Los últimos meses han estado marcados por un intenso debate en la izquierda alrededor de la revolución siria y más concretamente sobre la postura a tomar ante la masacre llevada a cabo por las fuerzas que apoyan al régimen del dictador Bashar al-Assad. Desgraciadamente, el debate no se ha dado sólo en el ámbito de las ideas. Por el contrario, las personas que apoyamos la justa lucha del pueblo sirio, hemos sufrido insultos, intimidaciones y amenazas injustificables, en particular en las redes sociales.
Por Corriente Roja
Estos insultos y amenazas se han cebado especialmente en compañeras mujeres y han sido protagonizados tanto por personas que se escudan en el anonimato como por miembros conocidos de algunas organizaciones que se reivindican de izquierdas y que reflejan de forma lamentable el machismo imperante .
Estamos, de nuevo, ante métodos que no tienen nada que ver con las tradiciones del movimiento obrero sobre cómo tratar las diferencias en su seno y sí, en cambio, con las odiosas tradiciones estalinistas.
Esta gente que ahora intimida y amenaza son los mismos que ya desde el inicio de la revolución siria estuvieron con la dictadura de Assad, cuando ésta respondía al levantamiento popular con el asesinato de miles de manifestantes pacíficos, dando paso a una ofensiva sanguinaria que no se ha detenido hasta hoy.
Son los mismos que embellecen y avalan un régimen terrorista como el de Assad, distinguiendo entre dictaduras sanguinarias buenas y malas en nombre de supuestas geopolíticas. Los mismos que avalan la intervención criminal de la aviación de Putin, de tropas de la dictadura teocrática de los Ayatolás y de milicias fundamentalistas chiitas extranjeras contra el pueblo sirio.
Son los mismos que amalgaman a los rebeldes con el jihadismo fascista de ISIS o de Al Qaeda y que, al mismo tiempo, hacen frente común con la extrema derecha y el fascismo europeo en el apoyo a Assad, Putin y los Ayatolás.
Hace un tiempo, si algo caracterizaba a la izquierda era su apoyo a los pueblos insurrectos contra las dictaduras. Ahora nos encontramos con una izquierda que es capaz de justificar la masacre de un pueblo por consideraciones geopolíticas y que no tiene reparos en utilizar métodos propios de la tradición estalinista, ajenos al movimiento obrero, para combatir a quienes pensamos diferente. Esta izquierda está condenada para el futuro.
Desde aquí queremos manifestar nuestro pleno apoyo a todos los compañeros agredidos y amenazados, especialmente a las compañeras. Exigimos el fin de los insultos e intimidaciones y les decimos a sus autores que no nos van a callar.
Enero 2017
Corriente Roja