En las últimas fechas crece la posibilidad de que el Gobierno indulte a los 12 presos y presas del Procés, que están en prisión desde hace años. Todo apunta a que estos indultos, de llegar a hacerse efectivos, serían muy limitados. Estarían condicionados a la actitud política posterior de l@s condenad@s, sólo retirarían la parte de la pena que sería estrictamente necesaria para la salida de prisión y anularía los derechos políticos de l@s indultad@s.
El Gobierno del PSOE y Unidas Podemos defiende su postura diciendo que este sería un gesto que ayudaría a recobrar “la convivencia” y “la concordia” en Cataluña; lo que traducido significa un paso hacia devolver al redil las reivindicaciones democráticas del pueblo catalán, anulando cualquier desafío al marco del Régimen monárquico del 78. La contrapartida de los indultos sería que ERC y Junts aseguraran la estabilidad en el Congreso, enterraran definitivamente las aspiraciones independentistas y olvidaran al resto de pres@s y procesad@s.
Por su parte, la derecha españolista (PP, Vox y C´s) hacen de la denuncia de los indultos y de la exaltación rojigualda su gran caballo de batalla para intentar derribar al Gobierno. Ya han convocado una manifestación para reeditar la foto de Colón.
Aunque desde el año 1996 hubo 10.652 indultos a todo tipo de criminales, aquellos que no tuvieron reparos en indultar a terroristas del GAL, a policías torturadores, a corruptos o a agresores sexuales… ponen el grito en el cielo por indultar a quienes organizaron un referéndum. El búnker derechista sólo sabe cocinar con una receta: represión y represión.
Por supuesto, los acompaña en la cruzada la reaccionaria cúpula judicial; Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo y la fiscalía del Estado; que se han pronunciado de manera unánime contra los indultos, argumentando que l@s pres@s no han hecho auto de fe, abjurando públicamente de su “comportamiento sedicioso”. El régimen monárquico sólo puede aceptar la rendición de quienes osaron desafiar la unidad forzada española.
¿Indultos? ¡Amnistía!
La excarcelación inmediata de los presos y presas del Procés es de justicia. Pero debe ser producto, no de un indulto, sino de una amnistía general que libere no únicamente a los 12 pres@s del Procés, sino a tod@s l@s pres@s por luchar, que anule los procedimientos judiciales de los más de 3.000 procesad@s en Cataluña y rehabilite a las decenas de cargos públicos inhabilitados.
La diferencia no es un matiz terminológico. El indulto es una medida de gracia por la que se exhime de cumplimiento a un reo de su pena, o de una parte de ella, normalmente después de su arrepentimiento. La amnistía anula la condena. Y es que una votación en la que el pueblo catalán decide qué vinculación quiere tener con el Estado español no es un delito, es el ejercicio de un derecho democrático completamente legítimo.
Quienes deberían estar procesados y en prisión por el referéndum del 1 de octubre de 2017 son los responsables políticos y policiales de la brutal de represión, que dejó más de 1.000 herid@s entre quienes fueron a ejercer su derecho al voto, en una jornada cuyas imágenes de violencia policial dieron la vuelta al mundo.
Ahora más que nunca: movilización
Esa amnistía general jamás será producto de ninguna mesa de negociación ni de ningún pacto con el gobierno central. Es necesario retomar la movilización social, es necesario un nuevo levantamiento popular, capaz de garantizar la ruptura unilateral con el régimen monárquico, el derecho a decidir, la amnistía para l@s represaliad@s y un verdadero plan de rescate social.
Debemos luchar por la amnistía para tod@s l@s pres@s polític@s y luchador@s represaliad@s. Por la libertad y reparación para l@s pres@s polític@s, el retorno de l@s exiliad@s, el archivo de todas las causas judiciales abiertas y por la retirada de todos los cargos contra luchador@s. Hay que exigir la inmediata derogación de la Ley Mordaza, y los artículos del Código Penal que contemplan los delitos por “injurias a la Corona”, “enaltecimiento al terrorismo” o que protegen los “sentimientos religiosos”. Es urgente disolver las unidades especiales antidisturbios, depurar los mandos policiales y pedir responsabilidades por las brutalidades policiales.
No sólo en Cataluña: nos afecta a tod@s
Esta lucha no es sólo importante en Cataluña, sino en todo el Estado. Aunque la represión se ha cebado especialmente con quienes han defendido el ejercicio de autodeterminación, en absoluto quienes viven en otros territorios están libres de sufrir persecución. Ahí están los emblemáticos encarcelamientos de Alfon en Madrid o Fran Molero en Andalucía para recordarlo.
Si desde el resto de pueblos del Estado jaleamos la represión en Cataluña, estamos colocándonos la soga al cuello a nosotr@s mism@s.
La misma dureza que ahora se aplique a l@s pres@s catalanes, será la que se vuelva contra nosotr@s cuando hagamos un piquete de huelga, cuando intentemos parar un desahucio o cuando bloqueemos una carretera en una protesta. Solidarizarnos con l@s pres@s catalanes no sólo es cuestión de solidaridad, sino también de autodefensa.