál es la alternativa?
En vez de respaldar y hacer campaña por Bernie Sanders (lo que conlleva, en última instancia, a darle un respaldo de clase al P.D), debemos usar el período de elecciones para formar, organizar y movilizar a los trabajadores, oprimidos y a la juventud en nuestros movimientos y, al mismo tiempo, debatir con quienes apoyan la campaña de Sanders, así como sus detractores, la necesidad de construir un frente electoral socialista donde sea posible en 2016, y comenzar a dar los pasos por un partido de trabajadores y oprimidos que sea independiente. Hemos tenido éxitos electorales de la “izquierda”, y experiencias en los últimos años, como la campaña de Kshama Sawant y su victoria como concejal de la ciudad de Seattle, en 2014[23], y el esfuerzo de otros que han tenido grandes avances, como la campaña de Jorge Mujica, dentro de la Campaña Socialista de Chicago, en 2015[24], que muestran el potencial y la influencia de usar las elecciones locales para ayudar a difundir las ideas y políticas socialistas. Estos esfuerzos electorales, locales, con raíces en la base, y con independencia de clase, le han dado a los trabajadores y oprimidos una alternativa concreta que es mucho más realizable en el presente, y que tiene una perspectiva a largo plazo.
Específicamente, el éxito de Alternativa Socialista (SALT) con la campaña de Sawant, y su tiempo en mandato, muestra que sería una buena iniciativa expandir esta alternativa nacionalmente, como SALT llamó a hacer en 2014, además de construir muchas otras campañas locales/provinciales en 2016 y en el futuro. La victoria de Sawant no fue de un día para el otro; le llevó a SALT el esfuerzo de construir y lanzar campañas en años anteriores (2012, 2013) para que la misma echase raíces sociales, que fueron la base de su victoria en 2014[25]. En vez de demorar este proyecto para un futuro incierto, es de interés de los socialistas, trabajadores y oprimidos en todos lados que esto sea una realidad en las ciudades y estados en donde tácticamente tenga sentido hacerlo. En relación a esto, la propuesta de SALT, en 2014, de formar “coaliciones alrededor del país con el potencial de presentarnos juntos a nivel nacional para tener 100 candidatos independientes de la clase trabajadora en las elecciones de mediados de 2014”[26], hubiera sido una buena opción para 2016. Desafortunadamente, SALT decidió apoyar y divulgar la campaña de Sanders[27]. Esta es una gran traición a las políticas independientes que presentaron en la campaña de Sawant, así como una oportunidad perdida de disputar la idea de progresismo y cambio político dentro del P.D. desde los socialistas actualmente más conocidos del país.
Un frente electoral socialista podría no solo juntar la fuerza de varias organizaciones socialistas y quienes los apoyan, sino que contribuiría a sentar raíces en importantes lugares con luchas de trabajadores y oprimidos, en función de movilizar y utilizar los medios electorales para difundir nuestras ideas y desarrollar influencia y poder de organización. Como socialistas, las elecciones deberían ser usadas por nosotros para esparcir nuestras ideas y soluciones, pero también para aprovechar el espacio político y protagonismo para movilizar a nuestra clase en las luchas de las que son parte en sus sindicatos, lugares de trabajo, escuelas y comunidades. Pelear por organizaciones de clase independientes y democráticas, por sindicatos combativos y organizaciones de trabajadores, por un movimiento de estudiantes, profesores y trabajadores de la educación por una educación pública, por movimientos sociales y organizaciones que luchan por la liberación de los negros, latinos, inmigrantes, mujeres, LGBTT y otras opresiones debería ser el centro de estas campañas. Las políticas y el proyecto socialista que construyen los hará destacarse y les permitirá construir las bases de ese partido de la clase trabajadora, independiente, que necesitamos para poder competir contra los partidos gemelos de la clase dominante, no sólo electoralmente sino, más importante aún, en las luchas de todos los días.
Traducción: Sofía Ballack.
