Hace exactamente tres años de las Jornadas de Junio del 2013. Los acontecimientos de los últimos días demuestran las dificultades de Temer en construir un gobierno de unidad nacional, capaz de atacar los derechos de los trabajadores y unir a los de arriba hasta 2018. Las denuncias de corrupción ya alcanzaron a dos ministros que cayeron. La baja popularidad tampoco le asegura la sustentación necesaria y genera crisis para cumplir el ajuste fiscal y la reforma de la Previsión. La burguesía se retuerce para que él lo consiga, pero no apuesta todas sus fichas. Hay desconfianza del imperialismo y de la burguesía de que Temer sea capaz de hacer lo necesario y mantener la gobernabilidad.
Editorial Opinião Socialista – PSTU – Brasil
Temer es un gobierno más frágil. Asumió el país en medio de una fuerte crisis económica, inflación y desempleo. Además de la crisis política, marcada por las divisiones internas de la burguesía, el descontento de la clase media, la insatisfacción de la clase trabajadora, el ascenso de las luchas que comenzaron en junio de 2013 abrió una nueva situación política en el país.
Temer aún no consiguió aplicar una agenda positiva para la burguesía. Sigue con su plan de golpear al movimiento de masas, pero no encuentra una clase trabajadora derrotada. Inclusive tuvo que volver atrás en algunas medidas, como el recorte en salud y educación, luego de la repercusión negativa.
El PT sabe eso e intenta surfear en ese sentimiento anti-Temer para pedir el “Vuelve Dilma”. Su objetivo, con todo, no es derrocar a Temer sino desgastarlo para preparar el terreno para las elecciones de 2018. El primer llamado a Huelga General de la CUT, “contra Temer y por el regreso de Dilma”, no movilizó a los trabajadores. Fue un fracaso en todos los sectores: petroleros, bancarios y metalúrgicos del ABC. Los trabajadores, en su mayoría, están contra el gobierno, pero no se disponen a movilizarse para que Dilma vuelva, pues identifican, correctamente, que ella tiene responsabilidad por los ataques al PIS (Programa de Integración Social), Seguro de Desempleo y por los más de 12 millones de desempleados en el país.
El día 10 de junio, los frentes Pueblo Sin Miedo y Brasil Popular llamaron a una movilización nacional contra las medidas de Temer y contra el supuesto golpe. Sin embargo, a diferencia del llamado anterior, realizaron asambleas y reuniones de base en las categorías, limitando el llamado a la movilización por cuestiones económicas, sin explicar, e incluso omitiendo, el carácter del acto por el “Vuelve Dilma”.
Unir las luchas contra Temer rumbo a la huelga general
La CSP-Conlutas aprobó la posición contraria a la construcción y participación de los actos del día 10. La Federación Nacional de los Petroleros (FNP) también votó por la no participación de los petroleros en las movilizaciones de ese día. Sin embargo, en el conjunto de la clase, hay una insatisfacción grande con las condiciones de trabajo y los ataques. Por eso, la CSP-Conlutas lanzó un llamado público a las Centrales para que se unan en torno a la lucha contra el ajuste fiscal, contra la reforma de la Previsión Social y por el “Fuera Temer”, defendiendo la unidad de acción de todas las Centrales, pero sin condicionar la lucha a la defensa del regreso de Dilma. Es necesario, más que nunca, construir una amplia unidad de acción para derrotar el ajuste fiscal. Desde ya, la CSP-Conlutas convocó, junto con otras organizaciones, a un Día Nacional de Lucha para el día 16 de junio.
Así, [realizó] un acto en Brasilia, convocado por los servidores públicos y que será parte de la programación oficial del Encuentro Nacional de Educación (ENE), además de actos en los Estados. Los servidores federales, en unidad con los estaduales y municipales, proponen paralizaciones para el día entero, o parciales, manifestaciones, actos públicos y toda forma de protestas también en los Estados.
Estas luchas se combinan con un nuevo embate de protestas de mujeres. El caso bárbaro de estupro colectivo que ocurrió en Río de Janeiro hizo que miles de mujeres salieran a las calles para denunciar la violencia sexual y el machismo. Los actos deben continuar. Ahora reforzados por el repudio al bárbaro asesinato de decenas de LGBTs, ocurrido en Orlando, Estados Unidos.
¡Basta de explotación y opresión!
En Río de Janeiro, el acto del día 16 unifica la lucha de los trabajadores públicos federales, estaduales y municipales, con la lucha contra todas las formas de opresión y por demandas democráticas: contra la cultura del estupro, contra el machismo y la homofobia. La cultura del estupro es la cultura del capitalismo. ¡Unir a hombres y mujeres trabajadores contra la opresión y la explotación!
Debemos decir que son “30 contra nuestra clase”, ya que el machismo y la homofobia son ideologías burguesas al servicio de la opresión, para dividir a los trabajadores. Por eso, nuestra lucha tiene que ser de hombres y mujeres de nuestra clase, contra la opresión y la explotación.
Es tarea de todos luchar contra la explotación y la opresión. ¡Fuera Temer! ¡Fuera todos! ¡Elecciones generales ya! ¡Dilma y Cunha nunca más! ¡Penalizar el estupro y no a las mujeres! ¡Prisión a los violadores de Río de Janeiro y para todos los que violan a las mujeres!
Traducción: Laura Sánchez.
Artículo publicado en Opinião Socialista n.° 519 – 16 de junio de 2016.-
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