Ha pasado ya un año desde que se dio a conocer el primer caso de SARS-COVID 2 en el Estado español y seguimos sin ver medidas reales que de verdad remitan la propagación del virus, evitando los contagios y las trágicas muertes que llevamos acumuladas, que siguen elevándose de manera astronómica (ver imagen). Está claro que el factor sorpresa ya no es excusa.
Llevamos más de un mes desde que está disponible la tan esperada vacuna y aunque la comenzaron a administrar, no existe una campaña de vacunación masiva. En gran parte porque seguimos viendo cómo no se está fabricando “a toda máquina” en los laboratorios de que dispone la tan poderosa industria farmacéutica. Ni siquiera hay un plan logístico de reparto equitativo que llegue a todos los países del mundo para evitar que siga agravándose esta tragedia.
Una vez más el sistema capitalista vuelve a hacer negocio, en esta ocasión con la patente de la vacuna. Además, la campaña de vacunación está siendo un desastre, ya que vacunan cuando quieren y a quien quieren. No podemos aceptar que no se vacune masivamente a la población: debemos exigir medidas más drásticas que protejan a todas las trabajadoras/es, empezando por la liberación de las patentes de las vacunas para su producción masiva en todo el mundo. No queremos que hagan negocio con las vacunas, queremos que se salven vidas y se ayude a erradicar este virus.
Tampoco estamos viendo cómo se refuerza el sistema público de salud con más efectivos y medios para combatir la COVID (personal sanitario, hospitales, centros de Atención Primaria, UCI’s, respiradores, etc…). Tampoco se están tratando otras enfermedades o patologías como se debiera, el exceso de muertes es ya de 68.000 con respecto al mismo periodo anterior a la pandemia y se está volviendo a normalizar quién entra y quién no en las UCI. ¡Esto es inaceptable!
Lo que está pasando en el Hospital Zendal en Madrid es muy fuerte. Hay poco personal para atender a l@s pacientes y para colmo se derivan de otros centros. Están en malas condiciones tanto l@s pacientes como las propias trabajadoras/es, que son amenazad@s desde el gobierno de la presidenta Ayuso. Se están derivando pacientes a hospitales privados a precio de una noche en un hotel de lujo en Abu Dabi (734 euros/noche en planta, 2084 en UCI) para que luego digan que no hay dinero para contratar más personal.
Estamos cansadas/os de ver y sufrir a diario que tampoco se refuercen los servicios públicos como el transporte. Todos los días miles de trabajadoras/es tienen que desplazarse a su lugar de trabajo en las peores condiciones de hacinamiento en trenes, autobuses, metro, etc… sin límites de aforo, al igual que ocurre en los centros comerciales.
Desde Corriente Roja, denunciamos que tanto el gobierno central como las comunidades autónomas están tomando decisiones colectivas que no funcionan, insuficientes para frenar la pandemia. Exigimos medidas más concretas para frenar los contagios y muertes:
- Refuerzo extraordinario del sistema público de salud con más efectivos y medios. ¡Ni un euro a la privada! ¡Expropiación de sus recursos!
- Refuerzo del transporte público para la limitación de aforo sin perjuicio para el/la trabajador/a.
- Refuerzo para la campaña de vacunación contra la COVID, contratación de personal sanitario público.
- Que las patentes de las vacunas sean liberadas y se garantice una rápida producción en todo el mundo garantizada por los Estados, ¡expropiación de los recursos farmacéuticos!