Publicado originalmente en http://litci.org/es/lit-ci-y-partidos/partidos/workers-voice-eeuu/bernie-sanders-el-candidato-independiente-de-los-trabajadores-o-una-trampa/
Notas:
[1] http://www.bloombergview.com/articles/2015-04-26/how-record-spending-will-affect-2016-election
[2] http://www.cnn.com/2015/07/02/politics/bernie-sanders-fundraising/
[3] http://www.washingtonpost.com/news/post-politics/wp/2015/09/09/sanders-campaign-says-70000-labor-union-members-joined-wednesday-conference-call/
[4] http://www.bloomberg.com/politics/articles/2015-08-20/bernie-sanders-deal-with-the-democratic-devil
[5] http://www.counterpunch.org/2015/07/21/bernie-out-of-the-closet-sanders-longstanding-deal-with-the-democrats/
[6] http://socialistworker.org/2015/05/05/problem-bernie-sanders
[7] http://www.usmagazine.com/celebrity-news/news/bernie-sanders-running-for-president-competing-with-hillary-clinton-2015304
[8] “From 7,500 in Burlington, Vermont, to 300 in Birmingham, Alabama”. – Ver más en: http://www.labornotes.org/2015/07/support-sanders-grows-unions#sthash.JVVpUB8e.dpuf
[9] http://www.labornotes.org/2015/07/support-sanders-grows-unions#sthash.JVVpUB8e.dpuf
[10] http://www.cnn.com/2015/08/10/politics/bernie-sanders-nurses-endorsement-2016/
[11] La “Employee Free Choice Act” [Acta de libre elección de los trabajadores] hubiese permitido la formación de varios nuevos sindicatos a través de un nuevo sistema más “libre” para reconocer directamente al sindicato como ente negociador. Esta reforma permitiría legalizar el sindicato con una simple prueba de que la mayoría de los trabajadores de ese lugar de trabajo quieren afiliarse (firmando un compromiso escrito), y sin la necesidad de tener que organizar elecciones donde los defensores de la creación del sindicato deban “competir” con la patronal, llevando a cabo la campaña bajo un clima de acoso, amenzas e intimidación constantes, como es en la actualidad.
[12] http://www.nytimes.com/2015/02/08/business/the-shrinking-american-labor-union.html
Durante los últimos 7 años de la administración de Obama -así como antes-, las direcciones sindicales han sido débiles en la lucha contra, si no cómplices de, las políticas del PD y del PR que recortan derechos de los trabajadores como pensiones, obra social, derecho de huelga, derecho de organización sindical. Los líderes de los sindicatos tiene razón al tener que la Corte Suprema, con el poayo de la mayoría del PD y del PR, implementará una “tajada justa” de impuestos a los sindicatos el próximo año. Necesitarán formar, organizar y movilizar a los afiliador y a la comunidad de miembros para detener este ataque y apoyar la causa sindical.
[13] http://www.labornotes.org/2015/07/support-sanders-grows-unions
Aún más, “él es el vocal opositor de la Sociedad Trans-Pacific, otro acuerdo corporativo interfronteras que perjudica a los trabajadores aquí y en el exterior, como el NAFTA [Tratado de Libre Comercio de América del Norte] durante la década de 1990, pero que no lo hace un enemigo de las políticas neoliberales.
[14] http://www.salon.com/2015/04/08/america_is_criminalizing_black_teachers_atlantas_cheating_scandal_and_the_racist_underbelly_of_education_reform/
NCLB ha llevado a una gran privación, quitando fondos y privatizando la educación pública k-12th, y una vez más es en la periferia, donde escuelas de negros y latinos, así como sus estudiantes, han sufrido los fuerte de los ataques.
[15] http://www.cnn.com/2015/07/15/politics/bill-clinton-1994-crime-bill/
[16] http://therealnews.com/t2/index.php?option=com_content&task=view&id=31&Itemid=74&jumival=14507
[17] http://www.huffingtonpost.com/2013/06/27/senate-immigration-reform-bill_n_3511664.html
[18] Ibid
[19] http://blog.fwd.us/bernie-sanders-immigration
[20] http://www.nytimes.com/1995/12/01/world/iraq-sanctions-kill-children-un-reports.html
[21] http://thinkprogress.org/world/2015/08/31/3697175/bernie-sanders-wouldnt-end-obamas-drone-program-promises-to-use-it-very-selectively/
[22] http://fivethirtyeight.com/features/stop-comparing-donald-trump-and-bernie-sanders/
[23] https://en.wikipedia.org/wiki/Kshama_Sawant
[24] http://inthesetimes.com/article/16637/chicagos_socialist_city_council_candidate_throws_his_hat_into_the_ring
[25] http://www.socialistalternative.org/2014/01/31/lessons-kshama-sawants-historic-victory/
[26] [26] http://www.socialistalternative.org/2013/11/07/election-victories-for-socialist-alternative/
[27] http://www.socialistalternative.org/2015/05/09/bernie-sanders-independent-campaign/