A continuación reproducimos el artículo elaborado por el PSTU, nuestro partido hermano en Argentina, ante el Decreto de Necesidad y Urgencia que quiere aplicar Milei. Desde Corriente Roja nos solidarizamos con la clase obrera argentina y apoyamos el paro nacional previsto para este próximo 24 de enero. Asimismo, apoyamos y participaremos de las diferentes iniciativas que se den en el Estado español como una muestra más de solidaridad internacional de clase.
Por: PSTU Argentina
El llamado Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) “ómnibus” representa uno de los mayores ataques que un Gobierno ha realizado en nuestra historia a la clase trabajadora y la población.
Se ataca el derecho a huelga, exigiendo para determinadas ramas (casi todas) mantener un 75% o un 50% de la actividad. Se impone una brutal Reforma Laboral. El período de prueba pasa a 8 meses. Se allana el camino a eliminar la indemnización y reemplazarla por un Fondo de Cese Laboral que se paga con descuentos a nuestro salario. Se eliminan las multas por mantener trabajadores en la informalidad.
Se les permite a capitalistas extranjeros comprar tierras sin restricciones. Se da el primer paso para privatizar las empresas públicas. Se deroga la Ley de Alquileres, lo que permite que los propietarios impongan contratos en dólares y valores inalcanzables para nuestros salarios devaluados. Libertad para que las patronales productivas de alimentos y laboratorios de medicamentos e insumos médicos pongan el precio que más le produzca ganancias. Y hasta dio lugar a la privatización de los clubes de fútbol, para el control de las entidades por parte de millonarios extranjeros.
Y esas son tan sólo algunas pocas de las medidas. Cada una beneficiando a un lobby empresarial distinto. A costa de nuestra soberanía y derechos conquistados a fuerza de lucha durante años. El Gobierno dice que con estas disposiciones dictatoriales estamos enfrentando la crisis que dejaron los anteriores. Que, a largo plazo, nos permitirán recuperarnos y salir adelante.
Pero eso será sólo para los empresarios. El pueblo trabajador viene hace años pagando los platos rotos de una crisis económica que generó el propio sistema capitalista y sus gobiernos, como el anterior del peronista de los Fernández con Sergio Massa. Sistema que ahora tiene que salvar las astronómicas ganancias empresariales exprimiéndonos una vez más, cuando ya disfrutaban de millonarios beneficios.
Esto sólo pasa con represión
El protocolo antipiquetes de Bullrich es el complemento de estas medidas. Con palos buscan amedrentar cualquier intento de resistencia.
Esto estuvo a prueba el 20 de diciembre. Montó un operativo con la policía subiendo a colectivos y trenes. Amenazó a los desocupados que se movilizaran con perder los subsidios.
Y en alguna medida logró su objetivo. La movilización se hizo dentro de los términos del Gobierno. No se cortó la 9 de Julio. Y algunas organizaciones directamente llamaron a no movilizar. Lo que le permitió mostrarse a Milei, Bullrich y compañía como triunfadores.
Aún así, la manifestación se realizó. Y esto envalentonó a un sector que esa noche, sumado a la bronca por el DNU, salió a manifestarse en distintos barrios de CABA y el conurbano. Replicándose al día siguiente en el resto del país. El protocolo no fue derrotado ni mucho menos. Algunas de estas movilizaciones fueron reprimidas. Y de este método represivo depende en gran medida que pase este paquetazo de ajuste y saqueo.
Por eso es muy importante cómo nos defendemos. Debemos retomar nuestras tradiciones de autodefensa en las movilizaciones. No podemos ir a la calle sin prepararnos. Y combatir la represión en todos los terrenos, lo que significa pelear por la absolución de todos los condenados por luchar, cómo Sebastián Romero, Daniel Ruiz y César Arakaki. Y la libertad a los compañeros presos.
Lo que hace falta para derrotar este plan
Los primeros signos de resistencia se están dando en los cacerolazos. La CGT amagó con el paro pero terminó llamando a una movilización para el mediodía del miércoles 27/12. La CTA y otras organizaciones convocaron a una jornada de asambleas y ollas populares este 22/12.
Pero estamos aún muy lejos de lo que la necesidad impone. Un paquetazo cómo este exige una respuesta que retome el camino del 2001 y el 18 de diciembre del 2017.
Hoy estamos más atrás. Existe mucha incertidumbre y confusión, sobre todo entre quienes votaron al libertario Javier Milei, aunque ya se expresa algo de descontento. Tampoco ayuda que quienes no lo votaron culpen de todo a los que sí lo eligieron. Necesitamos romper esa división entre los trabajadores, el ajuste nos pegará a todas y todos por igual.
Las conducciones sindicales no ayudan. Amagan con el paro pero terminan convocando una movilización sin paro y al mediodía. Todo esto sumado a que el DNU le pone aún más cadenas de las que el Estado ya le puso a los Sindicatos y Comisiones Internas.
Debemos impulsar la organización por abajo, por fuera de esos marcos. Hacer asambleas resolutivas en todos los lugares de trabajo. Formar comités con las mejores compañeras y compañeros. Incluso dónde haya delegados que impulsen la pelea, deben estar a la cabeza de la autoorganización de los trabajadores.
La primera tarea: organizar las peleas que se vienen, comenzando por la movilización del 27/12. Organizando a los trabajadores, no importa por quién hayan votado. Convencer a los que están en duda. A los que tienen expectativas. Y de ahí ir generando las condiciones para una lucha más amplia, preparando las formas de movilizarse que permitan saltear la represión y organizando la necesaria autodefensa. Todo en función de exigir un plan de lucha nacional y unificado contra este paquete, con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.
Salir de la trampa de las instituciones
Hay quienes denuncian este DNU como ilegal o inconstitucional. Tienen leyes y artículos en los que apoyarse para plantearlo. Pero la Constitución y las leyes, sobretodo en el sistema capitalista, existen para garantizar que los empresarios sigan ganando fortunas y los trabajadores sigamos explotados. Por eso hay “grises” que permiten decretos como éste. No está por fuera de los marcos de las actuales instituciones. Una trampa más de ésta democracia para ricos.
Tenemos que romper con esa lógica. Es momento de plantear una salida distinta. Un plan económico obrero y popular que haga que la crisis la paguen los ricos y su casta de políticos alcahuetes quienes la generaron. Para eso es necesario construir una salida revolucionaria, obrera y socialista, como alternativa a este sistema putrefacto. Te invitamos a que te acerques al PSTU y discutamos cómo llevar estás tareas adelante.
Este artículo fue publicado originalmente en pstu.com.ar el 22 de diciembre de 2023.